Sergio Morate se acoge a su derecho a no declarar
El juez rechaza la petición de la defensa del presunto autor del doble crimen de Cuenca de celebrar el juicio a puerta cerrada o con el jurado popular incomunicado
Increpado por familiares y amigos de las víctimas, encapuchado con una sudadera oscura, con la cabeza completamente rasurada y manteniendo siempre un gesto frío, entraba Sergio Morate este lunes a la Audiencia Provincial de Castilla la Mancha en Cuenca. El único acusado de los asesinatos de su exnovia, Marina Okarynska de 26 años, y la amiga de esta, Laura del Hoyo (24 años), se enfrenta dos años después de los hechos a un juicio público, con juzgado popular, constituido la semana pasada con siete hombres, dos mujeres y dos suplentes. El fiscal pide para él 48 años de cárcel. Y la primera jugada de la defensa, dirigida por el letrado José Javier Gómez Cavero, ha sido precisamente intentar que la vista se realice a puerta cerrada o que se incomunique al jurado para evitar posibles "contaminaciones". El juez lo ha rechazado.
Morate, un tipo 31 años que ha ocultado muchos de sus complejos bajo los músculos amasados con anabolizantes en los gimnasios, este lunes se ha acogido a su derecho a no declarar, después de haberse declarado inocente en Rumanía, adonde huyó tras presuntamente matar a las dos jóvenes el 6 de agosto de 2015. Los carteles con los rostros sonrientes de las dos chicas y la palabra "desaparecidas" empapelaban la ciudad de Cuenca mientras los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional le pisaban los talones al que se convirtió en principal sospechoso del doble crimen desde el primer momento.
Durante la vista, tanto las Fiscalía como las acusaciones particulares han argumentado la culpabilidad de Morate del doble crimen. Consideran probado que durante semanas, desquiciado por los celos, premeditó y preparó el asesinato de su exnovia: compró bridas, cal viva, localizó el lugar en el que iba a enterrarla y le pidió prestado el coche a un amigo. Y que acabó matando a Laura por acompañar a Marina y para no dejar testigos. Por su parte, la defensa ha asegurado que no existen pruebas incriminatoras contra Morate.
Se cruzó media España y parte de Europa por carreteras secundarias en un Seat Ibiza verde, dejando el suyo rojo en Cuenca, el que presuntamente utilizó para deshacerse de los cuerpos la misma tarde-noche que mató a las chicas, el 6 de agosto de 2015. Hacia las 17.00 Marina quedó con Laura para que la acompañase a casa de Morate a recoger algunas de sus pertenencias, le daba miedo ir sola. No salieron vivas de aquel piso en la urbanización Ars Natura, a solo dos kilómetros de la casa de Laura.
Pisando el acelerador e incluso teniendo un accidente en el camino, llegó hasta la localidad rumana de Lugoj (provincia de Timisoara), donde estaba la casa de su amigo Istvan Horvath, a quien había conocido en la cárcel y a quien supuestamente confesó el doble crimen. Morate ya cumplió un años de prisión por haber retenido a otra exnovia contra su voluntad. El 14 de agosto de 2015 era detenido en esa casa de Rumanía, solo dos días después de que los cuerpos de Marina y Laura fuesen encontrados por un ciclista semienterrados en cal viva en una poza del río Huecar, en la población de Palomera, el pueblo de origen de su madre, a escasos 11 kilómetros de Cuenca.
El juicio continuará durante toda la semana en la Audiencia Provincial de Cuenca. Esta tarde, a partir de las cuatro, está previsto que declaren la madre y los familiares de Laura del Hoyo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.