Pedro Sánchez y la gestora pactarán la transición hasta que haya congreso

Pedro Sánchez es secretario general de pleno derecho, al ser elegido por los militantes en unas elecciones primarias. Aun así, no puede tomar algunas decisiones que requieren la aprobación de la comisión ejecutiva federal a propuesta suya. Ese órgano no existirá hasta que se celebre el congreso del partido —entre el 16 y el 18 de junio próximos—, por lo que la instancia a la que se debe dirigir para la adopción de determinadas propuestas es la comisión gestora, es decir, la dirección provisional del partido. Se hace imprescindible, por tanto, que Sánchez y la gestora pacten las medidas que el PSOE tenga que adoptar hasta la constitución de todos los órganos de dirección. Y están dispuestos. Pedro Sánchez y Javier Fernández, tuvieron este lunes una primera conversación, según ha sabido EL PAÍS.

Más información

Ocho razones para una victoria categórica

Patxi López se atribuye la victoria moral en las primarias

En los próximos días, al final de esta semana o al principio de la siguiente, mantendrán una reunión. No antes porque Fernández tenía que volver necesariamente a Asturias para cumplir sus obligaciones como presidente. En esa conversación entre ambos no hubo aún propuestas ni sugerencias. Las fuentes consultadas indican que por las dos partes hay voluntad de conducir este proceso hasta el congreso de manera acordada. La situación no es fácil por cuanto que la relación se deterioró después de las elecciones de diciembre de 2015, pero no creen que haya problemas. Los estatutos no permiten al secretario general hacer esos nombramientos de manera personal pero desde la gestora se reconoce que le asiste la legitimidad de haber resultado elegido secretario general y, por tanto, su opinión y sus decisiones son determinantes para esta gestora.

Los estatutos del PSOE marcan las directrices que hacen necesario el entendimiento durante estas semanas entre el secretario general electo y la gestora, como recuerdan ambas partes. La dirección del partido nombra a la del grupo parlamentario y este la ratifica. El secretario general electo no tiene aún capacidad ejecutiva pero sí política, por lo que se impone el diálogo y el acuerdo, señalan fuentes de la gestora.

Ese diálogo incluye la posición del partido sobre la moción de censura que Podemos ha registrado contra Mariano Rajoy, incluida la oferta de este lunes de retirarla si el PSOE presenta una propia. La oferta será rechazada, señalan fuentes cercanas al secretario general.

Dirigentes regionales

Su prioridad está ahora en preparar el congreso para que la fractura profunda del PSOE, que ha evidenciado la votación a la secretaría general, empiece a soldar. El diálogo con los presidentes autonómicos será el comienzo del camino. Hasta ahora, de los que apoyaron a Susana Díaz en las primarias, solo el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha ofrecido su apoyo al nuevo secretario general ante su “victoria rotunda”, al tiempo que pedía “generosidad y humildad”. La presidenta balear, Francina Armengol, que apoyó a Sánchez como la mayoría de su federación, aunque durante un tiempo se inclinó por Patxi López, también hizo el discurso de la necesaria unidad, así como la secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendia, que mantuvo su apoyo a López hasta el final.

El resto de los líderes territoriales guarda silencio. La coordinadora de la campaña de Pedro Sánchez, la diputada Adriana Lastra, instó este lunes en Onda Cero a que los barones del PSOE pidan “perdón a la militancia”.