Detenidos por cobrar 5.000 euros a inmigrantes para cruzar el Estrecho en motos de agua
Los arrestados retenían a los sin papeles, ya en España, hasta que su familia pagase cierta cantidad
El método es rápido, supuestamente seguro y, en apariencia, más fiable que jugarse la vida en una balsa de juguete, a merced de las olas del estrecho de Gibraltar. Pero también es muy caro. Hasta 5.000 euros cobraba una organización criminal a los inmigrantes por cruzar en motos de agua, en apenas 10 minutos, los 14,4 kilómetros que separan Europa de África. Ahora, esta mafia, una de las varias que operan en la zona, se da por desmantelada, tras la detención de cinco implicados entre Ceuta y Algeciras (Cádiz).
Los cinco detenidos mantenían una alta actividad en sus rutas entre el norte de Marruecos y Ceuta y la Península. Con periodicidad “casi diaria” trasladan a las costas de Cádiz y Málaga de uno a dos inmigrantes en cada viaje, tal y como ha puntualizado este jueves la policía en un comunicado. La investigación, dirigida desde Ceuta, comenzó cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de un grupo que se dedicaba al tráfico de inmigrantes en el Estrecho. Esta primera pista fue posible gracias a la detención en Ceuta, el pasado junio, de un sicario que no llegó a perpetrar su encargo, pero que acabó delatando su implicación en esta mafia, tal y como ha asegurado el medio local El Faro de Ceuta.
Con este primer detenido, los investigadores consiguieron reconstruir el modo habitual de operar de esta mafia que llegó a cobrar hasta 5.000 euros por viaje (unos 55.602 dirhams), una elevada suma si se tiene en cuenta que el salario mínimo de Marruecos se sitúa en torno a los 2.330 dirhams, unos 210 euros. Ese dinero cubría el viaje que habitualmente arrancaba en Ceuta, camuflado de un aparente paseo recreativo en moto de agua, para terminar en las costas gaditanas o de Málaga. Para ello, usaban rutas y puntos de llegada en el Estrecho habituales por estas mafias por su difícil acceso desde tierra. Es el caso de la zona de la punta de Faro Camarinal, en Tarifa, apuntada por la ONG Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía como una de las zonas comunes de llegada de estas organizaciones ilegales.
Una vez desembarcados en la Península, los ahora detenidos trasladaban a los inmigrantes hasta un domicilio de Algeciras. "Les privaban de libertad durante horas" y pedían una cantidad de dinero a los familiares para su puesta en libertad, según explican desde la policía. Hasta que no se abonaba lo acordado, el recién llegado no quedaba libre. En una de las ocasiones, la demora en el pago hizo que el inmigrante tuviese que soportar el cautiverio durante toda una noche, según detallan desde la policía de Ceuta.
Con esta forma de transporte, basada en viajes a grandes velocidades, se ponía en peligro la integridad física de los tripulantes debido al riesgo a que cayeran al mar o a su llegada a las playas. De hecho, una de las personas que hizo uso de esta mafia “sufrió varias lesiones al caerse sobre unas rocas en un desembarco realizado en una zona abrupta”, tal y como apuntan los agentes.
Para conseguir completar sus viajes con éxito, contaban con distintos colaboradores que actuaban como vigilantes en la costa. Colocados de forma estratégica eran capaces de controlar tanto el trayecto como el desembarco de los inmigrantes, una vez llegados a la Península. Eso también explica que alternasen playas en Cádiz y Málaga para la llegada de sus viajes, ya que las escogían en función de las alertas que obtenían de los vigilantes sobre la presencia policial en la zona.
Todo este entramado comenzó a tambalearse con las pistas aportadas por el primer implicado, arrestado en junio. Poco después, los agentes descubrieron que la organización tenía también implicados en Algeciras. Por ello, la investigación ha culminado con la detención de tres personas en la ciudad gaditana y dos más en Ceuta. Todos se encuentran ya en prisión por orden judicial, acusados de un delito de tráfico ilegal de inmigración clandestina, pertenencia a organización criminal y secuestro. Además, sobre otros dos implicados pesa una orden de búsqueda y captura, tras conseguir huir en el momento de la detención. De hecho, la policía de Ceuta ha omitido revelar más detalles de la investigación a la espera de dar por terminadas las pesquisas y el arresto de estos dos huidos.
En los últimos meses, en la zona del Estrecho se ha vivido un incremento en el trasiego número de motos acuáticas destinadas al transporte ilegal de inmigrantes magrebíes y subsaharianos. El pasado 9 de agosto un subsahariano apareció ahogado en la playa cercana a Benzú, en Ceuta. El hombre fue obligado, junto a otras 11 personas más, a lanzarse al agua desde las motos de agua que los transportaban hasta la costa ceutí. A diferencia de sus compañeros (una de ellas embarazada), el fallecido no consiguió resistir al oleaje y murió ahogado. Al otro lado del Estrecho, la presión migratoria por esta vía se ha hecho notar hasta tal punto que a principios de este mes, la Guardia Civil puso en marcha tres nuevas motos de agua equipadas y nuevos agentes especializados para poner coto a esta actividad ilegal, también utilizada para alijos de hachís.
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