El PP despide a la gaviota por carroñera
“En el partido, algunos se han comportado como gaviotas. ¡Pero somos charranes!”, celebra el autor del logo
Fernando Martínez Vidal está feliz. Acaba de ganar una batalla que empezó hace 28 años, cuando siendo un militante raso hizo llegar a Manuel Fraga un dibujo que terminó siendo el logotipo del PP. “No es una gaviota, es un charrán”, repite desde 1989, cuando Alianza Popular se transformó en el Partido Popular. “Se han reído, se han metido mucho conmigo por esto, pero no es una cuestión anecdótica”, insiste. “La gaviota es un ave carroñera, el buitre del mar, y el charrán, un pájaro muy simpático que vuelta alto. En el vertedero de Valdemingómez, a 500 kilómetros de la costa, hay 7.000 gaviotas. No podemos identificarnos con un ave que está entre la basura y menos ahora. En el PP ha habido quienes se han comportado como gaviotas, como aves carroñeras, y nos han hecho mucho daño. Es el momento de dejarlo claro: Fuera gaviotas de nuestro partido. ¡Somos charranes!”.
Martínez tenía 31 años y trabajaba en una compañía de comunicación cuando diseñó el logotipo. “Yo militaba en AP. Manuel Fraga quería una imagen para el nuevo partido y pidieron ideas a varias empresas de publicidad. Tenían prisa porque era enero y en unos meses había elecciones al Parlamento Europeo. En mis ratos libres me puse a trabajar en un logo. El símbolo de la izquierda era un puño cerrado y pensé que el de la derecha debía ser todo lo contrario, pero una mano abierta llevaba al fascismo. Pensé entonces en un pájaro. La paloma estaba ya muy desprestigiada porque si la gaviota es el buitre del mar, las palomas son las ratas del aire. Y se me ocurrió el charrán”.
Era enero de 1989. Unos días más tarde, Martínez recibió la llamada de Alejandro Muñoz Alonso (senador del PP fallecido en 2016). “A Fraga le ha gustado mucho tu gaviota. Dice que le recuerda a Galicia”. Y ahí empezó el malentendido. No hubo forma de hacerle entrar en razón. “Era un hombre con mucho carácter. ¡Como para llevarle la contraria!”.
Martínez, hombre de confianza de Esperanza Aguirre, está ahora en la oposición en el Ayuntamiento de Madrid. “Estamos en una cura de humildad. Y nos va a venir muy bien para regenerar el partido”, asegura. Fraga, que ocupa dos de las seis fotografías enmarcadas que hoy presiden su despacho, le dio un par de quebraderos de cabeza más. “Primero pidió que pegara el ala al cuerpo porque si no, según él, iban a decir que estábamos tocados del ala. Y luego me ordenó que en lugar de los colores que yo había puesto, blanco, negro y gris, lo hiciera todo en rojo-lacre-diplomático y azul-Carlos III. Yo no tenía ni idea de qué colores eran esos. Estaba nerviosísimo”.
Es consciente de que la batalla de la calle está perdida —“Para la gente es una gaviota”—, pero le alivia saber que la verdad figurará en letras de oro en los nuevos estatutos que el PP aprobará este fin de semana en su congreso nacional. “Yo pinté un charrán. Un charrán que vuela con la cabeza alta y hacia la derecha, sin complejos”, aclara una vez más.
Confiesa que le han dolido los cambios que han hecho en su logo desde 1989. “La tipografía de la Coca-Cola no ha cambiado; Apple lleva toda la vida siendo una manzanita, pero a mi pájaro le han hecho ocho modificaciones. Yo lo pinté libre, pero en 28 años lo han metido en un circulito, en un cuadrado, en una nube... Lo último ha sido encerrarlo en un círculo como los de Podemos. Es un error”, lamenta.
En el despacho tiene enmarcada también la carta que le pidió a Fraga para que aclarara que no había cobrado un duro por el diseño. “Los compañeros me decían: ‘Te habrán pagado una pasta por el logo’ y no era verdad. Para mí es un orgullo verlo en cada sede, en las vallas de las campañas. ¡Mi charrán ha gobernado España!”.
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