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ELECCIONES VALENCIANAS

Valencia, tierra para debatir y discutir

Los cinco candidatos a presidir la Generalitat con presencia parlamentaria se verán las caras hasta en cuatro ocasiones. El socialista, Ximo Puig, descartó un cara a cara con la popular, Isabel Bonig

Manuel V. Gómez
Los candidatos a la presidencia de la Generalitat Valenciana, desde la izquierda: Rubén Martínez Dalmau (Podemos), Ximo Puig (PSOE-PSPV), Isabel Bonig (PPCV),Mónica Oltra (Compromís) y Toni Cantó (Ciudadanos)
Los candidatos a la presidencia de la Generalitat Valenciana, desde la izquierda: Rubén Martínez Dalmau (Podemos), Ximo Puig (PSOE-PSPV), Isabel Bonig (PPCV),Mónica Oltra (Compromís) y Toni Cantó (Ciudadanos)Juan Carlos Cárdenas (EFE)

Todavía no ha acabado la primera semana de campaña electoral en la Comunidad Valenciana y los cinco candidatos de partidos con representación parlamentaria que optan a presidir la Generalitat ya se han visto las caras tres veces para debatir. La última vez, la noche del miércoles en TVE. Casi 200.000 valencianos (10,7% de la audiencia) siguieron las intervenciones de Ximo Puig (PSOE), Isabel Bonig (PP), Mónica Oltra (Compromís), Toni Cantó (Ciudadanos) y Rubén Martínez Dalmau (Podemos). Y aún falta otra cita, la definitiva: el próximo jueves en À punt, la televisión autonómica.

Nada extraordinario. Al contrario de lo que sucede en las elecciones generales, en los comicios autonómicos, los votantes valencianos se han acostumbrado a ver y oír cómo discuten en grupo sus candidatos desde hace varias legislativas. A los tres debates ya celebrados —el primero fue el más tradicional, organizado por la Cadena SER, y el segundo el del diario Levante— y al de À punt hay que sumar los sectoriales y los candidatos a diputados en el Congreso: 11 suman en PP y Compromís. Falta un cara a cara. Ximo Puig rechazó el reto que le planteó Isabel Bonig.

“Los candidatos en la Comunidad Valenciana son más proclives a debatir que en el conjunto del estado”, describe el politólogo y periodista Álex Comes. Entre las causas que apunta, destaca que desde “el ámbito privado se lanzan a organizarlos”. Él mismo lo ha hecho. Y lleva décadas moderándolos Bernardo Guzmán, director regional de la SER Comunidad Valenciana: “Creo que es un valor de los políticos de aquí: tienen interiorizado que han de debatir”. “Los preparo con mucha antelación y no negocio la estructura, los órdenes o los bloques, si lo hiciera, no saldrían”, continúa.

“Cuantos más debates haya, mejor”, proclaman en el equipo de Toni Cantó al preguntarles. Esta respuesta de una u otra forma es compartida por todos los partidos. “Confrontar es casi un derecho democrático, por eso hemos dicho que sí a todo lo que se nos ha propuesto”, añade Evarist Mahiques, de Compromís.

En Vox, cuyo cabeza de lista, José María Llanos, no ha estado ni estará en los debates, explican que su ausencia se debe a que “en los medios públicos solo están los que ya tienen representación”. Ese criterio también se ha seguido en medios privados, apunta Guzmán.

Los cuatro debates entre cabezas de lista podrían haber sido más, apuntan en casi todos los partidos. Incluso, con el compromiso del anonimato, admiten que tal vez son muchos. “Más de uno por semana es demasiado”, asume un asesor. El debate del pasado miércoles avala sus palabras: se volvieron a escuchar los mismos argumentos y latiguillos y se abundó en la división entre los dos bloques, como se anticipó en la SER y se leyó en el Levante: PP y Ciudadanos a la derecha; PSPV-PSOE, Compromís y, de forma crítica, Podemos, a la izquierda.

Al PP valenciano, en cambio, no le habría disgustado que hubiera uno más, al menos: un cara a cara. “En 2015, cuando Puig se lo planteó a Alberto Fabra se hizo. Ahora, no”, comparan desde las filas populares en alusión al anterior presidente de la Generalitat, “Puig no quiere que se confronten dos modelos”. En el PSPV-PSOE rechazan este argumento: “Ximo Puig ha sido el presidente autonómico que más ha debatido con la jefa de la oposición, cada jueves en las Cortes”. Y, cuando se les hace notar que no es lo mismo una sesión de control parlamentario que un debate electoral responden que “ya había tres planteados”.

Álex Comes, de Estudio La Base y asesor en varias campañas municipales, entiende la negativa a un debate a dos: “Creo que sería injusto y poco representativo, ya que se quedaría, al menos, un 50% del electorado fuera de este debate. Esto es propio de un bipartidismo que ya no existe”. El bipartidismo puede que no, pero la afición valenciana por discutir permanece.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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