Cataluña y Andalucía, dos frentes abiertos para Iglesias
Las dos comunidades, que controlan los anticapitalistas, abren dos focos de tensión en el partido
Apagada la pugna entre errejonistas y pablistas tras Vistalegre 2, y antes de los congresos regionales, a Pablo Iglesias se le han abierto frentes en dos de las comunidades de más peso, Cataluña y Andalucía, que dominan los Anticapitalistas. En Cataluña, la integración con el partido de Ada Colau está bloqueada por una consulta a los inscritos que comenzó ayer, y en Andalucía, Teresa Rodríguez mantiene un pulso con la dirección para lograr su autonomía en Podemos.
Se trata de situaciones diferentes no determinadas por el juego de familias en Podemos, pero indicativas de que la construcción territorial del partido va a dar aún muchos quebraderos de cabeza al líder, por mucho que haya superado la crisis interna de Vistalegre 2. Cataluña y Andalucía revelan que las costuras organizativas de Podemos son frágiles y que el amplio poder de Iglesias en la dirección estatal encuentra contrapesos en líderes territoriales como Ada Colau (que no es de Podemos) y Teresa Rodríguez.
En el caso catalán, Podem (la marca de Podemos en esa comunidad) mantiene un conflicto con el resto de socios del nuevo partido auspiciado por Colau por las condiciones de la integración, que la ejecutiva de Podem, liderada por Albano Dante Fachin, ha decidido dirimir en una consulta a las bases. El resultado podría terminar con Podemos fuera del nuevo partido compitiendo con Colau, aunque la dirección estatal repite que en todo caso seguirán siendo “compañeros del espacio del cambio”, sin concretar de qué forma. Fachin asegura que cuenta con el apoyo de Iglesias y lo cierto es que a dirección le ha respaldado en público. Pero el secretario general se ha tenido que involucrar en la negociación, aunque no puede dar un golpe de mano porque cualquier injerencia externa sería mal interpretada en Cataluña.
“No queremos depender de lo estatal”
Podemos Andalucía defiende que Teresa Rodríguez tiene un amplio respaldo para “propiciar un paso adelante definitivo” en su constitución como partido autónomo, argumenta Ignacio Molina, su secretario de Organización. Desde la “absoluta lealtad al proyecto estatal”, y su compromiso de “no romper la baraja”, la formación es firme. “Somos parte de Podemos pero no queremos una dependencia funcional de [lo] estatal”.
Los resultados de la consulta a las bases de Podem se conocerán el lunes. Y, a partir de ese momento, el papel que pueda jugar el partido morado en la “confluencia” es una incógnita. Fuentes de los comunes avisan de que el plazo para sumarse al proyecto expira el 8 de abril, cuando está prevista su fundación. No lo ven así en Podem, que creen que aunque salga el “no” quedará margen de maniobra. La propia Colau afirmó anteayer que la alianza no está en peligro. Podem no es partido propio jurídicamente y la gran duda es de si Iglesias acabará intercediendo en favor del acuerdo como ya hizo en Galicia imponiendo el pacto con las mareas.
La cúpula de Podem consumó hace ocho días su ultimátum convocando la consulta. La Ejecutiva se ha posicionado en favor del no porque dice que no se dan en el proceso tres elementos que ve “imprescindibles”: que sus 52.000 inscritos voten directamente de forma telemática los documentos constitutivos; que la Ejecutiva se elija a través de listas abiertas y por el sistema proporcional y que se vote ya un código ético que fije dos mandatos como máximo; limite salarios —tres veces el mínimo interprofesional— e impida los créditos a los bancos.
Las condiciones han sido rechazadas por los comunes que estiman básico que los futuros afiliados se inscriban previamente en laweb de Un país en común, la página embrionaria, para votar; son partidarios de una lista consensuada entre todas las fuerzas aunque aceptan que se vote individualmente a personas y quieren que su propuesta de código ético se apruebe tras la fundación.
Andalucía es otro foco de tensión porque el partido que dirige Teresa Rodríguez ha redoblado su apuesta para exigir su autonomía dentro de Podemos, y acaba de forzar la constitución de dos comisiones de negociación con la dirección estatal, que empezarán a trabajar de forma inminente. La formación andaluza reclama el control total del censo, un CIF propio y autonomía fiscal y financiera. Se trata, en el fondo, de federalizar el partido, lo que inquieta a la dirección, que rehuye de las “baronías”. Andalucía encabeza el pulso pero Cataluña, Galicia y Asturias son favorables a avanzar en la federalización de Podemos.
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