Paz Fernández, la asturiana hallada sin vida en el embalse de Arbón, fue asesinada, según la autopsia
Interior descarta que los tres casos de desaparecidas en la región tengan relación
La mujer del yorkshire, la del tatuaje de estrellas en el hombro, fue asesinada a golpes. El cadáver de Paz Fernández Borrego, una de las tres mujeres desaparecidas en Asturias en apenas tres semanas, tenía varias fracturas mortales en el cráneo y en el cuello, apreciables pese al deterioro del cuerpo tras varios días sumergido en el agua. El Instituto Anatómico Forense de Oviedo confirmó ayer lo que nadie quería oír: se trata de un homicidio.
La mujer de Gijón, de 43 años, y madre de dos hijos, desapareció en Navia, la localidad en la que fue vista por última vez en 13 de febrero, hace 22 días. Su cadáver emergió el martes en las aguas del cercano pantano de Arbón, pero numerosos carteles con dos fotos suyas, sus características físicas y varios números de teléfono de contacto, siguen pegados en muchas calles del municipio asturiano.
Miedo en las calles
Su final ha avivado el miedo en las familias de las otras dos mujeres desparecidas en Asturias con apenas tres semanas de diferencia. Si Paz desapareció el 13 de febrero, Lorena Torre, de 40 años, lo hizo el 1 de marzo por la noche en Gijón. Su coche apareció aparcado en las proximidades de la playa de El Rinconín, a unos cuatro kilómetros del centro.
El 2 de marzo fue el último día que se tuvo noticias de Concepción Barbeira Mariño, en Avilés. No llegó a su trabajo en el hospital San Agustín. Su vehículo fue localizado con las puertas abiertas y el bolso en su interior en la localidad de Santa María del Mar, en Castrillón, a unos diez kilómetros de su domicilio.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, afirmó ayer que, según los informes en su poder, esas tres desapariciones de mujeres en Asturias “no tienen nada que ver una con otra”.
María Paz Fernández Borrego llegó a Navia el mismo 13 de febrero. Era la segunda vez que se hospedaba en la pensión San Francisco, en la calle del mismo nombre. Un amigo cercano que quedó con ella la tarde de su desaparición, vivía en la prolongación de la misma calle. Posiblemente fue la última persona que la vio con vida aquel 13 de febrero. Su perro, Bronco, del que nunca se separaba, llegó a la puerta de su habitación, en el tercer piso de la pensión, sin correa. Ladró un par de veces sobre las dos de la mañana del día 14. Estaba solo.
El vehículo de Paz fue localizado días después junto al hospital de Jarrio, en el municipio de Coaña, a unos 12 kilómetros del embalse en el que fue encontrado el cuerpo y a unos cuatro de la pensión. El coche estaba en la parte trasera del aparcamiento, junto a la entrada de la cocina. El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil seguía ayer en el embalse buscando evidencias.
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