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Lisboa renace como ciudad 'startup'

La crisis como explosión innovadora. Así la vive Portugal, uno de los países más castigados de Europa por la recesión económica —la tasa de desempleo alcanzó el 17,5% en enero de 2015— que ha sabido potenciar las startups. El estudio de Fundacity.com —organización internacional que engloba a más de 16.000 startups— señala al país luso como la tercera fuerza europea acelerando estas empresas. Solo en 2014, lo lograron 123.

Como apunta Shannon Graybill, mánager de la incubadora y aceleradora portuguesa Fabrica startups: “El  quiebre económico y el aumento del desempleo ha llevado a un incremento en la innovación a nivel micro y macro, como en otros países emergentes en el emprendimiento tecnológico. Pero además en Portugal se ve este boom como un regreso a la era de la colonización. No tienen nada que perder. Como en el siglo XV cuando se lanzaron al Atlántico, el modelo económico actual está obsoleto. La escena startup es la oportunidad del país para redefinir su modelo económico”.

Amén de la crisis como estímulo de innovación, el competitivo mercado de trabajo luso es otra de las claves que explican este dato: “Los costes son comparables con los del Este de Europa, por lo que somos un destino atractivo para controlar los gastos y además poder contratar a titulados tan cualificados como en el resto de Europa occidental”, indica Ricardo Marvão, fundador de la aceleradora Beta-i, que logró lanzar a 71 startups en 2014.

Los síntomas son buenos. De todo el panorama iberoamericano, Portugal ocupó el segundo puesto en el Global Entrepreneur Index de 2015 —ranking que evalúa el nivel de emprendimiento en todo el mundo—, solo por detrás de Chile. Graybill, mánager de Fabrica Startups, cree que la ausencia de un mercado interior fuerte beneficia al panorama startup portugués: “La comparación obvia con Brasil y España es que en estos países una compañía puede centrarse en el mercado local durante más tiempo. Las startups portuguesas tienen que centrarse en el mercado extranjero desde la concepción de la empresa, ya que el producto interior bruto es una cuarta parte del de España y una décima del de Brasil”.

Portugal ha logrado aprovechar este momento transformando su capital, Lisboa, en un destino smart. Una tercera clave contribuye a la expansión de este entorno tecnológico: el negocio y la cultura común con Brasil. Programas de aceleración como Lisbon Challenge —patrocinado por Caixa Geral y gestionado por Beta-i— dibujan marcos de encuentro entre startups que refuerzan los lazos tecnológicos entre ambas naciones. El 10% de las 175 empresas aceleradas por el programa son brasileñas.

Brasil es el país que más 'startups' aporta al ecosistema portugués.

“Brasil es una fuente muy importante de startups para nuestro programa, con muchos candidatos, principalmente en el sector de la educación. Y se da un fenómeno interesante. Arrancan enfocadas en el mercado de su país. Pero, tras pasar por el programa, cambian a una dimensión más internacional, más global”, indica Marvão. A esto contribuye un dato sorprendente de Lisbon Challenge: en su última edición, el 80% de las startups candidatas no eran portuguesas.

El éxito de la unión entre Brasil y Portugal es ya una realidad. 99 Taxis, una startup que ha desarrollado una app para conseguir un taxi en cinco minutos, ha aterrizado con buen pie en Portugal. En Brasil cuenta ya con una flota de 100.000 taxis en 300 ciudades. En Portugal, meses después de abrir su sede en Lisboa, ya ha enrolado a 800 taxistas de ciudades como Oporto, Algarve o la capital. Y la expansión, según apunta el líder de la división lusa Pedro Fonseca, “no ha hecho más que comenzar”.

Al margen del idioma y la cultura en común, Fonseca da pistas de por qué Lisboa funciona como startup city. 99 Taxis se instaló en un espacio, Cowork Lisboa, donde bulle el ecosistema emprendedor de la ciudad. “Lo elegimos, aparte de por reducir costes y cercanía cultural, por ser una base que permite estar en contacto con los emprendedores. En Cowork Lisboa me han recibido con los conocimientos y contactos para comprender Portugal”.

Pero la innovación también surge dentro de las fronteras lusas. Forbes destacó el pasado mes de agosto el gran momento creativo del país entre los emprendedores. Talkdesk es una de las más destacadas, con una financiación por encima de los 15 millones de euros. Su idea, usar el big data para mejorar los centros de atención a clientes de las empresas. El consumidor llama y el operador puede ver toda la información que Talkdesk posee de cruzar bases de datos sobre ese cliente para facilitar el mejor curso de acción. 2.000 compañías ya lo usan.

Feedzai, otra empresa que trabaja con big data para intentar extirpar el fraude, también ha conseguido atraer un capital en torno a los 15 millones de euros. Sus expertos analizaron 18.000 transacciones en busca de irregularidades, equivalentes a un capital de 666.000 millones de euros.

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