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Cada país, una forma de votar

Los italianos en el exterior cuentan con circunscripción propia; alemanes y británicos agilizan trámites en la web

Un ciudadano vota en el Consulado español en Montevideo en junio de 2016.
Un ciudadano vota en el Consulado español en Montevideo en junio de 2016.Juan Ignacio Mazzoni (EFE)

Cada país regula de forma diferente la forma en que sus ciudadanos que viven en el extranjero ejercen su derecho al voto. Así lo hacen en tres grandes países europeos:

Reino Unido. Hasta 1985, los ciudadanos británicos que vivían fuera del país no tenían derecho a participar en las elecciones generales, regionales o municipales. A partir de esa fecha, diversas iniciativas legales permitieron ejercer ese derecho hasta un límite temporal en el exterior, que comenzó siendo de siete años, llegó a extenderse hasta los 20 y quedó definitivamente fijado en 15 años en la Ley de Referéndums, Elecciones y Partidos Políticos de 2000. Es decir, en los 15 años previos a tu residencia en el extranjero, debes haber estado en el censo electoral, ser un votante registrado.

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Cualquier británico que viva fuera puede registrarse para votar por correo o a través de un representante en las generales o en un referéndum. El procedimiento en ambos casos es muy sencillo, basta con rellenar un formulario que puede enviarse en línea al registro electoral correspondiente. El límite para realizar la petición es a las cinco de la tarde del undécimo día anterior a las elecciones.

Para las municipales o regionales (Gales, Escocia y, en su momento, Irlanda del Norte) no se puede votar desde el exterior. De los 5,5 millones de británicos que residen en el extranjero, aproximadamente 1,5 millones tienen derecho a voto. Hasta 2015, se registraron para votar poco más de 35.000. En 2016, la cifra alcanzó los 264.000 (ese año se votó el Brexit). Para las generales de 2017 se alcanzó un récord de participación desde el exterior de 285.000 ciudadanos registrados, un 20% de los potenciales votantes.

Italia. Los italianos que viven fuera cuentan desde el año 2001 con una representación propia en el Parlamento. Ese año, el Gobierno de Silvio Berlusconi aprobó una ley que fijaba una circunscripción propia para los no residentes, después de duros debates y peticiones, ya que hasta entonces solo se podía votar de forma presencial. Esta circunscripción tiene un número fijo de escaños en función de la población: 12 asientos en la Cámara de los diputados y 6 en el Senado. En la actualidad, hay casi cinco millones de italianos con derecho a voto en el extranjero.

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Las primeras elecciones generales con este sistema, que también se utiliza en los referéndums, fueron las de 2006. La participación en el voto exterior, en general, suele ser de en torno a un tercio del censo. Cuando se puso en marcha este procedimiento, el número de italianos en el extranjero con derecho a voto era de poco menos de tres millones y la participación llegó a alcanzar el 38% (frente al 83% nacional). Desde entonces la participación ha caído progresivamente hasta el 30% de las elecciones generales del año pasado.

Esta circunscripción Exterior incluye los 198 países reconocidos por el Gobierno italiano, además de la circunscripción autónoma de Jerusalén y se divide en cuatro demarcaciones, cada una con un número de escaños asignados: Europa —la que tiene un mayor número—; América del Sur; América Central y del Norte y otra que incluye a Asia, África, Oceanía y la Antártida.

Los italianos registrados en el consulado correspondiente y en el censo de residentes en el extranjero, controlado por el Ministerio de Interior, reciben en sus domicilios —sin necesidad de solicitarlo expresamente— la lista de los candidatos, la papeleta electoral y un sobre con franqueo pagado para enviar el voto por correo postal al consulado más cercano. El jueves antes de las votaciones las embajadas envían a Italia en valija diplomática los sobres. El escrutinio, que habitualmente dura varios días, se realiza en un centro propio.

Es una de las partes más controvertidas y criticadas del sistema de votación, principalmente por la falta de mecanismos eficaces para detectar fraudes o errores. En los comicios locales y regionales, los italianos solo pueden votar en persona en el colegio electoral en el que estén inscritos. El Estado ofrece descuentos en billetes de tren y otras ayudas de transporte el fin de semana de las elecciones.

Alemania. Los residentes que vivan en el extranjero deben cumplimentar un formulario para poder constar en el registro de votantes. El formulario se puede descargar de la web, recoger en los consulados o pedir a las autoridades municipales. Ese papel debe enviarse por correo a las autoridades locales del último lugar en el que estuvo empadronado el votante, como explica una portavoz de la oficinal federal electoral. La autoridad municipal debe haber recibido ese documento como máximo 21 días antes de las elecciones. Así por ejemplo, con vistas a las próximas europeas, la fecha tope es el 5 de mayo. Una vez inscrito en el registro de votantes, el ciudadano alemán recibirá por correo las papeletas para votar.

Las elecciones generales de 2017, un total de 112.989 alemanes enviaron sus papeletas desde el extranjero. Un 48,8% lo hizo desde algún país de la Unión Europea. En las elecciones europeas de 2014, según las cifras oficiales, 13.701 ciudadanos votaron desde el extranjero. El 38,9% lo hicieron desde países de la Unión Europea. El resto procedió de residentes extracomunitarios, según las cifras que aporta la autoridad electoral.

Estonia. Este pequeño —y relativamente nuevo— país de 1,3 millones de habitantes ha encontrado la fórmula para facilitar el voto: Internet. Sorprendió al mundo en 2005 instaurando el voto electrónico y este jueves, el 44% de los llamados a las urnas en las elecciones generales del domingo ya había votado, según el diputado del grupo liberal Reforma, el principal partido de la oposicion, Lalle Palling.

Para poder depositar la papeleta virtual —incluso existen aplicaciones para el movil— lo que hay que tener es un DNI electrónico y conexión a internet. Cualquier estonio de los alrededor de 700.000 que estan llamados a votar este domingo puede votar desde cualquer rincon del mundo. El e-voting dura una semana y terminó el pasado miércoles 27.

Francia: voto en embajadas y consulados o por poderes

Los franceses residentes en el exterior pueden votar en el consulado o la embajada siempre que estén registrados en el censo electoral consular y cuentan con representación propia: 12 senadores y 11 diputados. El registro se puede hacer en línea o en persona en el consulado más cercano.

Basta con presentar (o escanear) el carné de identidad o el pasaporte, una foto y un justificante de residencia en la circunscripción consular. Existe también el voto por poderes, que puede habilitarse hasta para tres años.

A pesar de las facilidades, un estudio de enero de 2017 (antes de las últimas presidenciales) constata que la participación es mucho menor que la de sus compatriotas en el país: el 42,1% en las presidenciales de 2012 frente al 80,4%. En las presidenciales de 2017, la participación de este colectivo aumentó, según la prensa francesa, un 30%: el 93% de ellos votaron a Emmanuel Macron.. SILVIA AYUSO

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