Vox rechaza la OPA amistosa del PP y se prepara para resistir la hostil
Abascal marcará un perfil propio en la campaña para frenar la fuga de votos que auguran las encuestas
Los 24 diputados que Santiago Abascal obtuvo el pasado 28 de abril le supieron a poco frente a las desmesuradas expectativas alimentadas por sus multitudinarios mítines de campaña. Ahora, firmaría por quedarse como está. La mayoría de las encuestas vaticinan una fuerte caída de Vox en favor del PP, del que proceden la mayor parte de sus electores, tentados de volver al redil. Ya en las elecciones europeas del 26 de mayo el partido ultra sufrió un severo correctivo, pasando del 10,2 al 6,2% de los votos en menos de un mes.
El objetivo de Vox es demostrar que ha venido para quedarse y que no es una moda pasajera. No le será fácil resistirse a los cantos de sirena de Casado y, menos aún, evitar que sus votantes los escuchen. Zanjando cualquier titubeo, Abascal ha rechazado de plano la iniciativa España Suma, con la que Casado promueve una coalición preelectoral de las derechas a imitación del modelo navarro. Incluso en el Senado y en las provincias con menos escaños, donde la aritmética lo aconseja, se niega a compartir papeleta. Y ello, admiten dirigentes de Vox, porque sería difícil convencer a los electores de que el PP forma parte de lo que Abascal denomina el “consenso socialdemócrata” (una olla en la que mete a Casado, Sánchez y Rivera), si en algunas provincias van del brazo con él.
La ventaja, en esta ocasión, es que le será más fácil hacer llegar su mensaje: Abascal tendrá derecho a participar en los debates entre los candidatos organizados por las televisiones y dispondrá de recursos para abordar un mailing masivo, enviando las papeletas a los domicilios de los electores.
En los escasos cuatro meses de legislatura, Vox ha multiplicado la presentación de propuestas en el Congreso sobre temas que acentúan su perfil ideológico (lucha contra la inmigración irregular, abolición de la ley de memoria histórica, defensa de la caza), pero ello no ha podido hacer olvidar que entregó Madrid o Murcia al PP y Ciudadanos sin entrar en sus gobiernos, como pretendía. El próximo 6 de octubre en Vistalegre (Madrid), el mismo lugar donde hace un año celebró su masiva puesta de largo, dará Vox el pistoletazo de salida a su campaña. Solo un día después de que se pusieran a disposición del público, el partido aseguró que ya se habían reservado 10.000 entradas. Es posible, pero Abascal ya sabe que una cosa es llenar plazas de toros y otra, llenar urnas de papeletas.
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