Rajoy se obliga a la neutralidad ante el pulso de sus colaboradoras
"No me dio ningún consejo”, aseguró Soraya Sáenz de Santamaría tras presentarle su candidatura al expresidente
Rajoy, pese a su retirada, aún tiene responsabilidades en Madrid: será el árbitro de la lucha por la sucesión, a la que concurren sus dos colaboradoras más cercanas, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal.
Tanto la exvicepresidenta del Gobierno como la secretaria general contactaron con Rajoy antes de presentar sus candidaturas a la presidencia para que supiera de primera mano que iban a dar el paso. “No me dio ningún consejo”, aseguró Sáenz de Santamaria. Una muestra de que Rajoy mantendrá su empeño de ser neutral hasta el final, distanciándose así de José María Aznar, que le designó como su sucesor sin celebrar ningún tipo de proceso electoral.
Desde el 5 de junio, cuando anunció su renuncia a liderar el PP, el presidente saliente se ha comprometido en público y en privado a actuar como árbitro. Que no diera pistas sobre cuál era su favorito en la sucesión descolocó a muchos líderes territoriales, que esperaban de él un guiño que les ayudara a elegir. Ese gesto sutil no llegará tampoco ahora, según quienes le conocen, precisamente porque compiten dos personas de su círculo de confianza.
El expresidente fue muy claro ante la junta directiva nacional cuando se dieron a conocer las fechas del congreso (20 y 21 de julio): “No tengo ni sucesores ni delfines; no podría hacer distingos entre unos y otros (...) A nadie podría distinguir con una preferencia, porque sería cometer una enorme injusticia con todos los demás, y no estoy dispuesto a hacerlo”.
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