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El infierno de los caballos sin identificación de Lugo

Las Administraciones eluden la responsabilidad sobre los equinos que aparecen muertos o atravesando la vía pública con aspecto famélico

Dos de los caballos abandonados en Lugo.
Dos de los caballos abandonados en Lugo.

Vecinos próximos al polígono industrial de As Gándaras, en el término municipal de Lugo, asistieron a finales del pasado enero a un espectáculo espeluznante: cinco mastines rodeaban el cadáver de un caballo descuartizado. Aseguran que avisaron a la Policía Local y al Seprona, pero “al carecer el animal de chip identificativo” ninguna de las administraciones se hizo cargo de la retirada de sus restos. “En esta zona pastan caballos sin identificar", sostienen. Han contado al menos hasta cuatro cadáveres en el entorno de As Gándaras en pocos días “pero aunque parezca increíble, no hay quien ponga remedio a esto”.

Una herida en la pata trasera de uno de los caballos.
Una herida en la pata trasera de uno de los caballos.

Los habitantes de Lugo conviven desde hace tiempo con la presencia de equinos de aspecto famélico deambulando por las afueras de la ciudad. Un año antes del episodio de As Gándaras la asociación animalista Libera! había registrado ya una iniciativa en el Parlamento de Galicia para instar a la Xunta a actuar contra el maltrato hacia un caballo y un poni en otra finca lucense. El colectivo acusó entonces al Gobierno autonómico de “no activar el proceso de decomiso urgente de los animales en estado de desnutrición”. No obstante, todo sigue igual: las Administraciones públicas se pasan la responsabilidad unas a otras.

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Apenas dos meses después de la sobrecogedora estampa del animal descuartizado, algunos conductores que circulaban por las proximidades del mismo polígono de As Gándaras se toparon de bruces en una curva con un pequeño grupo de yeguas y caballos que caminaban como ánimas con aspecto malnutrido. Los conductores frenaron a tiempo de evitar un accidente, avisaron a la policía y aseguraron a La Voz de Galicia que, al no presentarse ningún agente, acabaron apartando ellos mismos a los animales de la vía pública.

Los equinos son de personas “identificadas, aunque sin residencia conocida; los tienen unos días atados en terrenos en donde no tienen posibilidad de alimentarse y en cuanto perciben que alguien los detecta, los trasladan a otros en donde hay pasto para que no puedan ser incautados”, sostiene un vecino que afirma que durante uno de los últimos temporales los animales estuvieron atados y sin cobijo en una finca. “Había yeguas preñadas, alguna retorcida por el dolor, pero llamamos a todas las administraciones y ninguna hizo nada”.

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El vecindario de esta zona está convencido de que las instituciones no intervienen porque los dueños de los animales, a los que tienen identificados, “carecen de domicilio fijo y son insolventes”, una opinión que comparten las asociaciones animalistas consultadas por este diario aunque atribuyen además la inacción institucional a la nueva Ley de Protección y Bienestar de los animales de compañía de Galicia, aprobada a finales de 2017 y que deja fuera a los caballos.

El traspaso de responsabilidades de una administración a otra sitúa en un limbo (próximo al infierno) el bienestar de estos animales.

Un caballo herido y abandonado en Lugo.
Un caballo herido y abandonado en Lugo.

“El Ayuntamiento solo tiene competencia en caballos sueltos que generen riesgo de tráfico o que pasten en fincas sin autorización, pero esto último únicamente en el caso de que la denuncia venga del propietario de la parcela o afecte a terreno municipal; de lo contrario la entidad local tiene que presumir que el animal está en esa finca con autorización del dueño”, asegura un portavoz oficial del Ayuntamiento de Lugo. Añade que "cuando la policía local actúa, los propietarios los sueltan, con lo que se les puede requerir por el mal estado y eso corresponde al Seprona”.

La institución local afirma que es la Xunta la que tiene las competencias de “identificación de los caballos, localización, registro de explotación equino, bienestar animal, maltrato, desnutrición y abandono”. Y añade que es también la administración autonómica la que dispone de “inspectores veterinarios que controlan las explotaciones” y que estos "son los únicos competentes para certificar si un animal está siendo maltratado”.

No obstante, el gobierno gallego se desentiende. “Los caballos mostrencos están catalogados en la nueva ley autonómica como animales de explotación, dedicados por lo tanto a la producción”, sostiene un portavoz de la Consellería de Medio Rural para justificar la ausencia de implicación en este caso. Deriva la responsabilidad al Ayuntamiento. “Si nos dan la alerta, nosotros vamos a ver qué ocurre, pero al tratarse de caballos mostrencos, la responsabilidad es municipal”, zanja la Consellería.

Y, por su parte, el Seprona niega también tener la competencia: “Los problemas no se generan porque estén famélicos sino porque los dueños los dejan sueltos y cruzan la red viaria y esto corresponde a la demarcación de la Policía Local o de la nacional. Si apreciaran maltrato animal, cualquiera de estos cuerpos debería llamar a veterinarios municipales o de la Xunta para que lo certificaran”, sostiene este organismo.

Dos caballos abandonados en Lugo.
Dos caballos abandonados en Lugo.

La rueda no tiene fin. La protectora de animales de Lugo afirma que no puede hacerse cargo de los caballos al no estar catalogados como animales de compañía y el santuario lucense Frente L.A. reconoce la dificultad de que prosperen las denuncias.

“La ley solo requiere que estén a cubierto y tengan agua pero basta con unos matorrales o un árbol para justificar que están a cubierto”, sostiene José Benito, portavoz de este santuario animal. Benito Relata cómo en una ocasión en la que el propietario dejó caballos y yeguas atados en un descampado y se registró denuncia, se los llevó antes de que llegaran las autoridades. “Tienen dueño, con lo que lamentablemente nosotros no podemos intervenir”.

El portavoz de Libera!, Rubén Pérez, atribuye la inacción de las instituciones a la nueva ley de protección animal. “Deja fuera a los caballos; creíamos que se respetarían en la nueva legislación, pero han quedado desamparados, en un terreno de nadie.”

Los animalistas piden la modificación de la nueva ley gallega

Cristina Huete

La Ley de Protección y Bienestar Anima de Galicia, aprobada con los únicos votos del PP que la calificó como "una de las más avanzadas de la Unión Europea", contó con el rechazo del resto de grupos por la "desprotección" en la que, aseguraron, dejaba a los caballos –equiparados al ganado destinado al consumo humano los toros y los animales silvestres.

No obstante, el portavoz de Libera! asegura que aunque la administración autonómica se ampare en esa ley, “hay ordenanzas municipales que incluyen protección a los équidos y nosotros entendemos que hay normas suficientes para hacerlo decomisando los animales y enviándolos al hospital veterinario de Lugo”.

Esta ONG y la Fundación Franz Weber acaban de iniciar una campaña contra este tipo de maltrato animal tras haber reunido documentación sobre 160 casos de équidos en distintos puntos de Galicia atados con todo tipo de artilugios en sus patas que "los inmovilizan causándoles dolor".

Ambos colectivos reclaman las medidas de protección a caballos, asnos y burros que, sostienen, fueron “hurtadas" en la legislación gallega actual cuando "hasta este año los caballos estaban protegidos” y denuncian la “falta de expedientes sancionadores” que conlleven multa efectiva. Ambos colectivos atribuyen el cierre de las diligencias abiertas por la fiscalía a “la falta de identificación de los animales”. Y frente al orgullo expresado por el gobierno gallego respecto a la nueva ley, las dos ONG destacan que la identificación que aquí se incumple es precisamente una “exigencia de la Unión Europea”.

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