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Nuevas pesquisas policiales reactivan la búsqueda de Sonia Iglesias, desaparecida en 2010

Los investigadores exploran otros ámbitos del entorno familiar y afirman que “el caso no se cerrará" aunque no se pueda sentar a nadie en el banquillo

Julio Araújo, único sospechoso de la desaparición de Sonia Iglesias.
Julio Araújo, único sospechoso de la desaparición de Sonia Iglesias.óscar corral

Dos meses después de que la policía haya reanudado la búsqueda de Sonia Iglesias, la pontevedresa de 38 años desaparecida en agosto de 2010, basándose en nuevos indicios sobre el caso que podrían llevar a la policía a localizar su cuerpo, los investigadores han ampliado ahora las pesquisas para explorar otros ámbitos del entorno familiar, según fuentes judiciales.

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Por el momento nada ha trascendido de los resultados de las últimas diligencias que se centraron en la casa de San Mauro, en Pontevedra, donde Sonia Iglesias y su pareja Julio Araújo, principal sospechoso, habían convivido los primeros años de su relación y que ya había sido registrada en 2010. Allí, la Policía Científica realizó varias catas sobre el terreno y vació un pozo de barrena buscando alguna pista nueva.

La instructora y titular del juzgado de violencia contra la mujer mantiene bajo secreto todas las diligencias que han servido para retomar el caso en febrero pasado. La investigación se archivó en 2015 cuando el asunto pasó a ser competencia de este juzgado y se hicieron públicas todas las actuaciones policiales practicadas hasta entonces.

Julio Araújo, el principal sospechoso de la desaparición de Sonia, fue imputado en la causa por detención ilegal dos años después de abrirse la instrucción, aunque nunca llegó a ser detenido. Ahora sigue en el punto de mira pero el juzgado no le ha citado a declarar y solo ha sido requerido para someterse a un interrogatorio en la Comisaría de Pontevedra, donde compareció con un hermano como supuesto cómplice, ambos en calidad de investigados. Ninguno de los dos respondió al cuestionario de preguntas que los policías encargados del caso habían elaborado.

Araújo, aquejado por una grave enfermedad, fue internado días después en un centro hospitalario donde recibe tratamiento de quimioterapia. Sin embargo, su delicada salud y la falta de pruebas para resolver definitivamente el enigma del paradero de Sonia no supondrán un obstáculo para la investigación. “El caso policialmente no se cerró nunca ni se va a cerrar”, ha afirmado el fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro. “Pase lo que pase la investigación continuará y la policía está absolutamente volcada en poder resolverlo”.

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“Hemos abierto muchos caminos, algunos equivocados porque nos han llevado hasta allí, pero se seguirán explorando otros nuevos y los que sean necesarios para llegar al objetivo, que es saber dónde está el cuerpo de Sonia Iglesias”, ha subrayado Aladro.

El cementerio de San Mauro fue otro de los lugares de búsqueda, aunque allí solo se realizó una inspección ocular, al menos por el momento. Una de las hipótesis que ha barajado la policía es que el cuerpo de Sonia pudo acabar en el panteón familiar de los Araújo, pero buscar allí supondría levantar unas treinta sepulturas, algo sumamente improbable si no hay suficientes indicios.

Ahora la policía ha dado un paso más al investigar por presunto homicidio a la pareja de Sonia Iglesias y padre de su hijo. Su abogado, Jesús Santaló, ha comentado que ante este nuevo paréntesis policial Julio Araújo “está tranquilo, como siempre lo ha estado, y dispuesto a colaborar con la investigación, aunque abatido y cansado después de tantos años afrontando una situación difícil y viviendo en una ciudad donde te señalan como el culpable, aunque no haya pruebas”.

La investigación siempre barajó la hipótesis de que Sonia fue asesinada y que Julio Araújo, la última persona que la vio con vida a mediodía del 18 de agosto de 2010, es supuestamente el autor material del crimen y que habría actuado con la ayuda de un cómplice para deshacerse posteriormente del cuerpo. Sin embargo, la defensa sostiene que no tuvo tiempo material para hacerlo, cronometrando todos los pasos que dio ese día hasta la hora que denunció su desaparición. También la familia ha señalado públicamente a la pareja de Sonia como el presunto responsable de su muerte.

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