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La última llamada de Laura a su hermana Raquel

El crimen tuvo lugar en la urbanización El Quiñón en Seseña (Toledo) en la que ambos residían

Mai Montero
Vivienda de la urbanización El Quiñón en la que fue asesinada Laura Nieto.
Vivienda de la urbanización El Quiñón en la que fue asesinada Laura Nieto.Kike Para
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Laura Nieto Navajas, de 26 años, fue asesinada en febrero por su pareja, José Ricardo Duarte, de 40, en la casa en el que ambos convivían en la urbanización El Quiñón en Seseña (Toledo). Él era un Guardia Civil de Unidad Central Operativa (UCO), que disparó a Laura dos veces con su arma reglamentaria y se suicidó de un tercer disparo después. El funeral de Laura se celebró el 14 de febrero, la última vez que se supo algo de ella fue el día 10, cuando habló por teléfono con su hermana Raquel. 

Aunque residía en Seseña, Laura era natural de Coslada. Durante su infancia y adolescencia vivía con sus padres, Blas Nieto y Mari Paz Navajas, en uno de los pisos de la Avenida de Roma en el barrio conocido como Ciudad 70. Una zona humilde y de clase trabajadora, que Laura no frecuentaba mucho en los últimos años, según aseguran varios vecinos. J.C, un conocido de la familia, describe a Laura como una chica tranquila, agradable, alegre y que siempre tenía una sonrisa en la cara. Medía aproximadamente 1,70, era delgada, y su pelo y sus ojos eran castaños. "Cuando era pequeña se la veía más por aquí con su hermana y sus padres, desde hace cuatro años muchos menos. Era un cielo, como pocas chicas he conocido. Su carácter se fue haciendo más reservado a medida que entró en la adolescencia", asegura el vecino. 

Laura estudió en el Instituto Antonio Gaudí de Coslada. En el tercer curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) empezó a encontrar dificultades en algunas asignaturas y el centro decidió incluirla en el programa de diversificación para proporcionarle más apoyo. "Recuerdo a Laura como una chica discreta, reservada, un poco tímida y bastante madura. Nunca quiso llamar la atención ni tuvo un mal gesto con los profesores o demás compañeros", explica Isabel Santa Teresa, profesora del centro. "En cuarto, al ver que no conseguía los resultados esperados, Laura abandonó el programa y no consiguió el título. Decía que prefería trabajar y ganarse la vida y acabó dejando el centro. No hemos tenido contacto con ella desde que se marchó, al contrario que con otros alumnos. Tampoco tuvimos mucha relación con sus padres en ningún momento", recuerda Santa Teresa. 

Después de abandonar el instituto, Laura tuvo varios trabajos. Entre ellos ocupó un puesto en el servicio de atención al cliente en el grupo cárnico Los Norteños situado en Mercamadrid. Allí la recuerdan con mucho cariño y siguen muy afectados por su pérdida. I.D, compañera y conocida de la fallecida, coincide con los testimonios anteriores y asegura que el carácter de Laura era reservado, aunque también destaca su alegría. "Conocí a Laura porque fue novia del hijo de una amiga mía cuando era más joven. Y fui yo la que la introdujo en parte en la empresa. Era una chica muy responsable, seria, querida por todos y muy buena gente. Decidió marcharse para optar a un futuro mejor a otro trabajo, pero seguía manteniendo amigas aquí. En la actualidad, trabajaba en una inmobiliaria", detalla. "El día del funeral de Laura, que coincidió con el día de los enamorados, fue un momento muy triste. No cabía ni una corona de todas las muestras de cariño. No hay derecho a que siga pasando esto", añade la compañera. 

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Sobre la firma

Mai Montero
Es editora de portada en el equipo digital de EL PAÍS y escribe reportajes para otras secciones. Antes trabajó en otros medios como Periódico Magisterio, especializado en educación, y en Cambio16. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS, actualmente cursa el Grado de Derecho en la UNED.

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