Iglesias despliega el Podemos de tono duro y movilización en las calles
El líder pone en marcha su estrategia política sin el contrapeso que le ejercía Íñigo Errejón
Pablo Iglesias ha puesto en marcha ya su estrategia política sin el contrapeso que le ejercía Íñigo Errejón, y los efectos se perciben en Podemos seis semanas después del congreso en el que el líder se impuso a su número dos. El partido se caracteriza por un discurso de “dientes afilados” que amplía sus adversarios, la movilización en la calle y un cierto giro a la izquierda tradicional. El nuevo Podemos ha logrado una tregua interna y no dedicar todas sus energías a la división, aunque los errejonistas mantienen su discrepancia sin alzar la voz.
Nadie dio un respingo en el escaño contiguo al de Iglesias el pasado miércoles cuando este espetó en la sesión de control al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que se “la bufa” el informe de los letrados del Congreso sobre el veto a las iniciativas parlamentarias de la oposición. El lenguaje del líder aquel día en la tribuna fue una muestra de la estrategia de “hablar claro” y “dientes afilados” que el secretario general del partido siempre defendió y que ahora puede desarrollar sin que nadie cuestione. La nueva portavoz, Irene Montero, no torció el gesto a su lado ante ese discurso, como no pudo evitar hacerlo Errejón cuando Iglesias acusó al PSOE de tener el pasado “manchado de cal viva”. Es solo uno de los cambios.
El nuevo Podemos bajo el control total de Pablo Iglesias y sin el tándem con Errejón se manifiesta, entre otras cosas, en la apuesta por ese tono desafiante que huye de la moderación. “Estamos desplegando la idea de ser más claros. Los portavoces hablan claro y señalan a los culpables de la crisis, la trama. Que no son solo los corruptos, sino también los corruptores”, explica Miguel Urbán, uno de los nuevos miembros de la Ejecutiva tras Vistalegre 2. Un discurso de tono y fondo también duro, cuyo objetivo central es “la trama”, concepto con el que describen una red corrupta de políticos y empresarios que señala al IBEX 35, y del que Errejón y los suyos se mantienen al margen. En otra iniciativa alejada de la moderación, el partido ha recibido esta semana en el Congreso a las familias de los agresores de dos guardias civiles en Alsasua (Navarra), a los que calificó también de “víctimas” por ser juzgados por terrorismo. Dos de sus diputados de perfiles más institucionales se desmarcaron: el guardia civil Juan Antonio Delgado y el juez en excedencia Juan Pedro Yllanes.
El errejonismo sigue pensando, de hecho, que la actual no es la estrategia correcta, aunque no lo manifieste alzando la voz. Errejón, en un mensaje en su canal de la red social Telegram el pasado martes, volvía a advertir de que “sectores de la izquierda tradicional” creen que “se gana hablando claro, diciendo verdades crudas y apelando a los trabajadores, como siempre se ha hecho”. En su opinión, sin embargo, no basta solo con señalar a un adversario, sino con presentar “la oferta de un nuevo orden creíble, confiable y asequible”. Pero su tesis, la que perdió en el congreso, ya no tiene la misma influencia.
La denuncia de la trama llega a Berlín
Podemos volvió ayer a las calles desde las protestas contra la pobreza energética del pasado invierno. El partido organizó movilizaciones en una treintena de ciudades españolas y también extranjeras con el lema “Nadie sin derechos”. El líder, Pablo Iglesias, y la portavoz parlamentaria, Irene Montero, viajaron a Berlín para participar en una concentración frente a la Puerta de Brandemburgo en apoyo de los españoles emigrados.
“Es una vergüenza que el Gobierno español maltrate de esta manera a los exiliados españoles que están en muchos países de Europa y no les está llegando la cobertura sanitaria a la que tienen derecho”, se quejó Iglesias en la capital alemana. “En nuestro país, una trama de poder roba el derecho de poder volver de muchos compatriotas que se han tenido que marchar para buscar una vida mejor”, criticó. El líder de Podemos reclamó una mejor cobertura sanitaria para los emigrantes españoles y que se eliminen sus trabas para votar. Desde Alemania, Iglesias defendió que Podemos aspira a “otra Europa” en la que “los pueblos del sur tengan su lugar”.
El pacto tras Vistalegre 2 incluye, en todo caso, el repliegue errejonista. Y Podemos ha dejado atrás la bronca interna, mientras poco a poco se recomponen las heridas. “Hay cierta relajación en las caras, no tienen el mismo mal rollo, antes ni se miraban”, cuenta un parlamentario que les observa desde un escaño cercano. “Hablamos menos de Podemos y más hacia fuera. Hay más iniciativa pública o al menos se escucha más porque hay menos ruido interno”, sostienen en la dirección, en palabras de Urbán. El nuevo equipo en el Congreso ha ganado, además, en organización con los aliados, según afirman estos. “Hay mucho mejor coordinación en el grupo parlamentario, que ahora funciona de forma confederal y horizontal y en el que hay debates políticos y estratégicos de manera regular. En los seis meses anteriores no hubo ni uno solo de esos encuentros”, asegura el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón.
Garzón ha visto cómo Podemos se apropiaba recientemente de una iniciativa suya, la de eliminar la misa de TVE. En el primer conflicto de Podemos con la Iglesia —aunque no fuera buscado— algunos han percibido un giro de Podemos a la izquierda tradicional, en detrimento de la transversalidad ideológica de la que hacía bandera Errejón. “La iniciativa (y la línea política en la que se enmarca), eran de IU. Es decir, que no es IU quien termina defendiendo los postulados de Podemos sino al revés. Esto es lo que nos viene inquietando a muchos desde hace tiempo”, reflexionó el diputado errejonista en la Asamblea de Madrid, Emilio Delgado, en su canal de Telegram. El líder de IU cree que la ponencia política que Iglesias presentó en Vistalegre 2 “compatibiliza mejor” con la de su partido que la de Errejón.
Formas y fondo duro y vuelta a la calle. El Podemos de Iglesias retoma la movilización como puesta en práctica de su estrategia de que los representantes del partido sean “activistas institucionales”. Ayer, el partido convocó una treintena de protestas contra “la trama”, y el propio líder se desplazó a Berlín en defensa de los emigrantes españoles. Errejón no acudió a ninguna de las protestas. La tregua no eclipsa que las posiciones no han cambiado.
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