La investigación del crimen del destornillador de Alicante apunta a que se trata de una “batalla entre timadores”
El juez ha decretado prisión provisional sin fianza para la mujer de la víctima y su cómplice
El juez ha decretado prisión sin fianza para los dos detenidos, la mujer de la víctima y su supuesto cuidador, después de que ambos se acogieran a su derecho a no declarar. Las investigaciones realizadas en torno al crimen del destornillador, ocurrido el pasado lunes en Alicante, siguen avanzando. Las circunstancias del caso parecen perfilar lo que fuentes de la investigación consultadas por EL PAÍS llaman “una batalla entre timadores”. “Todo apunta a que tanto la víctima como la agresora pretendían sacar algo el uno del otro”, señalan.
De ser así, ambos se dieron cuenta de su mutuo error tan solo quince días después de haber contraído matrimonio. Y todo acabó derivando en una brutal agresión que acabó con José Luis, la víctima, desangrado en el aparcamiento de un hotel con heridas en cuello y pecho. Y con Conchi, su reciente esposa, detenida junto a un cómplice gracias a la rápida intervención de una agente fuera de servicio que presenció el ataque desde un acantilado cercano.
Las circunstancias de la pareja revelan la posible historia de lo sucedido. Por un lado, José Luis estaba jubilado, apenas tenía a su nombre un piso en Santa Pola (Alicante) y presentaba todo un historial de detenciones previas. Por el otro, Conchi, que se presentó a la cita del lunes, que ella misma había concertado por teléfono, vestida de negro, gorra incluida, y con guantes de látex, lo que delata una posible premeditación, tal como apuntan las mismas fuentes. Además, ya en el lugar de los hechos, trató de demostrar que necesita una silla de ruedas.
Al parecer, cobra una pequeña pensión económica por su discapacidad. Sin embargo, tras su detención, los agentes percibieron que se valía por sí misma para andar. Y, de hecho, uno de los testigos que declaró durante la investigación señaló que, en la misma celebración de la boda, “cometió un error”. “El testigo señaló que al marcharse de la ceremonia y llegar a su vehículo, que estaba algo retirado, se levantó de la silla y la guardó ella misma”, afirmaron las fuentes de la investigación.
Su supuesta discapacidad es un factor importante para la presunta agresora. Incluso al llegar a los juzgados este jueves, y tras observar a los medios de comunicación que esperaban su ingreso en los juzgados, obligó a los agentes que la custodiaban a trasladarla hasta los calabozos en volandas. Por su parte, su cómplice, al que según la Agencia EFE se está investigando para ver si efectivamente es el cuidador de la detenida, ingresó en los juzgados por su propio pie.
Extraoficialmente, y antes de llevarse a cabo la vista, en los juzgados de Alicante ven claro el destino de ambos detenidos. La declaración de la testigo, una agente de la Policía Nacional, y la intervención inmediata de varios efectivos de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, que detuvieron a los presuntos autores en el mismo lugar de los hechos, no parece dejar lugar a dudas.
Este periódico intentó hablar con la abogada de los dos acusados, que declinó hacer declaraciones.
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