La juez manda a prisión sin fianza al detenido en Asturias por el asesinato de Paz Fernández
Javier L. fue arrestado el pasado viernes como presunto autor del crimen con violencia de la mujer hallada flotando en el embalse de Arbón
La juez ha enviado a prisión sin fianza este lunes a Javier L. como presunto autor de la muerte de María Paz Fernández Borrego, después de más de seis horas de declaración. El ministerio público había solicitado la misma medida para él. La gijonesa de 43 años, madre de dos hijos, fue asesinada, posiblemente el mismo día de su desparición, el 13 de febrero, por varios golpes en la cabeza y el cuello "con un objeto romo", según la autopsia. La juez le atribuye homicidio o en su caso asesinato con agravante de género.
La titular del Juzgado de Primera Instancia de Instrucción de Valdés (concejo de Luarca), la magistrada Marta Huerta Novoa, ha decidido enviarle al Centro Penitenciario de Asturias. Javier L. ha entrado en los juzgados de la localidad cercana a Navia poco después de las 7.30 horas de este lunes, después de un fin de semana de interrogatorios en base a las nuevas pruebas que ha ido encontrando la Guardia Civil, sobre todo en el registro de su domicilio, en la pequeña calle Hospital de Navia.
Fuentes de la investigación sostienen que la magistrada ha dado por buenas las pruebas que le han presentado los agentes, y el nuevo relato construido con datos a partir de las contradicciones de la versión del presunto asesino. La principal era que J. L. no habría vuelto a ver a Paz Fernández después de las 18,30 horas del día 13, aunque, según dijo, sí había hablado con ella e intercambiado algún mensaje.
Los agentes creen poder demostrar que eso no fue así, y que no sólo la recibió en su casa, sino que esa noche la asesinó y después la transportó con su coche. El mismo coche que, según la versión de J. L. no podía usar desde hacía tiempo debido a una lesión. Gran parte de su coartada se basaba en que no podía conducir por aquellos días. Andaba con muletas. La benemérita encontró el coche que misteriosamente desapareció la primera semana de febrero, y con el que varios testigos le vieron conduciendo entre esa fecha y la desaparición de Paz. Dentro del vehículo había restos biológicos de la mujer gijonesa. En el registro de la casa familiar de Llosoiro los agentes encontraron más material para analizar.
Javier L. había quedado con Paz Fernández la tarde de su desaparición el día 13 de febrero, en el restaurante y pensión que hay en la calle San Francisco de Navia. Él vivía muy cerca, a escasos 20 metros, en la esquina entre las calles San Francisco y Hospital. Fue la última persona que la vio con vida aquel 13 de febrero.
La Guardia Civil creyó desde el principio que su coartada no se sostenía. Por aquellas fechas andaba con muletas debido a una caída y aseguró en su declaración que la dejó sobre las 18.00 y ya no la volvió a ver. El teléfono le situaba en un lugar que dijo no haber visitado, y su versión de las comunicaciones con Paz Fernández el día de su desaparición "incurría en varias contradicciones", aseguraron fuentes de la investigación. Él insistía en desvincularse de lo ocurrido. "Me declaro inocente en todo momento", respondió el pasado viernes a los periodistas tras declarar en el juzgado de Luarca.
El cadáver de esta mujer de Gijón, madre de dos hijos, emergió este pasado martes en las aguas del cercano pantano de Arbón, con signos de haber sido asesinada a golpes en la cabeza y el cuello tal y como reveló la autopsia este miércoles. El cadáver flotaba bocabajo con el mismo vestido negro que llevaba en día de su desaparición, recogido a la altura de la cintura y sin ropa interior.
No era la primera vez que Paz Fernández pasaba unos días en Navia. Era habitual, pero su presencia se había incrementado en las últimas semanas. El día 18 de enero se hospedó en la habitación 216 del Hotel Palacio Arias, y una testigo asegura que un hombre pasó la noche con ella pese a que pagó una habitación individual. Lo mismo pasó una semana después, el 27 de enero pero en la pensión San Francisco. Pernoctó con una persona que no quedó registrada en el local. El 13 de febrero volvió a la pensión, pero esa noche nadie durmió en la habitación 301.
Javier L. O. fue detenido sobre las nueve de la mañana por agentes de la Guardia Civil adscritos a la oficina judicial de Luarca, y una hora después volvieron con él a Navia, a su domicilio, en el número 9 de la calle Hospital, para registrarlo en su presencia. Agentes de la científica permanecieron allí durante unas dos horas y es previsible que acudan también al pantano de Arbón, donde emergió el cadáver el pasado miércoles.
El autor confeso del asesinato conoció a Paz Fernández en Gijón. Ambos trabajaban en locales cercanos. El 13 de febrero estuvieron juntos en Navia hasta las seis de la tarde y después Paz fue vista sola en la cafetería Avenida, en el borde de la Avenida de los Emigrantes. La mujer llegó a este pueblo el mismo día de su desaparición. Era la segunda vez que se hospedaba en la pensión San Francisco, en la calle del mismo nombre. Su perro, Bronco, del que nunca se separaba, llegó a la puerta de su habitación, en el tercer piso de la pensión, sin correa. Ladró un par de veces sobre las dos de la mañana del día 14. Estaba solo.
El vehículo de Paz fue localizado un día después junto al hospital de Jarrio, en el municipio de Coaña, a unos 12 kilómetros del embalse en el que fue encontrado el cuerpo y a unos cuatro de la pensión. El coche estaba en la parte trasera del aparcamiento, junto a la entrada de la cocina. El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil abandonó la búsqueda de pruebas en el embalse el miércoles.
El asesinato de Paz Fernández avivó el miedo en las familias de las otras dos mujeres desparecidas en Asturias con apenas tres semanas de diferencia. Si Paz desapareció el 13 de febrero, Lorena Torre, de 40 años, lo hizo el 1 de marzo por la noche en Gijón. Su coche apareció aparcado en las proximidades de la playa de El Rinconín, a unos cuatro kilómetros del centro. El 2 de marzo fue el último día que se tuvo noticias de Concepción Barbeira Mariño, en Avilés. No llegó a su trabajo en el hospital San Agustín. Su vehículo fue localizado con las puertas abiertas y el bolso en su interior en la localidad de Santa María del Mar, en Castrillón, a unos diez kilómetros de su domicilio.
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