Miles de personas aclaman a los Reyes en el desfile militar de Logroño
Felipe VI invita a brindar "por aquello que más nos une, por España"
Se temía un baño de lluvia y fue un baño de multitudes. Logroño ha convertido el desfile del Día de las Fuerzas Armadas en una fiesta mayor. Miles de personas han salido a las calles de la capital riojana para aplaudir a los militares y a los Reyes. Desde los balcones próximos a la tribuna principal, engalanados con la bandera de España y atestados de curiosos, se ha coreado el nombre de Felipe VI y se ha vitoreado a la pareja real, mientras esta ha correspondido saludando con la mano.
En la recepción ofrecida en el Ayuntamiento, el Rey ha agradecido el calor de la acogida ciudadana y se ha felicitado de la masiva participación popular, no solo en el desfile de Logroño sino en los centenares de actos militares celebrados a lo largo de la semana en toda España ya que, ha subrayado, son la mejor forma de homenajear a las Fuerzas Armadas. Ha concluido con un brindis "por aquello que más nos une: por España". Antes, la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, ha proclamado la lealtad de su ciudad "a la bandera, al Rey y a la nación española".
El aguacero caído por la mañana hizo temer hasta última hora que hubiera que suspender el desfile aéreo. Finalmente se levantaron las nubes y cazas F-18 y Eurofighter, aviones de transporte A400M y C-295 o helicópteros Tigre y Superpuma han surcado la vertical de la ciudad. La inestabilidad meteorológica solo ha obligado a reducir el número de aeronaves, de 54 a 48, y produjo algún desajuste, como cuando los reactores de la patrulla acrobática Águila han pintado los colores de la bandera de España por encima de los helicópteros, en una imagen tan imprevista como insólita.
Bajo la atenta mirada del Rey, con uniforme de capitán general del Ejército del Aire, y de la Reina, con un abrigo de color rosa palo, el desfile terrestre se ha desarrollado con la precisión de un reloj: 2.678 militares y 147 vehículos han cubierto los 1.100 metros de recorrido en media hora. Los más aplaudidos, como es habitual, la Legión, con su tradicional carnero como mascota, y la Guardia Civil. Como novedad, nueve militares condecorados con distintivo rojo por haberse significado en acciones de combate han depositado con el Rey la corona de laurel en el homenaje a los caídos.
El próximo desfile será el 12 de octubre en Madrid, pero este año tendrá un significado especial pues coincide con el 175 aniversario del decreto de Isabel II que convirtió la rojigualda en la enseña nacional y Defensa quiere convertirlo en un gran acto de exaltación de la bandera.
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