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Alemania planea acceder a los datos que recogen los asistentes de voz “para enfrentar el crimen”

Una medida que está levantando ampollas en un país especialmente sensibilizado con la necesidad de privacidad

Cuando decimos que los objetos nos escuchan nos quedamos solo con la mitad de la ecuación: ¿quién hay escuchando detrás de los objetos? Normalmente, son las empresas privadas quienes utilizan esos datos para usos comerciales, pero cada vez más administraciones públicas se suman a esta tendencia de recopilar información ciudadana a través de objetos conectados. Es el caso de Alemania, que este miércoles ha anunciado que está trabajando en directrices para acceder a los datos que recogen los asistentes de voz como Alexa o los frigoríficos inteligentes de Amazon. El objetivo, según señaló el portavoz del Ministerio de Interior alemán y recoge Reuters, es "ayudarlos a combatir el crimen".

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En sus declaraciones, también señala que "para hacer frente a la delincuencia de manera efectiva, es muy importante que las autoridades federales y regionales tengan acceso a los datos capturados por estos dispositivos". No ha especificado cuáles serán los usos concretos que se dará a esos datos ni cómo se utilizarán para combatir el crimen. Además, la sociedad alemana está especialmente sensibilizada con la privacidad y "la resistencia a la invasión estatal a la vida privada es muy fuerte", según señala Reuters.

No es para menos: los asistentes de voz, cada vez más populares, ejecutan los comandos hablados de sus usuarios y registran grandes cantidades de información sobre sus hábitos y comportamientos. Estos dispositivos prometen hacer más fácil la vida de los usuarios a cambio de colocar micrófonos y cámaras en red en entornos domésticos íntimos. Su propagación en los últimos años ha despertado inquietudes en todo el mundo sobre las implicaciones de la privacidad. Es inevitable pensar que, con el pretexto de combatir el crimen, el Gobierno de tu país aprovecha el viaje para espiarte. 

Sin embargo, las administraciones tiran balones fuera: un portavoz del ministerio alemán responsable de la protección del consumidor asegura que es responsabilidad de los usuarios decidir hasta dónde quieren permitir que tales dispositivos ingresen a sus hogares. "Los datos se pueden utilizar para todo tipo de propósitos, incluso para ser incautados por las autoridades", asegura. "Esto es algo que deben considerar todos los que usan asistentes de voz en su entorno más privado".

Otros países sacan años de ventaja a Alemania en la aplicación de este tipo de medidas. Es el caso de China, donde también recogen y documentan datos privados de los ciudadanos "para combatir el crimen" pero han ido varios pasos más allá. En el caso del país asiático, el Gobierno recoge imágenes de las cámaras de seguridad con tanta precisión que pueden reconocer a alguien solo por su forma de caminar. Sus sistemas de reconocimiento facial sirven para controlar a la población, pero también para realizar pagos, casarse o conseguir papel higiénico. Las cámaras vigilan que nadie cruce un paso de peatones en rojo o que los conductores de autobús no se queden dormidos, y reconocen al ciudadano para ponerle una multa.

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