Marlaska ordena retirar el borrador que quería prohibir los tatuajes a los guardias civiles
El ministro de Interior pide a la Dirección General que busque el máximo consenso con las asociaciones
Prohibidos los tatuajes, los peinados que no sean clásicos o las pausas para fumar. Estos eran algunos de los aspectos más polémicos del nuevo borrador de orden general de la Guardia Civil con el que su director, Félix Azón, pretendía regular el atuendo y el comportamiento de los guardias. El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha ordenado retirar el proyecto normativo y buscar un mayor consenso con las asociaciones profesionales del sector, que habían criticado las restricciones de manera mayoritaria.
Hasta cinco asociaciones habían amenazado con recurrir a la vía judicial para evitar que se afectaran los derechos fundamentales y libertades públicas de los guardias civiles. Según el ministerio de Interior, Marlaska decidió intervenir en cuanto tuvo conocimiento de la existencia de las nuevas normas, aún en trámite.
Juan Fernández, portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), mayoritaria en el cuerpo, asegura que hay que "celebrar" el que el ministro de Interior "sea sensible a las peticiones de los agentes". Sin embargo, alerta de que "es la segunda vez que el Ministerio tiene que avisar a la Dirección de la Guardia Civil de que busque un mayor consenso antes de modificar normas" para que no "pasen el rodillo".
El aspecto que más debate ha generado del proyecto normativo es el de los tatuajes. El borrador prohibía cualquier tatuaje que fuera visible, de modo que los guardias tenían que taparlos o someterse a una intervención quirúrgica para su eliminación en un plazo máximo de tres meses. También se indicaba que el personal con este tipo de marcas los registrase en una base de datos con las características de los mismos y el lugar del cuerpo donde se encontraban.
En el apartado del aspecto físico, las nuevas normas no solo prohibían los tatuajes, sino que afectaban al pelo, el bigote y la barba, las uñas, el maquillaje, los accesorios, los pendientes y las perforaciones. Entre otras cosas, el borrador no admitía que los agentes llevaran rastas, trasquilones o zonas de la cabeza rasuradas y otras con pelo, sino solo peinados clásicos: corto para los hombres y recogido para las mujeres.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.