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Rajoy no da su apoyo a la candidata a Europol que le pide el presidente belga

Los dos jefes de Gobierno se reúnen antes de la cumbre social de Gotemburgo y dicen que no han hablado nada sobre la situación de Puigdemont en Bruselas

Javier Casqueiro
Rajoy reunido con el primer ministro belga, Charles Michel.
Rajoy reunido con el primer ministro belga, Charles Michel.EFE

Mariano Rajoy ha comenzado este viernes su participación en la cumbre social por el nuevo empleo que se celebra en Gotemburgo (Suecia) con un encuentro bilateral de unos 15 minutos con el primer ministro belga, Charles Michel, y tras la cita fuentes oficiales de La Moncloa han asegurado que en la misma no se ha abordado ni un momento la peculiar situación judicial que vive el expresidente catalán, Carles Puigdemont, precisamente estos días en Bruselas. Rajoy se ha visto con Michel unas horas antes de que Puigdemont deba comparecer ante el tribunal de Bélgica que estudiará la euroorden solicitada contra él por la justicia española.

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Las mismas fuentes oficiales del entorno de Rajoy afirman que la charla, que comenzó sobre las 9.10 horas, ha sido demandada por el Gobierno belga para recabar el apoyo del Ejecutivo español a la candidatura de la comisaria belga, Catherine De Bolle, para la dirección de Europol, que se decide el 7 de diciembre. El Gobierno español aprovechó para reclamar a su vez el voto de Bélgica para la candidatura de Barcelona para albergar la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que se acuerda este próximo lunes. No hubo pacto ni intercambio de votos. España prefiere por ahora al candidato checo para Europol.

El Gobierno belga está en plena recta de campaña final para recabar adhesiones a su candidatura para dirigir Europol, como España con Barcelona y la EMA. Bélgica también opta a la Agencia Bancaria Europea (EBA), pero en este caso sin apenas posibilidades. El primer ministro belga pidió la reunión bilateral con Rajoy, antes de comenzar la cumbre de la UE, para tratar esos asuntos, así como para discutir sobre el recurrente futuro de Europa, pero según Moncloa no sacó a relucir durante la charla nada relacionado con Puigdemont, la crisis institucional y diplomática abierta con ese país tras el refugio del expresidente catalán en Bruselas, ni sobre los avatares judiciales que se puedan producir en las próximas semanas o meses si los jueces de ese país no conceden la extradición.

Rajoy, al parecer y según esa versión oficial, tampoco le planteó el problema a Charles Michel y ambos se limitaron a hablar sobre las posibilidades de las distintas candidaturas que defienden. El presidente español no le anticipó el voto de España a la candidata belga para Europol y Michel tampoco se pronunció a favor de Barcelona para acoger la EMA.

El actual director de Europol, el británico Rob Wainwright, acaba el próximo enero su mandato y el sustituto debería ser elegido el 7 de diciembre. Bélgica lleva meses haciendo campaña en favor de su comisaria general de la Policía Federal, Catherine De Bolle, con bastantes opciones. Hubo una primera selección con hasta cinco aspirantes y ahora ya solo quedan dos posibilidades claras, la belga y la del presidente de la Policía checo, Oldrich Martinu. Los contactos del Ejecutivo belga con el español para conseguir su voto han sido frecuentes pero aún en vano. Los responsables de manejar esta negociación en el Ministerio del Interior han expresado, en contactos no formales ni oficiales, su preferencia por el aspirante checo porque entienden que es de un país más del sur que Bélgica y que por tanto entendería mejor las preocupaciones y problemas de inmigración de las naciones con frontera en el mediterráneo, como España, Italia o Grecia.

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Fuentes gubernamentales, tanto de La Moncloa como del Ministerio del Interior, se afanan por desligar esta negociación de Europol, y también la de la EMA, del farragoso y conflictivo contencioso judicial que Puigdemont puede desatar en Bélgica. Pero el asunto ya se mezcló hace un mes, precisamente durante la última cumbre de jefes de Gobierno en Bruselas, cuando trascendió un mensaje enviado desde Moncloa al embajador belga en Madrid expresando el malestar del Ejecutivo español por las declaraciones críticas de varios dirigentes políticos de ese país durante el proceso previo y las manifestaciones posteriores a la consulta ilegal independentista celebrada el 1 de octubre en Cataluña.

El presidente belga, Charles Michel, también comentó a la prensa de su país, en un aparte de la cumbre, que no había conversado sobre el caso Puigdemont con Rajoy "por coherencia" y porque se trata ahora de un "asunto judicial" y que se limitaron a intercambiar impresiones sobre las diferentes candidaturas en liza y sobre el futuro de la UE.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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