Podemos, de la Puerta del Sol a La Moncloa en cuatro años
Pablo Iglesias se prepara para gobernar en coalición con el PSOE en 2020
Podemos ha pasado en menos de cinco años de querer tomar el cielo por asalto desde la Puerta del Sol a la firma solemne de un pacto sobre los presupuestos en el Palacio de La Moncloa la víspera de la Fiesta Nacional. La transición en las relaciones con el PSOE ha sido aún más rápida. En cuatro meses, Pablo Iglesias, que vaticinaba un “calvario” a Pedro Sánchez tras el éxito de la moción de censura por su decisión de gobernar en solitario con 84 diputados, ha rubricado un acuerdo para intentar agotar la legislatura.
“Sigan sonriendo porque sí se puede”, fue la manera en que el líder de Podemos reivindicó, horas después de la firma del acuerdo, a aquel grupo de jóvenes desconocidos vinculados al 15-M que irrumpieron en 2014 con cinco escaños en el Parlamento Europeo. Con ese gesto Iglesias se remontaba a la presentación del partido, en enero de 2014, en el Teatro del Barrio, en Lavapiés (Madrid). “Dijeron en las plazas que sí se puede y nosotros queremos decir hoy que podemos”, arrancó entonces su intervención.
Anticapitalistas advierte del riesgo de “subalternización”
Anticapitalistas, la corriente más a la izquierda dentro de Podemos, es la que más recelos muestra al acercamiento al PSOE. Reconoce los “avances” del acuerdo presupuestario y cree que “merece ser apoyado”, a pesar de que, subraya, no cumple sus expectativas y están “por debajo de lo deseable”. “Si no hay un ideario y propuestas que vayan más lejos, y una organización de la movilización social, el escenario político puede traducirse en una nueva subalternización al PSOE de las fuerzas del cambio, y reducir su horizonte al de aspirantes a un rincón en el Gobierno, y lo que debería ser sólo un principio convertirse en el agotamiento de un ciclo de avances”, advierten en un comunicado.
“Es posible ir más lejos (...) Los logros no son todo lo ambiciosos que se querían. Debe advertirse que la ambición inicial con la que se abordó la negociación tampoco era tanta”, señala este sector, crítico con la forma en que se llevaron las negociaciones. El secretario de Organización, Pablo Echenique, lideró durante semanas las conversaciones con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Pablo Iglesias y Pedro Sánchez cerraron el miércoles por la noche en La Moncloa el acuerdo a falta de detalles técnicos.
Los Anticapitalistas creen que el PSOE “será muy reticente a pinchar” la burbuja del mercado del alquiler. El precio ha aumentado en cinco años un 47% en Barcelona y el 38% en Madrid, ambas gobernadas por Podemos y sus aliados.
“Hemos tenido que aprender a marchas forzadas en un medio hostil a nuevas formas de hacer política”, admiten ahora dirigentes de la organización. “Y la entrada en las instituciones ha atravesado multitud de adversidades”. Es lo que Íñigo Errejón resumió como “años de maduración y de sumar algunas cicatrices”.
Casi un lustro después, Podemos se prepara para gobernar España en coalición con el PSOE. A ser posible en 2020: la formación de Iglesias no es partidaria de un adelanto electoral. “Podemos ya ha llegado a acuerdos de manera regular con el PSOE a nivel municipal y autonómico. La verdadera anomalía era que no hubiera habido ninguno a nivel estatal”, explica Pablo Simón, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III. Tras subrayar la influencia que la formación de Iglesias ha logrado “de forma aceleradísima”, Simón vincula su evolución a la que han seguido otros partidos de izquierdas de Europa en un tiempo récord, como el Bloco da Esquerda en Portugal o Los Verdes en Alemania. “Pasaron de una lógica de confrontación con el establishment a una lógica de cooperación, que les hace estar en gobiernos de coalición en algunos casos, como seguro que será el paso siguiente aquí”, expone.
“Hemos tropezado muchas veces”, reconocen desde el partido, “pero hemos sido capaces de salvar los obstáculos. Podemos es un partido flexible”. La siguiente etapa en el camino son las elecciones autonómicas y locales, en las que el grupo confederal aspira a formar parte de varios Ejecutivos. Sería la antesala del gran objetivo: constituir con el PSOE el primer Gobierno de coalición de España.
La realidad ha desviado a Podemos de la conquista por asalto del poder que promulgaba en sus orígenes para tomar un camino más largo. “Tenemos las espaldas más anchas que hace algunos años, pero con la misma ilusión de siempre”, argumenta Iglesias. Su formación ha aprendido a ceder y a negociar sin reclamar como antaño ministerios ni vicepresidencias. El apretón de manos de Sánchez e Iglesias el jueves en La Moncloa evidenció que las formas con las que el líder de Podemos se postulaba como vicepresidente de un Ejecutivo tripartito con IU y presidido por Sánchez, a principios de 2016, ha quedado superado. La propuesta, que incluía el control de varios ministerios, pilló desprevenido a Sánchez, justo cuando se encontraba reunido con Felipe VI dentro de las rondas de audiencias del Rey para intentar formar Gobierno. “Los electores no entenderán que el líder de Podemos y yo no nos entendamos”, dijo entonces el responsable del PSOE.
Sin embargo, el recelo mutuo caracterizó desde entonces la relación entre ambos líderes. Hasta la moción de censura del pasado junio. “Hemos pasamos de la lógica de la vieja y la nueva política a la lógica de bloques”, apunta Simón. “Y dentro de estos no te puedes mover sin penalización. Podemos intentará mover al PSOE más a la izquierda y que se tomen medidas progresistas”.
La primera demostración de calado de ese entendimiento tras la moción a Rajoy llegó esta semana. Y cuenta con el beneplácito de los principales líderes de Podemos, al margen de la corriente a la que pertenezcan. “Para esto vinimos, para ser útiles y mejorar la vida de la gente. ¡Se puede y vamos a por más!”, proclamó Errejón, comentando la subida del salario mínimo de 735 a 900 euros, las medidas para contener el precio del alquiler o los permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles. Iglesias insiste en que entre Podemos y el PSOE “no hay una competencia virtuosa” como, según Errejón, existía entre PP y Ciudadanos hasta antes de la moción de censura.
Al igual que Iglesias se declara “moderadamente satisfecho” del acuerdo, Teresa Rodríguez, la coordinadora en Andalucía y con perfil propio dentro del sector más a la izquierda, los Anticapitalistas, también festeja el pacto con el Gobierno. E incluso lo utiliza para cargar contra los socialistas andaluces, a los que se medirá como candidata de la coalición entre su partido e IU en las elecciones autonómicas del próximo 2 de diciembre: “Este acuerdo pone en evidencia a Susana Díaz. Cuando el PSOE se sienta a negociar con Podemos, se sube el salario mínimo un 23%; cuando se sienta con Ciudadanos, le bajamos los impuestos a las grandes fortunas”.
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