Dos cacos sustraen la puerta de un edificio de viviendas sin levantar sospechas y a plena luz del día
Los ladrones, disfrazados de operarios, aprovecharon que era festivo en Zaragoza para acometer la fechoría sin la presencia de la portera de la comunidad y con una menor afluencia de viandantes
10. 00 de la mañana del pasado lunes 29 de enero. Dos hombres vestidos con monos de operario manipulan la puerta de acceso de un portal a la altura del número 109 de la calle de Miguel Servet, en Zaragoza. Hasta aquí todo normal. Sin embargo, lo que pasaría por una simple reparación del mobiliario de un vecindario se convertiría poco después en un robo a plena luz del día. “Arrancaron el portero automático que estaba instalado y dejaron los cables colgando”, explica Inés Polo a EL PAÍS, la dueña de un negocio de fotografía contiguo al edificio donde sucedió el peculiar hurto. Los individuos, que habían llegado en una furgoneta rotulada con la palabra “Carpintería”, lograron cargar en su interior la puerta y marcharse sin levantar sospechas. El día, tampoco fue escogido al azar, debido a que se celebraba la festividad de San Valero, patrón de la ciudad, lo que propició que se diera una menor afluencia de transeúntes y vecinos deambulando por el barrio.
“El material con el que estaba hecha era de hierro macizo. Debían ser profesionales para manejar todo ese peso”
“Lo tenían planificado, por ser fiesta y porque Ana (la portera) tampoco se encontraba realizando sus tareas del día”, argumenta Polo. Además, la parte interior del acceso al edificio había sufrido una reforma integral en los últimos tiempos (buzones, suelos, etc.) con lo que los vecinos estaban más habituados al trasiego de enseres. Todo ello, según cuenta Polo, les ayudó a cometer su fechoría sin intromisiones. “Algunos inquilinos pensaron que quizás estarían ajustando el portón, al ser la instalación relativamente nueva”.
Según recoge la prensa local, uno de los vecinos vio como los hombres cargaban el cristal de la puerta en el interior del vehículo. “El material con el que estaba hecha era de hierro macizo. Debían ser profesionales para manejar todo ese peso”, apostilla la dueña del local. De momento, la comunidad ya ha presentado denuncia ante la policía y la empresa encargada de la instalación niega cualquier relación con el suceso.
Según los últimos datos del Ministerio del Interior correspondientes al primer semestre de 2017 el número de hurtos ha descendido un 10% en la ciudad de Zaragoza con respecto al mismo período de 2016, contabilizando un total de 3.871. A escala nacional, este tipo de sucesos bajó un 1%.
En la actualidad, Polo desconoce si el seguro de la comunidad ya ha enviado a un perito para que evalúe lo sucedido y gestione la pertinente indemnización. “Esperemos que se solucione pronto porque estamos en invierno y aquí el viento del cierzo se nota y mucho”. Al frío también se añade una creciente inseguridad debido a que el edificio aún no cuenta con ningún tipo de protección. “Llevo toda la vida en el barrio, pero de un tiempo a esta parte cada vez hay más robos en viviendas”. El barrio se encuentra a unos veinte minutos a pie del casco histórico y cuenta con sendas edificaciones levantadas hace pocos años. “Aquí vive mucha gente joven y la zona, en general, es buena. Pero, ¿quién nos iba a decir que nos iban a robar la puerta del portal?”
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