Rivera se abre a pactos con “disidentes” del PSOE en autonomías y Ayuntamientos
El partido anticipa los acuerdos con los socialistas "muy complicados"
Albert Rivera quiere tener más libertad de movimientos en los pactos poselectorales tras el 26 de mayo. Por eso, de la rigidez del veto al PSOE con el que concurrió a las generales, Ciudadanos pasa ahora a un planteamiento para las autonómicas y municipales sin vetos explícitos a posibles acuerdos con los socialistas. Ahora bien, la estrategia sigue siendo la de erigirse como alternativa a Pedro Sánchez, así que esos pactos se aventuran “muy complicados”. Solo serán posibles con “disidentes” del PSOE que critiquen la hoja de ruta de Sánchez.
Inés Arrimadas desplegó este lunes un discurso contra Pedro Sánchez que apenas se movió un ápice al de la campaña para el 28 de abril. Como si el candidato del PSOE no hubiera ganado las elecciones generales, la portavoz de la dirección de Cs, en comparecencia tras la reunión de la ejecutiva, volvió a definirle como un “presidente fake [falso]” dispuesto a todo por el poder. “No tiene ningún tipo de escrúpulos para estar en La Moncloa”, criticó Arrimadas, que dio por hecho que el líder socialista tiene ya cerrado bajo cuerda un pacto con Podemos y los nacionalistas para ser investido. No modula Cs su crítica frontal al líder socialista a pesar del resultado electoral, pero sí lo hace con respecto a los posibles pactos con el PSOE tras el 26 de mayo.
Arrimadas pasó del registro de crítica frontal a guardar equilibrios para no cerrar la puerta del todo a los pactos con el PSOE. Pero a la vez anticipándolos muy difíciles. El motivo es que Ciudadanos quiere afrontar las autonómicas y municipales de mayo como una segunda vuelta de las generales con el mismo discurso de crítica y oposición pétrea al PSOE, que cree que le ha granjeado muy buenos resultados —15,8% de voto y 57 escaños en las generales— y le permite disputar al PP el liderazgo del centro derecha. Pero, al mismo tiempo, puede necesitar al PSOE si quiere gobernar en muchas plazas.
Ciudadanos tiene como objetivo primordial en las próximas elecciones de mayo gobernar. De momento, solo cogobierna en Andalucía con el PP, y apoya desde fuera al PP en La Rioja, Madrid y Murcia. El mapa autonómico y municipal tras el 26 de mayo puede arrojar todo tipo de posibilidades de acuerdos y es muy probable que Ciudadanos pueda aumentar sus opciones de gobierno si en la ecuación entra también el PSOE. No solo para apoyarlo, sino para pedir en su caso a los socialistas que les apoyen. Si se extrapolan los resultados de las generales —aunque no es posible un traslado automático porque el voto cambia en cada elección— Cs puede tener la llave en Aragón, Extremadura y las dos Castillas.
Y con el PP la pugna está todavía abierta, entienden los liberales, después de haber rozado el sorpasso a solo ocho décimas, poco más de 200.000 votos y nueve escaños. Pero también porque el 28 de abril, Cs ganó al PP en 17 ciudades de más de 200.000 habitantes, por 11 en las que les ganaron los populares. Y Rivera sorpassó a Casado en tres comunidades que celebran ahora elecciones: Madrid, Baleares y Aragón.
Hay mucho poder territorial en juego, así que hay que hacer equilibrios. “Con este PSOE de Sánchez que sube impuestos, que nos miente, que falsea tesis, que pacta con nacionalistas, que estamos viendo en Baleares que está pactando para ir en la misma lista que ERC... Con este PSOE es muy complicado llegar a acuerdos”, arrancó este lunes Arrimadas. A partir de ahí, los matices. Y la puerta entreabierta al acuerdo con “disidentes” del PSOE —así los definió la portavoz de Cs—. En esta ocasión, a diferencia de las generales, no ha habido una votación de la ejecutiva del partido que cierre la puerta en todo caso a pactar con los socialistas. “Va a ser muy difícil con este PSOE de Pedro Sánchez, muy complicado, pero no sabemos si va a haber algunos en el PSOE que se levanten públicamente y digan que quieren una hoja de ruta distinta en sus respectivas comunidades o Ayuntamientos”, dijo la portavoz, sugiriendo el camino a los barones socialistas que puedan pretender el acuerdo con Cs.
El partido tiene una relación fluida con presidentes autonómicos del PSOE como Emiliano García Page, de Castilla-La Mancha, Javier Lambán, de Aragón, o Guillermo Fernández Vara, de Extremadura. Sin citar a ninguno, Arrimadas acusó a algunos socialistas de mantener un “silencio cómplice” ante las críticas que Cs le hace a Sánchez, como que quiera subir impuestos a las rentas altas y empresas o que no aplique el artículo 155 en Cataluña.
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