Francia acuerda la entrega de la etarra Anboto para juzgarla por un asesinato de 1995
La dirigente terrorista fue la elegida por ETA para poner voz al comunicado con el que la banda anunció su disolución en mayo de 2018
Las autoridades judiciales francesas han comunicado a la Audiencia Nacional que a finales de este mes repatriarán a España a la histórica dirigente de la banda terrorista ETA María Soledad Iparraguirre, alias Anboto. La etarra, expareja del que fuera ex número uno de la banda Mikel Albizu, Antza, será entregada para ser juzgada en España por uno de los 14 asesinatos que se le atribuyen.
Iparraguirre está procesada en España como inductora de la muerte del comandante del Ejército del Tierra Luciano Cortizo Alonso, ocurrida el 22 de diciembre de 1995 en León. El comandante fue asesinado por la explosión de una bomba lapa colocada bajo el asiento del conductor de su vehículo, un Ford Orion. Su hija y cuando viandantes resultaron heridos.
La etarra será entregada al Juzgado Central de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional, que dirige la magistrada María Tardón. No obstante, también tiene otras causas en el Juzgado Central número 2 de la Audiencia Nacional. Anboto, que hoy tiene 59 años y se halla presa en Francia, fue la etarra elegida por la banda para leer en euskera, en mayo del año pasado, el comunicado en el que ETA formalizaba su disolución.
La etarra será entregada al Juzgado Central de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional, que dirige la magistrada María Tardón
En marzo de 2016, el Tribunal de Apelación de París falló a favor del traslado de la dirigente terrorista a Madrid una vez que cumpliera la condena impuesta por los tribunales galos, algo que estaba previsto para 2019, según informa Europa Press.
La etarra Iparraguirre tiene un hijo con uno de los últimos jefes de ETA, Mikel Antza, además de un profuso historial terrorista. Ella y su pareja fueron detenidos en Francia en 2004 y condenados a 20 años de prisión. Mikel Antza fue entregado por Francia a España en enero de este año y quedó en libertad porque no existían causas abiertas contra él. Ella, en cambio, continuó presa en el país vecino y sí tiene causas vivas en España, por lo que es previsible que ingrese en prisión cuando llegue para ser juzgada.
La entrega a España de Iparraguirre la pidió la Audiencia Nacional en 2015 merced a la “revisión que periódicamente efectúan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de los atentados de ETA sin resolver”, según el auto del juez Juan Pablo González, que pidió ese año su entrega a España para ser juzgada. En la actualidad hay unos 300 crímenes etarras sin aclarar, la mayoría cometidos en los años 80.
La etarra Iparraguirre comparte un hijo con el último gran jefe de ETA, Mikel Antza
Muchos de esos asesinatos ya están prescritos al haber transcurrido 20 años desde que fueron perpetrados. El asesinato de Cortizo no lo está puesto que la causa recibió un impulso procesal, lo que paraliza la prescripción, antes de que se cumplieran los 20 años del asesinato del comandante.
La Guardia Civil, analizando el sumario abierto por la desarticulación del comando Araba de ETA en febrero de 1996, halló pistas sobre la muerte de Cortizo en varios registros de casas en Guipúzcoa realizados por La Ertzaintza. En una de las intervenciones, los agentes encontraron documentos, armas y material explosivo compatible con el utilizado en la explosión que causó la muerte de comandante e hirió de gravedad a su hija.
Los agentes hallaron, además, una carta de Anboto, entonces jefa de los comandos legales (integrados por terroristas no fichados), en la que daba instrucciones a otro etarra, Sergio Polo, luego detenido y condenado a 110 años de prisión, para que atentase contra Cortizo. De la carta se desprende que ella facilitó el material explosivo para ese crimen.
A raíz de ese hallazgo, el juez Juan Pablo González, quien en 2015 ocupaba provisionalmente el Juzgado Central de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional, solicitó a Francia su entrega a España. Las autoridades de París la harán efectiva en las próximas semanas.
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