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Los programas electorales sitúan al PSOE más cerca de Podemos que de Ciudadanos

Sánchez rechaza coaliciones de Gobierno, aunque el éxito de la investidura depende de la complicidad de un nutrido grupo de partidos

Pablo Casado, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias, en el debate de TVE.
Pablo Casado, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias, en el debate de TVE.ULY MARTIN (EL PAÍS)
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La geometría variable es un concepto que la clase política manosea para vender pragmatismo en la administración de la cosa pública cuando el partido más votado se queda lejos de la mayoría absoluta, decide gobernar en solitario y busca pactos puntuales a un lado y otro del arco parlamentario para evitar el bloqueo en la gestión.

El PSOE, vencedor de las elecciones generales del 28-A a mucha distancia de la mayoría absoluta —123 escaños en una Cámara de 350—, ha amagado ya con utilizar la geometría variable para encarar la próxima legislatura. Su líder, Pedro Sánchez, rechaza de momento coaliciones de Gobierno, aunque su deseo se puede estrellar con la realidad de los números. El éxito de la investidura depende de la complicidad de un nutrido grupo de partidos, bien votando sí o absteniéndose.

Si la geometría variable consiste en aprobar las iniciativas con apoyos heterogéneos en virtud de las materias que se traten, y si el PSOE pretende aplicar el programa con el que concurrió a estas elecciones, Sánchez tiene más posibilidades de pactar a su izquierda (Podemos) que a su derecha (Ciudadanos). Pero la gestión de la geometría variable tiene múltiples complicaciones. Estas son las principales:

Crisis territorial: una ecuación imposible. Ni Podemos ni Ciudadanos ofrecen en sus programas recetas para Cataluña que permitan al PSOE un pacto sencillo para abordar el problema del desafío independentista. Mientras Albert Rivera reclama la aplicación del artículo 155, idea que espanta a los socialistas, Pablo Iglesias defiende un referéndum de autodeterminación pactado para buscar otro encaje de Cataluña en España, sin especificar si ese jeroglífico puede desembocar en la secesión. Y Sánchez ya ha contestado a esa posibilidad: “No es no. No habrá independencia, no habrá referéndum”.

Reforma fiscal: subida de impuestos. El PSOE propone aumento de impuestos, sin definir la cuantía, para las rentas más altas y los grandes patrimonios, además de un nuevo gravamen a las transacciones financieras. Su promesa electoral se acerca más a los planteamientos de Podemos. “Las rentas de más de 100.000 euros anuales contribuirán un poco más, con un 47%, que llegará hasta el 55% para rentas superiores a 300.000 euros anuales”, propone el partido de Pablo Iglesias. Ciudadanos se aleja de este modelo y defiende una rebaja fiscal mínima a las rentas más altas: “Estableceremos un tipo marginal máximo en el IRPF del 44% para garantizar que los impuestos nunca sean confiscatorios”. Ni PSOE ni Podemos apoyan suprimir el impuesto de sucesiones entre parientes directos para las herencias más altas, como sí defiende Ciudadanos.

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Empleo: otra reforma laboral. El PSOE quiere cumplir en esta legislatura una promesa antigua: la derogación de la reforma laboral. Pero solo a medias. En su programa plantea aprobar los cambios “que eliminen los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012”, para lo que promete “un nuevo Estatuto de los Trabajadores para el siglo XXI”. Podemos va más lejos: reivindica una jornada laboral de 34 horas, la subida del salario mínimo a 1.200 euros y el restablecimiento de la “ultractividad de los convenios, es decir, su prórroga automática cuando no haya uno nuevo que lo sustituya”. Ciudadanos no apoya la derogación de la reforma laboral, y plantea que todos los contratos sean indefinidos. Ni PSOE ni Podemos apoyan esta idea. El partido de Pedro Sánchez propone simplificar y ordenar la oferta de contratos de trabajo a tres “formas contractuales: indefinido, temporal y formativo”. Podemos, por su parte, defiende “un único tipo de contrato temporal, eliminando las demás figuras, que solo podrá realizarse por causas productivas absolutamente imprevistas y organizativas estrictas, como sustituciones por bajas.

La España vacía: mejora garantizada. La mitad de todos los municipios españoles se encuentran ya en riesgo de extinción, según un estudio de la Federación Española de Municipios y Provincias; más del 80% de los municipios de 14 provincias no pasan de 1.000 habitantes; en los últimos 15 años, la lista de localidades con menos de 100 empadronados ha crecido casi un 40% hasta alcanzar los 1.300 municipios (España tiene 8.100); en 2016, hasta 36 provincias perdieron población. Para combatir esta tendencia, todos los partidos llevaban en sus programas medidas de apoyo fiscal, mejora de los servicios públicos y potenciación de las nuevas tecnologías en estos territorios. Pactar con Podemos o con Ciudadanos medidas para la España vacía les resultará sencillo a los socialistas.

Transición ecológica: cuestión de plazos. Es solo una cuestión de plazos, pero todos los partidos apuestan por una transición ecológica para prescindir de los combustibles fósiles. Podemos apura los plazos: quiere cerrar todas las centrales nucleares antes de 2024, mientras que el PSOE fija ese objetivo entre 2025 y 2035. Ciudadanos plantea la transformación hacia un modelo energético basado en energías renovables en 2050. El PSOE se marca el objetivo de que, en 2030, el 74% de la electricidad “será renovable”. Podemos apuesta por “reducir las emisiones a la mitad en una década y un 90% en 2040, además de alcanzar el “100% de la producción de fuentes renovables en 2040”.

Inmigración: sin regularizaciones extraordinarias. Ninguna de las tres formaciones políticas ofrece una regularización extraordinaria para los inmigrantes que ya viven en España sin permiso de residencia o trabajo. Ciudadanos plantea carta blanca para inmigrantes muy cualificados: “Un sistema de visado por puntos para atraer el mejor talento extranjero a nuestro país”; y se fija en el modelo canadiense, “basado en baremos de puntuación por criterios objetivos como la edad, el nivel de estudios y el conocimiento del idioma español”. Podemos reivindica el cierre de todos los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y propone flexibilizar los mecanismos para que los inmigrantes sin papeles consigan con más facilidad los permisos de residencia y trabajo. El PSOE opta por algo tan ambiguo como “regular y facilitar los flujos ordenados de inmigrantes”.

Igualdad: más medidas contra la violencia machista. Todos los partidos defienden equiparar a medio plazo los permisos de maternidad y paternidad, potenciar las medidas para combatir la violencia machista y aprobar planes para acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres. Solo Ciudadanos defiende legislar la gestación subrogada (vientres de alquiler) en España, algo a lo que se oponen no solo PSOE y Podemos sino también el PP.

Pensiones: garantizar el poder adquisitivo. PSOE, Podemos y Ciudadanos defienden en sus programas electorales el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, lo que significa que todos los años subirán en la misma medida que lo haga el IPC. Solo Podemos plantea como solución para evitar el agujero del sistema de pensiones —se recauda menos de lo que se paga— aumentar las cotizaciones para las rentas más altas.

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