Un republicano antitaurino, nuevo presidente del Parlamento balear
El diputado de Podemos Baltasar Picornell sustituye en el cargo a la expulsada Xelo Huertas
Con el pelo largo recogido en un moño, discretos pendientes en nariz y orejas y sin corbata ni americana ha llegado el diputado de Podemos Baltasar Picornell a la sesión parlamentaria que hoy le ha ratificado como nuevo presidente de la cámara autonómica. Sustituye en el cargo a la diputada Xelo Huertas, expulsada de Podemos hace algunas semanas después de utilizar su cargo para intentar beneficiar a un compañero de partido. Baltasar Picornell, conocido como Balti, ha sido elegido presidente del Parlamento balear con los 34 votos a favor de Podemos, PSIB-PSOE, Més, Gent per Formentera y las dos diputadas expulsadas de la formación morada que ahora militan en el grupo mixto. Ciudadanos y Pi han decidido votar en blanco, mientras que los 20 votos del PP han ido a parar a la candidata que habían propuesto, la conservadora Nùria Riera.
Picornell se ha convertido este martes, con 39 años, en el segundo presidente más joven del Parlamento balear a pesar de los recelos que su candidatura había suscitado entre los miembros del pacto de Gobierno, que preferían perfiles con más experiencia como el del secretario general de Podemos en Baleares Alberto Jarabo o el de la portavoz parlamentaria Laura Camargo. Tanto PSIB como Més han exigido garantías de estabilidad para que no se vuelva a dar un caso como el de Huertas, un extremo al que los dirigentes de Podemos se han comprometido verbalmente.
El nuevo presidente de la cámara, carpintero metálico de profesión, es natural de Felanitx (Mallorca) y conocido por su dilatada trayectoria en el activismo político, sobre todo en movimientos por la república. Comenzó su participación en Unión por la Tercera República, de la que llegó a ser coordinador regional y después en Unidad Cívica por la República Baleares. También ha participado de forma activa en la Assemblea Republicana de Mallorca y ha colaborado con Memoria Histórica, además de asistir a manifestaciones contra el maltrato animal. En su perfil en redes sociales aparecen varias fotografías del pasado mes de septiembre en las que agentes de la Guardia Civil le retiran de la sentada contra los festejos taurinos de Fornalutx junto a un grupo de jóvenes.
A pesar de sus reiteradas manifestaciones en favor de la república, el nuevo presidente del hemiciclo ha manifestado que su ideología no impedirá que pueda reunirse con miembros de la familia real, que cada verano ofrece una recepción a las principales autoridades de las islas en el palacio de Marivent y a buena parte de la sociedad civil en el palacio de la Almudaina. “Asumo el cargo sabiendo que tendré que representar a toda la ciudadanía de Baleares y no voy a tener ningún problema en reunirme con todo el mundo, incluidos los reyes” zanjaba antes de su nombramiento. Sobre su aspecto, también se ha mostrado contundente porque “todo el mundo en la calle va vestido como le parece” y no cree necesario disfrazarse “para ser correcto”, por lo que ha descartado llevar corbata de momento.
Este martes, durante el breve discurso que ha pronunciado tras ser elegido, Picornell ha insistido en su compromiso “claro y contundente” con la democracia, el parlamentarismo y el autogobierno, temas en los que ha prometido “no fallar” y destacando que sus objetivos como presidente serán hacer cumplir el reglamento, mejorar la transparencia y “abrir el Parlamento a la gente de la calle”. Ha invitado al resto de diputados a respetar al hemiciclo y a la ciudadanía y les ha pedido “estar a la altura” para conseguir unas islas más justas e igualitarias. “Lo único que no es lícito es resignarse” ha dicho citando al historiador Josep Fontana.
Con el nombramiento de Picornell los socios del pacto -PSOE, Més y Podemos- dan por zanjada la crisis institucional abierta tras la destitución de la anterior presidenta de la cámara. Xelo Huertas y su compañera la diputada Montse Seijas fueron desterradas de la formación después de que la comisión de garantías del partido concluyera que habían intentado hacer valer su posición para favorecer a un compañero, cuyo laboratorio de investigación dependía de un convenio con el Gobierno balear. Ambas manifestaron en un chat interno que vetarían las cuentas autonómicas si no se renovaba ese convenio.
La crisis se agravó cuando Huertas decidió no dejar su puesto al frente de la Cámara, en el que permaneció durante varias semanas hasta que los servicios jurídicos del hemiciclo avalaron su destitución. La ahora diputada del grupo mixto ha recurrido a los tribunales, que dirimen estos días su expulsión del partido después de que pidiera el reingreso en Podemos para intentar recuperar también sus cargos en el Parlamento balear.
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