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Estos son los candidatos a las elecciones de Andalucía

Todos repiten como aspirantes a presidir la Junta casi cuatro años después

Teresa Rodríguez, Juanma Moreno, Susana Díaz y Juan Marín.
Teresa Rodríguez, Juanma Moreno, Susana Díaz y Juan Marín.

Susana Díaz, Juan Manuel Moreno Bonilla, Teresa Rodríguez y Juan Marín volverán a verse las caras el 2 de diciembre en sus aspiraciones por presidir la Junta de Andalucía. Después de casi cuatro años, todos se han hecho un hueco en la política regional y ninguno juega ya con el handicap de tener que darse a conocer a los votantes. Los cuatro concurren con aspiraciones diferentes y su futuro puede cambiar en función del resultado que arrojen las urnas. Nadie quiere que se le atragante el turrón

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Susana Díaz. El animal político calculador

Lejos quedan las dudas que Susana Díaz (Sevilla, 1974) generó cuando se conoció que José Antonio Griñán la había elegido para ser su sucesora al frente de la Junta de Andalucía. Este tiempo en el poder ha cimentado su aura de animal político, con habilidad para manejar los tiempos y las personas, y sus dotes para la supervivencia. Unas líneas que ha tenido muy presentes a la hora de elegir el momento preciso para anunciar la fecha de las elecciones autonómicas. Cuentan en su círculo más íntimo que las condiciones eran tan propicias, de acuerdo con las encuestas internas que baraja el PSOE-A, que la presidenta ha estudiado hasta el más mínimo detalle para no errar y precipitarse con una decisión basada en la confianza excesiva.Y es que el último revés: la derrota en las primarias socialistas frente a Pedro Sánchez, le ha hecho ser más cauta. “Aquello ocurrió en el pleistoceno”, suele decir. En mayo del año pasado Díaz volvía a poner la vista fija en la política autonómica y forzaba una crisis de Gobierno para tratar de impulsar una legislatura un tanto desdibujada en cuanto a la gestión.

En este tiempo ha conseguido cumplir con el objetivo del déficit, si bien la brecha que separa a Andalucía de las regiones más ricas no se ha reducido y ha impulsado varias medidas normativas punteras en materia social: como la reforma de la ley de violencia machista, que equipara a las víctimas de violencia sexual con las de género; ha equiparado los permisos de paternidad y los de maternidad. Díaz ha gobernado en minoría, pero el apoyo de Ciudadanos apenas ha dejado percibir a un Gobierno débil, un apoyo que en el futuro podría pasar por exigir la entrada en el Ejecutivo de la formación naranja. Un peaje, que, de momento, no entra en los meditados planes que se hacen en la sede del Gobierno andaluz.

Fiel a sus tradiciones, Díaz no renuncia a su cofradía, La Esperanza de Triana, ni al Rocío o la Feria, ni al Betis (aunque desde que es presidenta ya no pueda asistir al palco, por respeto al sevillismo), la socialista ha ganado en experiencia y ha pulido ciertas aristas de su temperamento, pero sigue manteniendo la cercanía, en ocasiones desconcertante, que la caracterizó cuando empezó en política como concejal del barrio sevillano de Triana y del que hace gala en las inauguraciones, actos y presentaciones con los que trufa su agenda diaria. Un carácter que volverá a asomar en la campaña y con el podría conducir al PSOE a cumplir los 40 años al frente del Gobierno andaluz

Juan Manuel Moreno Bonilla: Bajo la espada de Damocles

El candidato del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla (Barcelona, 1970), volverá a disputarle a Susana Díaz la presidencia de la Junta de Andalucía por segunda vez consecutiva. Moreno acude a estas elecciones bajo la espada de Damocles. En las primarias del PP apostó de manera clara por Soraya Sáenz de Santamaría, y aunque insiste en la amistad personal que le une al actual presidente de su partido, Pablo Casado, es consciente de que un mal resultado puede costarle un liderazgo, que no ha terminado de afianzar desde que Mariano Rajoy lo puso al mando del partido para frenar el vigor político de Díaz en marzo de 2014. Moreno ha tenido una carrera meteórica en el PP, en el que se afilió a los 19 años. Con 23 fue concejal en el Ayuntamiento de Málaga y con 27, presidente de Nuevas Generaciones. En 2000 recaló en el Congreso, primero como diputado por Cantabria. Entre 2011 y 2014 ocupó el cargo de secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad.

Cuando se puso al frente de los populares andaluces prometió, según un colaborador cercano, resetear el partido, pero en este tiempo no se ha librado del lastre de Javier Arenas y tampoco ha sabido aprovechar el desgaste de un PSOE con casi 40 años en el poder. Al contrario, este malagueño nacido en Barcelona, ha visto cómo su partido va cayendo en las encuestas y  es adelantado por Ciudadanos. Moreno Bonilla sabe que se la juega en los próximos comicios. Por eso, echa mano del temple de su experiencia como bajista en varios grupos durante su juventud, y encara la campaña confiado en las encuestas internas que, a diferencia de las publicadas por los medios, dan a su formación escaños suficientes para poder gobernar con Ciudadanos, un guiño que el líder nacional no pierde la ocasión en hacer en sus cada vez más frecuentes visitas a Andalucía.

Teresa Rodríguez: El magnetismo beligerante

“Es un honor estar junto a la futura presidenta de Andalucía”. Así se refería el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, a Teresa Rodríguez, cuando, en marzo de 2015 anunciaba que dejaba el Parlamento Europeo para presentarse a las elecciones autonómicas andaluzas. Entonces Rodríguez (Rota, 1981), concurrió bajo el paraguas de Podemos y obtuvo 15 diputados —menos de los que esperaba la formación—. Casi cuatro años después, también vuelve a postularse como candidata a la presidir la Junta, y lo hace al frente de la única marca nueva que se presenta a las elecciones: Adelante Andalucía, la confluencia entre Podemos e Izquierda Unida. Esta, podría ser también, la última vez que Rodríguez dispute unas elecciones ya que aseguró que, de no ganar o formar parte del Gobierno, transcurrida la XI legislatura, volverá a impartir clases en Secundaria.

En este tiempo, ha protagonizado los debates políticos más duros con la presidenta de la Junta en la Cámara andaluza, —la última recordándole que Díaz tardó una década en sacarse la carrera de Derecho— que ha hecho del menosprecio a las reclamaciones de la dirigente gaditana una constante en su estrategia contra la formación morada. De Rodríguez se ha criticado su discurso un tanto naif,  anclado en el activismo anticapitalista, apostando más por la beligerancia que por la argumentación, y también que haya prescindido de escuderos válidos entre las filas críticas de los pablistas y errejonistas. Rodríguez, que, como Díaz, lleva en política desde su juventud —en 1998 se afilió a IU antes de pasar a militar en Izquierda Anticapitalista— es valiente y está convencida de que su magnetismo logrará atraer votos en un caladero conservador como Málaga. Es la razón por la que se presentará como cabeza de lista de esa provincia.

Juan Marín: Esperando al 'sorpasso'

El presidente de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín (Sanlúcar de Barrameda, 1962), pasó en 2015 de liderar un partido cogido por alfileres y sin apenas estructura ni representación en una Comunidad Autónoma con casi nueve millones de habitantes a convertirse, con sus ocho diputados, en la muleta que permitió al PSOE mantenerse en poder cuando estaba en su peor momento. En este tiempo su partido se ha afianzado hasta tal punto que aspira a dar el sorpasso y convertirse en segunda fuerza en Andalucía. El próximo candidato a la presidencia de la Junta, que también repite, como el resto de sus contrincantes en ese empeño, recurre a su pasado como entrenador de voleibol —dice que fue joyero, el negocio familiar, por obligación y jugador de vóley por vocación— para explicar su aparente calma y tenacidad a la hora de tratar de armar un partido de la nada, en el que ha habido deserciones y desencuentros, y su paciencia ante la aparente falta de confianza desde la dirección de Madrid.

A Marín se le achaca cierta falta de brío político, una carencia mediática a la que él contrapone que es el líder más valorado de la región y que su partido va a tratar de paliar de cara a la cita electoral con un desembarco masivo de sus líderes, Albert Rivera (cuya madre nació en un pueblo de Málaga) e Inés Arrimadas (de Jerez de la Frontera). Aunque el dirigente regional de Ciudadanos se muestra cauto a la hora de establecer un techo electoral —“Yo he sido entrenador y parto siempre del respeto a todos los rivales”, explica— todo lo que suponga sumar menos escaños que los que tiene ahora el PP sería considerado un fracaso. Marín debe desvincularse también de la vitola de haber permitido al PSOE-A seguir en el Gobierno. En este sentido, el sanluqueño esgrime la salida de Chaves y Griñán del ámbito político y una rebaja fiscal que, a su juicio, ha sido el motor de la recuperación en Andalucía, como el contrapeso a cambio de ese apoyo. “Somos los únicos que hemos conseguido arrancar algo al PSOE en casi 40 años”, repite. Marín que en estos cuatro años no ha parado de hacer kilómetros en su empeño por romper con el tabú de que es un político sin brío, tendrá que volverse a subirse a la caravana en los próximos meses. Las tapas en la plaza del Cabildo, donde suele se le puede ver cada vez que se escapa a su Sanlúcar natal, tendrán que esperar hasta Navidades.

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