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Los musulmanes de España tendrán un censo de imanes

La Comisión Islámica reconoce que la mayoría de los encargados del rezo en mezquitas y oratorios son voluntarios

Concentración en la plaza del Carmen de Granada, organizada por el centro Nazario.
Concentración en la plaza del Carmen de Granada, organizada por el centro Nazario.PEPE MARÍN
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La Comisión Islámica de España, el órgano de interlocución de las 1.200 comunidades religiosas musulmanas con el Estado, está elaborando un censo de los imanes para determinar su número exacto. La mayoría de mezquitas y otros centros de culto de los 1,9 millones de musulmanes en el país no disponen de clérigo. Lo habitual es que voluntarios se encarguen de la organización del rezo. El presidente de la CIE, Riay Tatary, afirma que no hay ningún descontrol en las mezquitas, donde el mensaje está “muy controlado”, sino que faltan imanes.

Ser imán en España requiere cumplir una serie de requisitos de cuyo cumplimiento se encarga la Comisión Islámica dada la aconfesionalidad del Estado. El órgano representativo de las comunidades religiosas islámicas ante la Administración es el responsable de acreditar la formación de los imanes, sea tradicional —con doctores en la materia— o universitaria. También se exige a los interesados a impartir la fe musulmana una recomendación, con la que se demostraría el conocimiento que el clérigo tiene del islam. “Indagamos sobre un potencial imán que pueda interesar a una comunidad religiosa, pero no conocemos si tienen antecedentes penales, como ha sucedido con el imán de Ripoll”, explica Tatary.

Formación de clérigos en la universidad

Una propuesta de las comunidades musulmanas para mejorar la preparación de los imanes es la creación de una escuela de formación para ellos. En Europa solo hay una y está en Portugal. La Comisión Islámica de España está en negociaciones con la Universidad de Zaragoza para que se imparta una diplomatura para la formación de imanes y profesores de religión islámica. La intención es que una treintena de alumnos pudieran matricularse en enero de 2018. El curso se orientaría a los imanes que den su servicio en cárceles u hospitales.

Cuando un individuo solicita, en ejercicio de su derecho de libertad religiosa, la presencia de un clérigo en un hospital, cuartel, prisión o centro de internamiento de extranjeros, su acceso se autoriza a propuesta de la Comisión Islámica, quien acredita la condición del imán y, por tanto, que cuenta con la formación adecuada para prestar esa asistencia espiritual.

¿Cómo pudo Abdelbaki Es Satty, condenado por tráfico de drogas, convertirse en imán de la localidad de Girona en la que captó a los adolescentes que atentaron en Cataluña? El hombre, pieza central en los ataques de Barcelona y Cambrils, se ofreció para dirigir la oración a finales de 2015. La comunidad Annour lo aceptó y le contrató. “No sabíamos ni que había estado en la cárcel ni que había tenido problemas”, afirma ahora su presidente, Ali Yassine. Con el próximo imán, aseguran, toda precaución será poca: “Tendremos que preguntar sobre esa persona, de dónde viene, si tiene algo malo... Y llamaremos a la policía”.

El Estado no interviene en la formación de los ministros de culto de ninguna de las confesiones inscritas en el registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia ni en la designación de los mismos por parte de las comunidades religiosas. No es competencia estatal, autonómica o local designar o determinar la titulación o requisitos que ha de tener una persona para poder ejercer la labor de culto. “Si hubiese tal injerencia se estaría violando nuestro ordenamiento jurídico y quebrando el principio de aconfesionalidad sancionado por la Constitución en el artículo 16”, explican en Justicia. “Ocurre con todas las confesiones, no solo con el islam. Cada una tiene absoluta libertad para designar a sus ministros de culto”, expone Enric Vendrell, director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña, donde más musulmanes se concentran (515.482 en 2016).

El incremento de la población musulmana, sobre todo a partir de la reagrupación familiar en 2004, no ha sido parejo al de los imanes que ofician los servicios religiosos de unos fieles que desde entonces han crecido un 75%, según los datos del Observatorio Andalusí y la Unión de Comunidades Islámicas de España. Una consecuencia es la falta de imanes, en parte por la falta de recursos económicos para pagarles. Cuantos menos recursos, menos opciones de escoger a un buen imán. Y las comunidades “no van muy sobradas”, indica Mohamed Iqbal, de la paquistaní Caminos por la Paz. Se basan en aportaciones. “Si tienes cinco candidatos, puedes elegir al mejor. Si solo tienes uno...”, añade antes de recalcar que la carencia de imanes es “en toda Europa, no solo en España”.

Las comunidades musulmanas topan además con dificultades para dar con líderes religiosos que conozcan con solvencia el Corán y, al mismo tiempo, el contexto social en el que predican. La coordinación entre la Comisión Islámica de España y el Ministerio de Justicia contempla los casos de los imanes extranjeros que viajan con motivo del Ramadán a España para reforzar a las comunidades que lo necesitan en la atención religiosa durante ese periodo anual de especial recogimiento para los musulmanes. Lo mismo sucede cuando el imán solicitado por una comunidad religiosa es extranjero. El objetivo último es verificar que efectivamente ese imán ha sido invitado por la comunidad religiosa correspondiente y que cuenta con el visto bueno de la Comisión Islámica de España. Solo tras realizarse esa comprobación —y las que puedan hacer los servicios policiales y de inteligencia a quienes se comunican dichas solicitudes de ingreso en territorio nacional— se informa a Exteriores para que autorice la emisión del visado.

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