Pedro Sánchez se acerca a Junqueras y choca con Torra: “Pide diálogo y lo critica”
El presidente vuelve a los términos de Pedralbes: “Diálogo y seguridad jurídica”
La negociación con ERC está en su momento clave, muy cerca del cierre, y cada palabra de Pedro Sánchez es estudiada con detalle por los republicanos, que en las reuniones exigen gestos no solo en el documento que se está discutiendo, sino también en las intervenciones públicas del líder del PSOE. Por eso el presidente, en la rueda de prensa posterior a la cumbre de la UE en Bruselas, ha medido mucho sus palabras de respuesta a Oriol Junqueras, que hoy ofrecía una entrevista en La Razón en la que marcaba sus exigencias para pasar a la abstención, y ha evitado cualquier choque con él mientras sí se lanzaba contra Quim Torra, el president de la Generalitat y uno de los que con más claridad apuesta por no facilitar la investidura de Sánchez. El presidente, además de cuidar sus palabras hacia Junqueras, ha dado un nuevo giro en su lenguaje para volver a los términos que se acordaron hace un año, en el comunicado conjunto de la Generalitat y el Gobierno tras la reunión de Pedralbes, con dos términos clave: “diálogo y seguridad jurídica”, aunque esta vez el presidente le añadió "que emana de las leyes democráticas que tenemos”.
Sánchez ha evitado cualquier reproche o cruce con Junqueras por haber concedido esta entrevista, pese a que en teoría ambos grupos habían pactado discreción para evitar complicar las negociaciones, ha insistido en que lo que plantea el líder de ERC es lo que viene diciendo este grupo en las últimas semanas, esto es que tiene que haber una mesa específica entre Gobiernos y no dentro de la comisión bilateral que ya existe, y ha utilizado todas las palabras que reclaman los republicanos, sin mencionar expresamente la Constitución, lo mismo que se pactó en Pedralbes, aunque eso no implica ni mucho menos que el PSOE olvide la Carta Magna como el marco para cualquier decisión.
La similitud de sus palabras de este viernes y el comunicado de Pedralbes es muy evidente. Sánchez ha dicho que “el diálogo debe ser el método para resolver conflictos políticos como el que se vive ahora mismo, y el marco tiene que ser la seguridad jurídica que emana de las leyes democráticas que tenemos”. El texto de 2018 decía: “Por ello, y con el objetivo de garantizar una solución, deben seguir potenciándose los espacios de diálogo que permitan atender las necesidades de la sociedad y avanzar en una respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña, en el marco de la seguridad jurídica”.
Fuentes de ERC confirman que estos términos que ha usado el presidente están entre los elementos que se están negociando en la mesa, aunque el texto que se está discutiendo tiene muchos más y el acuerdo no está cerrado. El PSOE está intentando tener todo listo para poder organizar la investidura en la última semana de diciembre si ERC toma la decisión. Antes hay que despejar incógnitas clave de la próxima semana, en especial la decisión del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, el jueves 19, sobre la inmunidad de Junqueras. El escenario más probable sigue siendo que la investidura se vaya a enero, pero el PSOE intentará hasta el final que sea antes de fin de año, con la última votación el 30 de diciembre.
Sánchez ha mostrado así su cercanía con Junqueras pero ha chocado abiertamente con Torra: “Después de escuchar a Torra me llama la atención que quien reclama diálogo critique el diálogo con él y con el resto de presidentes autonómicos, la vocación de diálogo del Gobierno de España es inclusiva, no es excluyente, es positivo que todas las instituciones sean consciente de que tenemos que poner el país en marcha y necesitamos un Gobierno”. Sánchez ha lanzado ahí dos nuevos gestos a los independentistas: ha garantizado que los nuevos Presupuestos cumplirán con el 18% para infraestructuras en Cataluña que marca el Estatut y que habrá un nuevo sistema de financiación autonómica en esta legislatura.
El presidente no ha querido aclarar cuánto subirá este año el salario mínimo interprofesional. El año pasado, después del pacto de Presupuestos con Unidas Podemos, el Gobierno lo subió a 900 euros. Este asunto es uno de los puntos centrales de la nueva negociación con el grupo de Pablo Iglesias, que quiere llegar hasta los 1.200. Pero antes de que llegue ese acuerdo, Sánchez tiene que decidir antes de final de año a cuánto lo sube para 2020. Y no ha querido concretar. Sólo ha dicho que su intención es llegar al 60% del salario medio al final de la legislatura. Cuando se conforme el Gobierno con Unidas Podemos, en el que con toda probabilidad Trabajo quedará en manos de Yolanda Díaz, persona de confianza de Iglesias, se podrá pactar una subida más fuerte, pero ahora el Ejecutivo tiene que decidir.
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