Iglesias defenderá la moción con otros cuatro diputados
Montero será la encargada de abrir el debate en el que intervendrán también las alianzas de Podemos
Pablo Iglesias saldrá arropado en el debate de la moción de censura contra Mariano Rajoy por otros cuatro diputados de su grupo. El líder de Podemos será presentado como candidato a presidente del Gobierno por Irene Montero, portavoz parlamentaria. Otros tres diputados, los portavoces de las alianzas de Podemos, se repartirán el tiempo del grupo para subir a la tribuna. El partido admite en un documento interno que no busca que la moción sea viable sino que Podemos ocupe la “centralidad” del debate político.
Pablo Iglesias no estará solo en la defensa de la moción de censura contra Mariano Rajoy en el debate parlamentario del próximo martes 13 de junio, que recabará como máximo el apoyo de los nacionalistas catalanes, Compromís y EH Bildu. Y tampoco será el encargado de abrir fuego. Irene Montero, portavoz parlamentaria, es la elegida por la dirección para abrir el debate, según confirmaron este martes fuentes del partido.
El líder de Podemos subirá a la tribuna para exponer su programa como candidato a presidente después de que intervenga Montero, que será la encargada de exponer los motivos de la iniciativa, mientras Iglesias se reserva el discurso “constructivo”, esto es, las propuestas.
El líder de Podemos se acompañará en la defensa de la iniciativa de tres diputados más, que se repartirán los 30 minutos que el reglamento del Congreso da a los grupos parlamentarios en el debate. Así, por el grupo de Unidos Podemos-En Comú-En Marea, el que registra la moción contra Rajoy, hablarán en total cinco personas: Iglesias y Montero, sin límite de tiempo, y Alberto Garzón, de Izquierda Unida, Xavier Domènech, de En Comú, y Antón Gómez Reino, de En Marea, que intervendrán 10 minutos cada uno.
Iglesias se rodea en un debate que él mismo reconoció ante la cúpula de Podemos el pasado 20 de mayo que presenta “enormes riesgos”. La moción fracasará, pero no solo por la oposición del partido en el Gobierno —como sucedió en los dos precedentes históricos, que se presentaron cuando el partido que gobernaba tenía mayoría absoluta—, sino porque ni siquiera tendrá el apoyo de los otros dos grandes grupos de la oposición —PSOE y Ciudadanos—, de forma que la soledad parlamentaria puede quedar más evidenciada. En el partido tienen presente que, mientras Felipe González logró catapultar su figura gracias a la moción de censura que presentó en 1980, Antonio Hernández Mancha enterró su carrera al tratar de emularle en 1987. Iglesias —con una imagen muy desgastada: los ciudadanos le puntúan con un 3 sobre 10 en el último barómetro del CIS— necesita precisamente que el debate le sume y no le reste.
Ofensiva
Podemos fía mucho a la moción de censura aunque su objetivo prioritario no ha sido que prospere, según reconoce un documento interno al que ha tenido acceso EL PAÍS. “Unidos Podemos sigue en un escenario de ofensiva plena y de ocupar la centralidad del momento político que se va a mantener con toda seguridad hasta, como mínimo, la celebración y votación de la moción”, se felicita el texto elaborado por el equipo de Argumentarios y fechado el 26 de mayo, adelantado por El Independiente. “El tema central ahora, en estas próximas semanas, no es tanto echar al PP como realidad (la gente ya sabía que no salía la moción de Unidos Podemos cuando dijo estar de acuerdo con ella) como el saber seguir estando al frente de la indignación y la vergüenza contra el Gobierno del PP que se ha desatado”, añade el documento.
El informe señala también que fue clave el movimiento del partido de ofrecer a Pedro Sánchez retirar su moción de censura si registraba una propia porque así “desarticularon” la campaña previsible en torno a la “moción posible” —esto es, la que podía prosperar de verdad—, y descarta con rotundidad retirarla en espera de un acuerdo del PSOE. “Perderíamos la capacidad de mantener nuestra posición central y a la ofensiva durante las próximas semanas”, subraya el informe. También porque ese supuesto “otorga al PSOE el liderazgo de facto de la oposición y un escenario a medio plazo muy favorable a sus intereses”. “Atacar, atacar y atacar como estrategia de polarización es posible durante este tiempo”, incide el texto de estrategia.
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