Dos nuevos detenidos por los desórdenes en la Madrugá de Sevilla
Los arrestados protagonizaron una pelea que originó una de las estampidas cerca de la Catedral
La policía ha detenido a dos hombres por su presunta relación con los incidentes registrados en la Madrugá de la Semana Santa de Sevilla, con lo que se elevan a 10 los arrestados por las estampidas que causaron varios heridos, según fuentes policiales. Los dos nuevos detenidos, que han quedado en libertad como presuntos autores de desórdenes y de lesiones graves por imprudencia, habrían participado en una pelea ocurrida en un bar de la calle Arfe, cercana a la Catedral. Ese enfrentamiento fue uno de los detonantes de la veintena de incidentes registrados en la Madrugá, los primeros de ellos sobre las 4.10 del Viernes Santo, que se extendieron por el efecto dominó con carreras entre el público, algunas de ellas en direcciones opuestas, según la policía.
Los detenidos son un sevillano de 25 años y otro hombre de 30 años de nacionalidad extranjera, según ha adelantado este martes ABC de Sevilla. Durante la pelea, uno de los detenidos cayó junto a los nazarenos de la Hermandad del Gran Poder que hacían su estación de penitencia. El jefe superior de la Policía Nacional en Andalucía occidental, José Antonio de la Rosa, ha asegurado que la policía está investigando y analizando dicha pelea para identificar y localizar a más participantes. De la Rosa ha señalado que los agentes tienen constancia de que los dos últimos detenidos "no son los únicos participantes" de ese enfrentamiento.
Hasta ahora, la policía mantiene la hipótesis de que la veintena de incidentes registrados no fueron organizados sino que se trató de hechos aislados, que se extendieron por la psicosis de atentados que existe entre la población. Los incidentes comenzaron tras "una serie de chispas", entre ellas la pelea con los dos nuevos detenidos, y luego se produjo psicosis y pánico colectivo, con personas corriendo en busca de refugio.
En relación con los otros ocho acusados, tres permanecen en prisión por delitos de vandalismo, desórdenes y contra los sentimientos religiosos. Otros cuatro están en libertad con los mismos cargos y orden de comparecencia periódica en los juzgados. Uno de los acusados, de origen senegalés, ha admitido finalmente una multa de 480 euros por gritar "Alá es grande" en una zona de alta concentración y donde se produjo otra avalancha.
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