El exnarco Oubiña crea una editorial para publicar sus memorias
El famoso excapo gallego no aceptó las condiciones de importantes empresas del sector que se interesaron por la publicación
Un año después de colgar su traje de presidiario, Laureano Oubiña ha cumplido su deseo de publicar sus memorias, alimentadas de las experiencias que ha vivido como capo del contrabando de tabaco y del tráfico de hachís, pero sobre todo de su largo periplo penitenciario que comenzó en 1990 cuando fue detenido en la Operación Nécora.
El libro, Toda la verdad, que saldrá a la venta en junio, según anunció Oubiña en su Facebook, es el primero que escribe un narcotraficante convicto en primera persona. En él desgrana los episodios más importantes que ha vivido, analizando los acontecimientos de los que fue protagonista porque, según él, han llegado a la opinión publica “desvirtuados y manipulados”.
A pesar de que algunas de las editoriales más importantes se han interesado por la publicación, Oubiña no llegó a ningún acuerdo con ellas y rechazó sus condiciones, tanto por el formato y contenido literario, como por el tema económico. Finalmente, Oubiña cedió sus derechos editoriales a uno de sus diez hijos que creó una sociedad con un capital de 20.000 euros para publicar la obra de su padre, según indicó a este periódico un portavoz de la familia.
El rey del hachís rememora sus primeras incursiones con las mafias de Pakistán y Marruecos. También sus relaciones con presos etarras y cómo uno de ellos le anticipó que iban a matar a un contrabandista vasco
El mediático excapo gallego deja claro que ha llegado su turno para contar sin cortapisas cómo fracasó la batalla contra los tabaqueros y se fraguaron en Galicia las grandes operaciones antidroga. Nada ni nadie queda al margen de su sentencia, dando un perfil de los personajes que han formado parte de su telediario personal: jueces, fiscales, políticos, policías arrepentidos, madres contra la droga, contrabandistas y narcotraficantes.
(…) “Cuando el PSOE llega al poder (1982) se recrudece la guerra contra los tabaqueros gallegos. Era una acción politizada de raíz: socialistas contra aliancistas. Curiosamente, en las zonas fronterizas andaluzas —donde se traficaba sobre todo con tabaco rubio y hachís— la contienda era mucho más light. De hecho, algunos gallegos decidieron bajar al sur porque se apreciaba esa mayor permisividad. De aquellas aguas bajan estos lodos hoy por Algeciras y La Línea de la Concepción, sin contar la Costa del Sol que es la capital de todas las mafias”.(…)
Con su peculiar retranca y “con todas las pruebas por si le llevan ante los tribunales”, puntualiza Oubiña, desvela chivatazos, traiciones y ajustes de cuentas, y narra cómo y por qué compró el emblemático pazo de Baión, el cual se convertiría en su peor pesadilla a merced de lo que considera “maniobras politizadas de la inquisición antidroga”. También rebobina la Operación Nécora para denunciar “un fraude judicial, protagonizado por una marioneta y mal llamado narcoarrepentido Ricardo Portabales”.
A lo largo de 500 páginas, Oubiña aporta datos concretos para explicar cómo le presionaron para intentar convertirlo en un delator, ofreciéndole la libertad a cambio de implicar al entonces teniente coronel —luego general— Rodríguez Galindo, al mando del cuartel de Intxaurrondo (Guipúzcoa) en prácticas corruptas vinculadas al contrabando y al narcotráfico.
El rey del hachís también rememora sus primeras incursiones con las mafias de Pakistán (para los que trabajó para transportar hachís a Europa) y Marruecos. También sus relaciones con presos etarras y cómo uno de ellos le anticipó que iban a matar a un contrabandista vasco.
(…) “En cada plantación del paraíso de la hierba había un caserío con una habitación a modo de sala fumadero donde nos ofrecían los distintos tipos de hachís. Alejandro y yo no quisimos fumar, pero Mon fingía que quería comprar y probaba las distintas variedades que le iban ofreciendo. Después de varias decenas de caladas, nuestro amigo empezó a ponerse lívido con la jeta más blanca que la pared de cal. Se fue quedando frito; pero, cuando quisimos darnos cuenta, daba la impresión de haber entrado en estado de coma” (...)
En otro de los capítulos denuncia con todo lujo de detalles cómo se pasó los últimos 30 años de su vida entrando y saliendo de una veintena de cárceles, por lo que se considera un “rehén de las prisiones españolas” y donde, afirma, “no existe la reinserción”. Cuenta también cómo en sus largas estancias en prisión conoció a personajes como el banquero Mario Conde, el fundador de Manos Limpias, Miguel Bernad, el traficante de armas sirio Mozen Al Kasar, y el temido capo turco de la heroína Urfy Cetinkaya, que acabó confinado en silla de ruedas tras un tiroteo entre bandas rivales.
(…) La mafia que dirigía el Paralítico no se andaba con chiquitas, si ordenaba cargarse a alguien se cumplía la orden. Lo que me quede de vida seguiré preguntando a la señora Avendaño y compañía por qué no acudió a montar su típico escrache en ningún juicio contra Antonio Yáñez, contra la conexión turca o contra cualquier otro traficante de heroína. ¿No era esta sustancia la causante de las desgracias de sus hijos? (…)
Coincidiendo con esta nueva faceta de escritor y editor, Oubiña, que será completamente libre el próximo 2 de septiembre, cuando se extinga su última condena por blanqueo, ha querido trasladar la idea de que el pasado quedó atrás y aunque asume sus delitos y ha cumplido íntegramente por ellos, ahora pide respeto y advierte que demandará al que le siga tachando de narcotraficante y no de ex.
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