PP y Cs permitirán que Vox tenga una vicepresidencia del Congreso de los Diputados
Ambos partidos siguen ocultando a pocos días de la constitución de la Mesa cuál será el sentido de su voto sobre los aspirantes que presentará la extrema derecha
PP y Ciudadanos permitirán a Vox hacerse con una vicepresidencia del Congreso y, probablemente, otro cargo en la Mesa que dirige la Cámara baja. Los populares y Cs se reafirman en su decisión de no pactar con el PSOE y Podemos un cordón sanitario contra el partido de ultraderecha. La Mesa se votará el martes, en el arranque de la XIV legislatura. Vox se niega a tener que negociar esos puestos con PP y Cs porque sostiene que ya le corresponde esa representación solo con sus 52 escaños. Cs negocia por su cuenta con el PP para acceder a uno de esos nueve cargos, pero con pocas opciones.
Fuentes de la dirección del Grupo Socialista e institucionales de la Cámara aseguran que sin el apoyo del PP el veto a Vox no sale adelante. Ser miembro de la Mesa del Congreso concede a sus componentes un plus mensual de unos 1.500 euros y el poder para ordenar, regular, frenar o prorrogar debates e iniciativas parlamentarias y para repartir los medios materiales y humanos con que trabajan los grupos.
“Es verdad que hay una alianza de todos contra Vox para intentar evitar que lo tradicional y lo normal se produzca. Si el PP quiere o no unirse no tenemos mucho que negociar”, comentó ayer el portavoz parlamentario del partido ultra, Iván Espinosa de los Monteros, nada más abrirse la puerta principal del Congreso en la primera jornada de puertas abiertas de las Cortes de este año.
El dirigente de Vox se reafirmaba así en la posición de su partido de no emprender una negociación con otras formaciones, especialmente con el PP, para lograr que los 19 diputados añadidos a sus 52 actas —hasta sumar los 71 que se requieren para tener asegurada la votación— les den acceso a la Mesa del Congreso. A pesar de ese límite que marcan los 71 escaños, en otras legislaturas se han obtenido puestos en la Mesa con menos votos —incluso con menos de 52— dependiendo del reparto que hagan los partidos para optar a las cuatro vicepresidencias y las cuatro secretarías. Con esa estrategia, la formación que lidera Santiago Abascal opta finalmente por votar a sus aspirantes sin más alianzas: “No tenemos nada que negociar, somos la tercera fuerza, tenemos 52 escaños y nos corresponderían una vicepresidencia y una secretaría”, remachó Espinosa de los Monteros.
Incertidumbre en las votaciones
La primera votación que se registrará el martes será para la presidencia de las Cortes y saldrá el candidato que obtenga en primera votación la mayoría absoluta o más votos en la segunda. A partir de ahí, la incertidumbre. Incluso aunque se dé por descontada la alianza entre PSOE y Podemos, posibles socios de un futuro Gobierno. El PSOE no quiere ceder en estas negociaciones el cargo de vicepresidente primero, que sustituye a la presidencia cuando se ausenta y preside la mesa de contrataciones del Congreso. Esa exigencia requiere contactos y cesiones a varias bandas para los demás cargos y el voto es individual y secreto.
PP y Cs siguen ocultando a pocos días de la constitución de la Mesa cuál será el sentido de su voto sobre los aspirantes que presentará Vox, cuyos nombres no quieren revelar aún. Los populares y su líder, Pablo Casado, solo avanzan que no están a favor de los cordones sanitarios contra partidos constitucionalistas y aprovechan para arremeter contra los vetos que, dicen, les han impuesto los últimos 16 años los socialistas en distintas Administraciones. Casado hasta se molestó el jueves porque los periodistas le preguntaron repetidamente sobre su posición, que no reveló. En el PP hay debate al respecto, pero todo apunta a que se impondrá la tesis del entorno de Casado de votar a los aspirantes de la extrema derecha.
La portavoz y actual líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, tampoco quiso anticipar ese voto ayer. Se limitó a subrayar que su formación “constitucional, sensata y de centro”, con 1,6 millones de votos y 10 escaños, quiere estar en ese órgano clave de dirección parlamentaria. El negociador de Ciudadanos, José María Espejo, empezó ayer a conversar con el PP para lograr su apoyo, pero rehúye cualquier relación con Vox. Arrimadas, eso sí, opinó que es “de sentido común” que el partido de Abascal pretenda tener esa representación.
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