El ‘big data’ quiere salvar a los ciclistas

Desplazarse en bici es una práctica de riesgo en España. Los casos de muertes y accidentes de ciclistas son desafortunadamente muy frecuentes. Las carreteras acaparan la mayoría de siniestros mortales, lo cual no significa que las ciudades sean un lugar seguro para pedalear. ¿Cómo se puede mejorar la seguridad del colectivo más vulnerable de las calzadas?

El Ayuntamiento de Boston ha apostado por el big data. Verizon ha puesto en marcha un proyecto piloto en la ciudad para recopilar información sobre el tráfico de automóviles, bicicletas y peatones en una de las intersecciones más peligrosas de la urbe, que el consistorio utilizará para rediseñar sus calles de forma inteligente.

Tal y como reseña el MIT Technology Review, el cruce más letal de la ciudad ha sido equipado con 50 cámaras y sensores y con un software que analiza los datos para entender el funcionamiento del tráfico. El Departamento de Transporte de Boston aspira a poder emplear los datos así recopilados para ver hasta qué punto conviene modificar el tiempo de iluminación de los semáforos o evaluar la eficacia de los carriles bici.

Boston no es la primera ciudad del mundo que experimenta con sensores para facilitarle la vida (y la seguridad) a los ciclistas. Rotterdam ha instalado este año semáforos inteligentes con sensores de temperatura en los principales cruces, tal y como se hizo eco EL PAÍS. La luz se pone verde en cuanto detecta a diez ciclistas o más a la espera de cruzar y se pone rojo cuando ya han pasado, minimizando la espera a los coches. El objetivo es agilizar el tráfico en una localidad en la que más del 10% de los ciudadanos se desplaza a diario en bicicleta (unos 70.000 para una población de 600.000).

¿Conseguirá la tecnología mejorar la seguridad de quienes apuestan por lo pedales? Por lo pronto están poniendo su granito de arena para lograrlo.