El magistrado coplero
El catedrático de Derecho Procesal Juan Montero presenta un libro sobre la copla después de haber abordado el análisis del tango y el bolero
Compaginar el Derecho procesal y el estudio de las canciones de Concha Piquer no resulta una cosa frecuente. O por lo menos, no suele ocurrir todos los días. Juan Montero (Elche de la Sierra, 1942) es sin embargo la excepción. O una de las excepciones que se han propuesto hacerlo posible. Quizás, porque como él mismo reconoce “pocos juristas verá usted que tengan una vida tan entretenida como los cantantes”. Catedrático –ahora jubilado– de Derecho Procesal de la Universidad de Valencia y exmagistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana desde bien joven prefirió el “galopa y corta el viento” a los "yeah, yeah, yeah" que llegaban desde el otro lado de los Pirineos en los primeros años sesenta. “Siempre me ha gustado la copla, para mí es la música española propiamente dicha (...) Así como el bolero y el tango lo son para la música hispano-americana, la copla es el género musical genuinamente español”, afirma.
Después de haber estudiado el tango y el bolero, con su correspondiente publicación, ahora presenta La copla, completando la trilogía musical. Los años de oro: 1928-1958 (Editorial Tirant Lo Blanch). “Cuando escribo libros de este género lo hago para divertirme yo, para disfrutar yo. Si luego la gente los lee y les gusta, estupendo, pero mi motivo inicial es por puro placer personal”. En su estudio sobre la copla se centra en lo que califica como edad de oro del género. “La copla empieza realmente a finales de los años veinte, siendo en la primera mitad de los años treinta cuando alcanza su primer esplendor. Los años treinta definen lo que es la copla. Es en este periodo cuando se escribe algunos de los grandes clásicos como 'Ojos verdes y Suspiro de España' ", explica el escritor.
“Así como el cuplé fue indecente por decirlo de alguna manera, o mejor, erótico, la copla no”, señala a propósito del género. “El cuplé juega con los dobles sentidos mientras la copla dice lo que está sintiendo (...). La copla no habla del amor nunca, la copla habla del querer. Que es diferente”, precisa Montero. "De los cientos de canciones que escribieron Quintero-León-Quiroga, la censura solo puso pegas a 36 canciones por cuestiones de moral y decencia”, señala. “Por otro lado, la copla de político nunca tuvo nada. Si se repasan sus letras no se encontrará ningún significado político, sea de un lado o del otro”, precisa. “La Guerra Civil pilló a los cantantes de la copla en un sitio y eso les condicionó. Mientras Concha Piquer el 18 de julio estaba en Sevilla, Miguel de Molina estaba en Barcelona. Y eso sin duda influyó en el desarrollo posterior”, cuenta Montero.
“La copla cuenta una historia completa: presentación, desarrollo, desenlace, todo completo. Una comedia, una tragedia... Y todo milagrosamente en tres minutos”. ”El gran éxito de un letrista como Rafael de León es que era capaz de poner en 40 versos una novela entera”, señala Juan Montero. El libro finaliza en 1958, una fecha marcada por el retiro de Concha Piquer de los escenarios. “Lo que siguió por lo que respecta a la copla podríamos denominarlo como 'los años de plata' pero aquellos grandes espectáculos firmados por Quintero-León-Quiroga comenzaron a desaparecer, económicamente resultaban cada vez más difícil de producir”, explica Montero.
“En la copla ocurre como en la naturaleza, se produce esa conjunción de estrellas, milagrosamente coincidieron una serie de compositores, letristas e intérpretes que difícilmente se volverán a repetir”. “Esto ocurre también en otros géneros como el tango cuando se da esa convergencia de músicos y letristas en un determinado momento”. Sobre las voces herederas de aquella copla señala con acento crítico, “En la copla ha sucedido como en el bolero, que han sufrido una desvirtuación (...) La misma canción cantada por Concha Piquer en los años cuarenta y oírla luego por Rocío Jurado, uno se da cuenta de que aquello no es copla, es otra cosa”.
“Las canciones que le hacen a Isabel Pantoja, las quieren presentar como si fueran copla, pero realmente no lo son”, afirma, y señala: “Ahora todo se convierte en balada, sea un tango, un bolero o una copla”. No escatima tampoco sus críticas hacia otras voces, “Los cantantes de ópera cuando se ponen a cantar un tango lo hacen muy mal. En ellos lo que importa es la voz y en la copla o en el tango lo que importa es expresar la letra. Por eso cuando Placido Domingo canta, lo que quiere es que se escuche su voz, y la letra para él es de segunda categoría”.
Ahora, todavía con la copla caliente entre manos, Juan Montero ultima su nuevo libro que promete contar una historia muy jugosa. “El libro trata del proceso penal contra una comedia musical de principios de siglo XX La diosa del placer escrita por Luis de Larra, nieto del escritor romántico José de Larra, acusada de escándalo público, y que tuvo entre otros protagonistas, al escritor Benito Pérez Galdós en su defensa”. Y remata con humor a propósito de sus pasiones musicales. “Como decía mi madre, todavía hay vicios peores".
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