El PNV denuncia “acoso fascista” a sus sedes por la gestión del derrumbe del vertedero de Zaldibar
Diez locales de la formación nacionalista han amanecido con pintadas amenazadoras y bolsas de basuras ante sus puertas
La humareda que siguen desprendiendo los residuos del vertedero de Zaldibar (Bizkaia) ha empañado los primeros pasos del panorama político vasco tras la convocatoria anticipada de comicios confirmada este lunes por el lehendakari, Iñigo Urkullu (PNV). La formación ha denunciado este miércoles “ataques de tinte fascista y mafioso” que han sufrido hasta diez batzokis —sedes locales de este partido, que en municipios pequeños suele ser restaurante o bar, además de punto de encuentro— en Gipuzkoa y Bizkaia.
El PNV ha informado de que estos lugares han aparecido a primera hora de la mañana con basura y excrementos en la puerta, y numerosas pegatinas o pintadas en las que cargan contra la labor del Gobierno vasco ante el alud que el jueves sepultó a dos trabajadores del vertedero, que siguen desaparecidos. El grupo de Urkullu, que comienza con este contratiempo su pugna para salir reelegido, enmarca el suceso en una “campaña de acoso a sus dirigentes y a su afiliación orquestada y alentada por actores políticos reconocibles de la sociedad vasca”. El Ejecutivo regional ha tildado el suceso como de “fatal y fatídico accidente laboral” y ha culpado del desastre a la empresa.
El PNV ve “vil y torticero” que otros agentes políticos usen “un episodio tan dramático y tan doloroso para los familiares, amigos y allegados de los dos trabajadores que permanecen bajo los escombros”. Los batzokis afectados han sido los de Algorta, Sopela, Ugao, Galdakao, Zalla, Mungia, Elorrio, Basauri, en Bizkaia, y Antiguo y Altza en Gipuzkoa. Una pancarta en la entrada de la localidad de Zaldibar, de donde procedía uno de los trabajadores de la escombrera, ya cargaba este martes contra el PNV y el Ejecutivo autonómico, insultándolos gravemente por mucho que el alcalde del pueblo sea de este partido.
Las labores de rescate de los dos empleados de la empresa que gestionaba el vertedero, Verter Recycling 2002, siguen suspendidas tras avisar los geólogos que los terrenos continúan inestables y son susceptibles de sufrir otro derrumbe. Las tareas han estado acompañadas de polémica desde el primer momento. Los operarios comenzaron a trabajar sin los sistemas de seguridad apropiados, pues la planta de tratamiento de residuos acumulaba materiales con amianto, una sustancia cuya inhalación es tóxica.
Urkullu también recibió críticas por no haberse personado en el lugar de la avalancha, que cortó la autopista entre Bilbao y San Sebastián. Dos carriles de la AP-8 siguen parcialmente cortados a la espera de que se retire completamente la masa de tierra, basura y árboles que cayó sobre la carretera. El lehendakari, que el lunes se citó con varios alcaldes de localidades de la zona y agentes implicados en la gestión de la catástrofe, sostuvo que su presencia en el tramo afectado no hubiera aportado nada. “Son campañas de Twitter, no se trata de estar por estar”, dijo minutos después de confirmar el adelanto electoral al próximo 5 de abril.
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