Una explosión empujada por las más jóvenes
España vive un relevo generacional en los movimientos feministas que ha sido clave para llegar a esta convocatoria
“Tienes que venir a mi instituto a convencer a los machirulos”. Con esta contundencia le piden a Pamela Palenciano chicas de 12 a 18 años que haga su monólogo. Palenciano, de 35 años y artivista —juego de palabras con artista, activista y feminista—, representa desde hace 11 años el monólogo No solo duelen los golpes. En él relata el maltrato al que la sometió un novio cuando era adolescente en una actuación en la que asume todos los papeles, también el de machirulo. “He visto una evolución enorme, los dos últimos años estoy flipando. Y lo que veo es que el peso de las jóvenes es lo más importante en todo lo que está pasando”.
En la manifestación de 2017, cuyo éxito es el germen de la huelga feminista, la presencia de menores de 30 años fue abrumadora. También cuando salieron espontáneamente a las calles en noviembre para solidarizarse con la víctima de La Manada. “No es no, lo otro es violación”, coreaban en Madrid jóvenes de la edad de Sara Naila, metida hasta el tuétano en la organización de la huelga.
Naila estudia un doble grado de Derecho y Filosofía y es integrante de la Comisión 8M, que agrupa a colectivos feministas de toda España. Tiene 20 años y empezó a plantearse esto del feminismo con 14: “Empezó por el fútbol. Yo juego y pensé: ¿por qué me tienen que llamar marimacho?”. Anoche durmió con otras compañeras en la Facultad de Matemáticas de la Complutense. Las estudiantes han organizado encierros “no mixtos” en los grandes campus de la capital y otros de fuera. Ellas organizan la protesta y sus compañeros, los que quieran, pueden parar sus clases para prepararles hoy el desayuno y el almuerzo. Pero, insiste, no serán ellas las que les digan lo que tienen que hacer: “Cuando ellos nos preguntan, decimos: ‘Autoorganizate, no vamos a ser tu madre en este proceso”.
Modelos
Naila y Paula Laborda, de 20 años, tienen de referentes a las mujeres que iniciaron su andadura feminista cuando en España no había libertad. “Son nuestro modelo como lo seremos nosotras de las más jóvenes”, dice Laborda. Mujeres como Justa Montero, también de la comisión y activista feminista de largo recorrido. “No es que hayan tenido una participación muy importante, es que las mujeres de los 16 a los 30 han liderado este proceso”, señala Montero, que sitúa el inicio de la protesta más joven en las movilizaciones de 2014 contra los cambios de la ley del aborto. Y alude a un “despertar” en el que coinciden varias de las mujeres consultadas para este reportaje: “Se han educado en una sociedad que en principio se rige por principios igualitarios y de repente descubren que eso no es así”.
“Son el resultado de unas madres y abuelas que han roto con las convenciones sociales”, añade Soledad Murillo, secretaria de Estado de Igualdad entre 2004 y 2008, cuando se gestaron la Ley de Igualdad y la de Violencia de Género, que no se han aplicado en la parte de incluir contenidos de igualdad en el currículo. Murillo da clases de Sociología y Derecho en la Universidad de Salamanca. También ha notado un cambio: “Ya no se toleran discriminaciones. Han renunciado a la sumisión y a estar bajo las normas que colocan al varón como lo único importante. Y lo hacen de manera espontánea”.
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