Arquitectura social para recibir a los migrantes
Estudiantes de la Universidad de Málaga proponen centros de acogida reales para dar ideas a la administración
El recibidor es de madera para aportar calidez. Las paredes de la sala de espera verde esperanza. El área sanitaria, azul, ofrece sensación de tranquilidad. El edificio es modular y puede adaptarse para crecer o disminuir en función de las necesidades y el número de sus residentes. Incluye también un pequeño jardín con vistas al mar. Sobre el papel no parece un espacio policial, pero lo es. “La intención es alejarse de la frialdad del hormigón y ofrecer una acogida digna”, cuenta María del Carmen Fernández, alumna de 21 años de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Málaga (UMA), mientras expone su propuesta para la construcción de un Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) en el Puerto de Málaga.
Como ella, más de un centenar de alumnos de la universidad malagueña han diseñado inmuebles que buscan ofrecer una arquitectura más social para el futuro CATE que el Gobierno ha prometido construir en Málaga. Lo han hecho dentro de la asignatura Proyectos Arquitectónicos 5, que imparten los profesores Antonio Álvarez, Ferrán Ventura y Fernando Pérez del Pulgar. “La calidad de sus proyectos es muy alta y, lo mejor, es que son totalmente reales: se pueden construir ya si los organismos dan el paso adelante”, afirma Álvarez, que condicionó al alumnado planteando una construcción en el menor coste posible, que use materiales sostenibles, de cero emisiones o máxima movilidad para un posible trasladado a otro emplazamiento. “Y que pueda ser un edificio realizable al cien por cien”, subraya el docente Ferrán Ventura.
El Gobierno anunció en septiembre la construcción de un CATE en Málaga y, en noviembre, encontró suelo en el puerto. Entonces se explicó que para levantarlo se usarán módulos prefabricados, pero dos meses después, aún no hay nuevos detalles. “No es un proceso fácil”, han explicado varias veces desde la subdelegación malagueña.
Muchas de las propuestas estudiantiles buscan, precisamente, eliminar posibles obstáculos para la construcción del inmueble. Una opción es el uso de contenedores para su uso modular, como prevé el Gobierno. “La terminal de contenedores está justo al lado, trasladarlos sería fácil y económico”, destaca Silvia Delgado, que junto a Lucía Aguilar plantea un edificio con varias entradas para cada uno de los colectivos que trabaja con las personas migrantes: abogados, sanitarios, trabajadores sociales o policías. “Creemos que la arquitectura también puede ayudar a la integración de estas personas”, añade otra compañera, Irene Gómez, que prefiere olvidar el gris hormigón como material de construcción.
Otros proyectos levantan un CATE rápidamente a base de bloques de hormigón y andamiajes, paneles de PVC y yeso. Otros prevén que toda la estructura se pueda trasladar en cuatro camiones de manera rápida y sencilla. Y algunos proponen el uso de materiales sostenibles como el cáñamo, el corcho o la lana mineral. “Los estudiantes han demostrado que con pocos recursos se puede hacer mucho: es más una cuestión de interés que económica”, asegura Alejandro Cortina, director de Málaga Acoge e impulsor de la iniciativa como parte del Plan de Apoyo a las Personas Refugiadas de la Universidad de Málaga, en el que participan una veintena de entidades sociales de la ciudad.
“Este ejercicio nos ha permitido pensar en los demás desde la arquitectura, ofrecer lo que realmente necesitan y hacerlo de una manera más digna. Nos ha ilusionado muchísimo”, subraya el estudiante Rachad Bouhiaoui, nacido en Tánger y que ha encontrado una mayor motivación en saber que, esta vez, no es una actividad más de clase, si no que puede ver un edificio suyo construido en realidad. La administración aún está a tiempo de usar su diseño o el de alguno de sus compañeras.
Nuevos retos arquitectónicos
Personal de Cruz Roja, Málaga Acoge y del turno de oficio del Colegio de Abogados de Málaga pasaron por las aulas de la Escuela Superior Técnica de Arquitectura para dar su punto de vista sobre las necesidades de un Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE). Ahora, para seguir profundizando, lo profesores Antonio Álvarez, Ferrán Ventura y Fernando Pérez del Pulgar están planeando la celebración de un congreso multidisciplinar para el próximo mes de abril. Un evento en el que especialistas hablarán de las migraciones desde de la sociología, la antropología, las ciencias políticas o el cine, entre otros puntos de vista. Y, con toda la información, pretenden elaborar un manual de buenas prácticas para la construcción de este tipo de edificios. Con él, plantearán a los estudiantes de tercer curso de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Málaga un nuevo reto: proyectar un CATE que utilice como parte de sus infraestructuras alguno de los edificios en desuso del Puerto de Málaga. “No todo va a ser construir, también se puede reutilizar”, subraya Ferrán Ventura.
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