El PSOE retira la reprobación a la vicepresidenta por las cargas del 1 de octubre

El PSOE ha decidido retirar la interpelación urgente dirigida a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que iba a preceder a su reprobación por las cargas policiales del 1 de octubre. Como adelantó la semana pasada EL PAÍS, la dirección socialista ha reconsiderado su decisión y el grupo parlamentario socialista solicita esta mañana eliminar del orden del día del pleno de este miércoles  la petición de responsabilidades políticas a la número dos del Ejecutivo, según han confirmado fuentes de la dirección. No se renuncia a pedir responsabilidades en un futuro, pero ahora se considera que no es el momento, en pleno auge de la crisis catalana.

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Los socialistas ya habían retrasado la reprobación la semana pasada, con el argumento entonces de que colisionaba con el pleno en el que Mariano Rajoy dio explicaciones por la crisis.

El pasado 3 de octubre, la portavoz parlamentaria socialista, Margarita Robles, anunció en el Congreso que pediría la reprobación de la vicepresidenta por la actuación policial que trató de impedir el referéndum ilegal, que dejó casi 900 atendidos por los servicios sanitarios.  Así, el grupo parlamentario socialista registró una interpelación urgente dirigida a la vicepresidenta del Gobierno, ministra de la Presidencia y para las Administraciones Públicas, "sobre las instrucciones que, como coordinadora del Gobierno, ordenó transmitir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y que dieron lugar a las cargas policiales producidas el pasado 1 de octubre en Cataluña, que dejaron un balance de centenares de heridos”, decía el texto de la iniciativa.

El anuncio de la reprobación causó malestar en un sector del grupo parlamentario, y referentes históricos del partido como Alfonso Guerra pidieron su retirada. La dirección socialista la defendió entonces con el argumento de que cabía exigir responsabilidades políticas por el fiasco del 1 de octubre y ello no significaba retirar su respaldo al Ejecutivo ante el secesionismo.

Aunque el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llevan dialogando sobre la respuesta al desafío secesionista desde finales de agosto, el referéndum del 1 de octubre abrió una crisis momentánea en el respaldo que el principal partido de la oposición está prestando al Ejecutivo. No gustó en el PSOE cómo gestionó el Ejecutivo esa jornada, y Sánchez manifestó su "profundo desacuerdo" con las cargas policiales. El Gobierno trasladó al PSOE en privado que no habría referéndum, y a pesar de ello hubo miles de urnas en Cataluña y las imágenes de las cargas policiales tuvieron una amplia repercusión en la prensa internacional.

El líder socialista comunicó entonces a Rajoy que pediría responsabilidades políticas por lo sucedido, aunque no le dijo que las exigiría a su número dos, según fuentes conocedoras de esas conversaciones. Tras el distanciamiento, Sánchez retomó la negociación con Rajoy y ambos líderes han cerrado un acuerdo histórico para actuar conjuntamente en Cataluña y aplicar el artículo 155 de la Constitución en caso de que Carles Puigdemont no desista en su hoja de ruta unilateral e ilegal para proclamar una república independiente catalana.