El Gobierno espera que Sánchez le aclare si se aleja del consenso constitucional
El Ejecutivo expresa su preocupación por la aprobación en el Congreso del PSOE de la España plurinacional y por la confusión en torno al tratado comercial con Canadá
El Gobierno de Mariano Rajoy observa entre atónico y sorprendido cómo el nuevo PSOE de Pedro Sánchez se aleja cada día que pasa del partido socialista histórico y moderado que gobernó tantos años en España y que fraguó junto con otras formaciones la Constitución de 1978. El ministro portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, aprovechó este viernes su plataforma para lanzar un mensaje a ese renovado PSOE "para que no se aparte de ese consenso constitucional". El portavoz gubernamental ironizó con la cantidad de llamadas y citas que Sánchez está cerrando con otros interlocutores políticos y apeló a que sea él el que llame a Rajoy para aclarar todas esas posiciones.
Sorprendió el ministro Méndez de Vigo este viernes, en su habitual comentario de repaso político a la semana, realizando de entrada toda una reafirmación de los valores de la Constitución de 1978 y fijando posición más clara que otras muchas veces sobre el rechazo del Gobierno de Rajoy a tocar ese texto. "Al Gobierno no le parece razonable ni inteligente abrir un proceso constituyente, ni empezar desde cero ni abrir un proceso revisionista", apuntilló Méndez de Vigo. El ministro apostilló que el Gobierno no está dispuesto a negociar una reforma en profundidad de la Constitución con los que no creen en ella y parafraseó al filósofo Julián Marías: "No se debe contentar a los que no se van a contentar en ningún caso".
Todas esas aclaraciones las efectuó el ministro portavoz del Gobierno sin que mediara aún ninguna pregunta. En su exposición inicial y para fijar términos. En ese momento no citó expresamente al PSOE pero sí indirectamente cuando rechazó que algunos partidos se fijen como primer objetivo de su política "echar al PP" de La Moncloa. Méndez de Vigo recuperó el resultado de la fracasada reciente moción de censura tramitada por Podemos en el Congreso para constatar que en la actual composición de la cámara no existen "mayorías alternativas de naturaleza constitucional".
Todos esos avisos, algunos revestidos con la buena situación económica del país incluso en comparación con los socios europeos, iban dirigidos contra el PSOE de Pedro Sánchez. Cuando se cuestionó a Méndez de Vigo si con esa elegía de la Constitución de 1978 y esas advertencias al panorama actual estaba sugiriendo que el PSOE de 2017 ya no comparte aquellos valores intentó ser más diplomático. Hizo un llamamiento al PSOE de Sánchez para que recuerde su historia, los 40 años transcurridos de éxitos y transformación del país y para que "ayude a continuar así".
El Gobierno de Rajoy nunca ha compartido el entusiasmo del PSOE por su Declaración de Granada y su definición de España como una nación federal o confederal. No les gusta esa idea, pero la podrían transigir: "Es una discusión teórica", aventuró el ministro. Lo que Méndez de Vigo sí quiso dejar claro este viernes es que lo que no comparten ni van a aceptar nunca, porque no entienden a qué se refieren, es el concepto de España como "nación plurinacional". El portavoz del Ejecutivo señaló: "Nos preocupa más la mención al Estado plurinacional, no sabemos a qué naciones se refiere, y eso no está en la Constitución. Nos preocupa que no haya una visión clara de España, de su unidad y del concepto de soberanía".
Para no cerrar todos los puentes entreabiertos y para no desmentir la tesis de que se agradeció la llamada que Sánchez hizo a Rajoy a los pocos días de ganar las primarias del PSOE, en donde consagró su respeto y respaldo a la unidad de España frente al desafío separatista en Cataluña, el ministro portavoz apuntó este viernes que ante las distintas posiciones que observan en ese partido ahora prefieren quedarse con la que expresó aquel día en el que llamó al presidente del Gobierno. Pero Méndez de Vigo incidió en que ahora la postura del PSOE sobre España les parece difusa: "Nos gustaría una clarificación en estos temas". Y añadió: "Es evidente que ahora en estos tiempos es bueno ser claro, serio y coherente para la estabilidad del país".
Se le preguntó entonces directamente al ministro portavoz con cuál Pedro Sánchez se quedaba, con el que llamó a Rajoy o con el que refrendó la idea de la España plurinacional. Méndez de Vigo fue corto y sarcástico en su réplica: "Esa pregunta es de nota, difícil, no lo sé, sería bueno clarificar las cosas, apelamos al recuerdo de 1978 y a la tradición del PSOE; nos gustaría alguna aclaración sobre la España plurinacional". El ministro aventuró ahí que la gente, es decir los españoles, agradecerían "continuidad y rotundidad en las ideas".
El portavoz del Gobierno señaló, tras el Consejo de Ministros presidido por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría por la ausencia de Rajoy -que está en el Consejo Europeo de Bruselas-, que sería bueno que el presidente y el líder del PSOE se vieran y hablaran para clarificar posiciones. Pero apuntó con sorna que sería bueno que fuera el secretario general del PSOE el que llamara a Rajoy para quedar: "Cuando el señor Sánchez quiera, el presidente está dispuesto a hablar y dialogar de todos estos temas con él". Fuentes del Ejecutivo precisaron a continuación que miran con interés, curiosidad y cierta extrañeza que Sánchez esté llamando y cerrando citas con otros líderes, como Pablo Iglesias y Albert Rivera, pero también ya con el presidente vasco, Íñigo Urkullu (20 de julio en la Lehendakaritza), y no haya mostrado ningún apego por tener una charla con Rajoy.
El portavoz del Ejecutivo y también el ministro de Economía, Luis de Guindos, demandaron a Sánchez en esa línea que "reflexione, analice con detalle, sea coherente" y acabe aceptando la aprobación en España del tratado de libre comercio negociado por la Unión Europea con Canadá (CETA en sus siglas en inglés). Los ministros relacionaron ese apoyo con la situación de España en el contexto internacional y europeo pero sobre todo con el futuro de los tratados comerciales en marcha con Mercosur, la Alianza del Pacífico y México. Guindos y Méndez de Vigo consideraron que el CETA es modélico en muchos sentidos, en especial por la naturaleza de Canadá como socio especial y particular, pero también porque se pretendía que sirviera de "modelo, plantilla y senda" a aplicar con otros países y mercados.
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