Las nuevas Cortes se constituyen condicionadas por la campaña

El comienzo y desarrollo de esta legislatura no se parecerá en nada a los de las doce anteriores desde que España recuperó la democracia. Del bipartidismo, consolidado desde los años 90, una vez fulminada la UCD, a la fragmentación que llevará a la formación de ocho grupos parlamentarios. Entre ellos, uno de ultraderecha, Vox. Solo las características que rodean la constitución este martes del Congreso y del Senado ya hacen de la misma una jornada singular y excepcional: elecciones municipales, autonómicas y europeas cinco días después y tras solo 23 de unos comicios generales que no han dejado resuelta la gobernabilidad del país.

La formación de las Cámaras se solapa en plena efervescencia de la campaña, de manera que los principales líderes harán un alto para trasladarse al Congreso y Senado y cumplir con el acatamiento a la Constitución, para adquirir la condición de parlamentario.

La previsible actuación por bloques, PP, Ciudadanos y Vox, por un lado, frente al grupo del PSOE, Unidas Podemos, PNV, Compromís, como casi fijos, con la conjunción a veces en la legislatura de los independentistas, no se plasmará ya el martes a las claras. No entre todos. Sí habrá alianza firme de partida entre los partidos que lideran Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para la elección de los nueve miembros de la Mesa: el PSOE tendrá el presidente y dos componentes más, y otros dos Podemos, PP y Ciudadanos.

En esta jornada no están previstos los discursos oficiales, salvo en todo caso el institucional de la  nueva presidenta Meritxell Batet pero en las múltiples declaraciones públicas y mediáticas sí primará la discrepancia y, en el supuesto más suave, el matiz diferencial entre posibles socios de futuro. No habrá connivencia, por tanto, entre PSOE y Podemos a cinco días de otros comicios, en los que el partido de Iglesias parece a la baja y exige entrar en un Gobierno de coalición para forzar políticas más de izquierdas.

Las declaraciones tras la constitución de las Mesas serán profusas y generosas al aprovecharse esas horas el escaparate de las Cortes para continuar con la campaña.

Uno de los objetivos declarados y anticipado en forma de significativos gestos por Pedro Sánchez para esta legislatura, junto a su plan de revertir derechos sociales recortados, es canalizar otro tipo de diálogo político e institucional sobre la crisis catalana. Para empezar ha propuesto a dos miembros del PSC para presidir el Congreso y el Senado.

Esa decisión ya ha sido cuestionada por PP, Cs y Vox. Pablo Casado, este domingo desde Galicia, alertó sobre que en esta legislatura “veremos cómo el Parlamento es instrumentalizado por los presos golpistas” y arremetió contra Batet y otro miembro de la Mesa, Gerardo Pisarello, por su proximidad con los separatistas y la autodeterminación. También avanzó que solicitará a la nueva Mesa que exija un juramento a los diputados electos en base a lo que marca la ley: “Que juren o prometan por la Constitución y por el Rey, y que no hagan fórmulas para humillar la legalidad y las instituciones españolas”. Casado alude así a que hace seis años Batet se expresó a favor de esa consulta, algo que ahora no defiende.

En esa disputa en marcha por la redefinición del liderazgo del centro derecha no hay lugar para la complicidad del PP con Cs y mucho menos con Vox. Tampoco del partido de Albert Rivera con los populares. Casado busca desesperadamente que el 26-M cientos de miles de votos, de los más de dos millones que se calcula se les fueron a Vox, vuelvan al PP. También que lo hagan el millón largo que prefirió el 28 de abril a Cs. Por tanto, ningún guiño al partido “pomelo”, como ahora denomina a la formación de Rivera para insistir en su afirmación no verificada de que ese partido es naranja por fuera pero rojo por dentro. Es decir; presto a irse con el PSOE a la primera de cambio. 

No hay pactos en el centro derecha para las Mesas. El PP presentará a Ana Pastor, todavía presidenta del Congreso en funciones hasta ese día y luego aspirante a vicepresidenta; y Rivera a su candidata, Sara Giménez, activista por los derechos de los gitanos.

Iceta y los separatistas

Los avatares que han concurrido en torno al candidato inicial del PSOE para presidir el Senado, Miquel Iceta, y su rechazo por parte de los partidos independentistas, son ajenos al discurso de PP y Cs contra el presidente Sánchez. Sostienen que ha cerrado con ellos un pacto secreto. El martes proclamarán a modo de denuncia que la sustitución de Iceta por el catedrático de Filosofía, Manuel Cruz, y la designación de Batet para el Congreso, ambos del PSC, son la prueba de ese pacto.

La enorme influencia de la crisis de Cataluña en la política española se apreciará físicamente con la llegada insólita de cuatro dirigentes políticos separatistas desde la cárcel de Soto del Real por estar siendo juzgados por su implicación en determinados actos de ese proceso. Su presencia y su fórmula para acatar la Constitución serán analizados al detalle.

La otra gran novedad simbólica será la irrupción de la extrema derecha de Vox con 24 parlamentarios. Su líder, Santiago Abascal, ya ha proclamado que su cometido se ceñirá a combatir precisamente a “los enemigos de la unidad de España”. Y en ese paquete incluye a todos los demás.