El Rey señala las oportunidades de la globalización en los mercados que hablan español y portugués
Felipe VI brinda "por la esperanza del futuro en común" de ambas naciones
La visita de los Reyes de España a Portugal está sirviendo para estrechar aún más los lazos entre ambos países, ya de por sí vigorosos, y para hacer llamadas a intensificar la relación bilateral. Este martes los Reyes han dedicado su última jornada en Oporto a la economía, la ciencia y la investigación y luego han continuado el viaje hasta Lisboa, donde los vínculos y las estrategias económicas comunes han vuelto a aflorar.
En un almuerzo celebrado en el Palacio de la Bolsa, ofrecido por el alcalde de la ciudad, Rui Moreira y al que ha asistido el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, y una nutrida representación empresarial, Felipe VI ha destacado las oportunidades que abre la globalización a España y Portugal para cooperar en terceros mercados.
Y sobre todo, en los mercados afines, los del ámbito lingüístico y cultural español y portugués: “Nuestras empresas deben aprovechar todas las oportunidades que ofrecen regiones del mundo que nos son cercanas por lengua y cultura y en las que tenemos una larga experiencia, como son Iberoamérica y los países africanos de lengua portuguesa, regiones en las que la posibilidades de cooperar son inmensas”.
El almuerzo, celebrado en el Salón Árabe de este llamativo edificio neoclásico, ha sido definido por el Rey como un acto “singular” y “muy especial”. Pero no tanto por el carácter habitual de estos encuentros, de promover relaciones económicas y comerciales o poner en contacto empresarios de ambos países, sino por “constatar y dar testimonio del funcionamiento ejemplar” de la relación bilateral de España y Portugal.
El acto del Palacio de la Bolsa, para Felipe VI, tenía como objetivo dar visibilidad a esa realidad para “poder desarrollar todo su potencial y sacarle todo el provecho en beneficio de ambos países, del mercado ibérico” y de la aportación al futuro de Europa.
La relación económica entre Portugal y España es “intensa y fructífera”, como calificó el Rey: 1.600 empresas españolas dan empleo a 100.000 trabajadores portugueses. España es el primer cliente y proveedor de Portugal, mientras que Portugal es el tercer cliente y proveedor de España.
Felipe VI ha recordado que estas relaciones “dieron un salto cualitativo y cuantitativo espectacular” tras el ingreso de ambos países hace 30 años en la Comunidad Europea “Gracias a la entrada en vigor del Mercado Único Europeo se produjo la apertura de nuestras respectivas economías, acabando con proteccionismos, mejorando la competitividad de nuestros productos y permitiendo la libre circulación de personas, bienes y capitales”, ha señalado.
En su discurso, ha alentado a “seguir trabajando y llevar la relación bilateral a cotas todavía más altas”. Tras su intervención, ha brindado "por la esperanza el futuro en común". Rabelo de Sousa, por su parte, ha destacado "la importancia de que los Reyes estén en el corazón de los portugueses".
Por la noche, durante el brindis en la cena oficial en Lisboa, el Rey ha ahondado en “el inmejorable clima de las relaciones bilaterales”, que cristalizará esta primavera con una cumbre entre ambos Gobiernos a orillas del Duero, y ha aludido a la vocación común europea y la posición de España y Portugal en el mundo.
El jefe del Estado ha realizado una defensa de la unidad europea y ha considerado “el grado de sintonía” de los Gobiernos de ambos países “en tantos temas y áreas de especial interés para Europa” como “una magnífica oportunidad estratégica” para mostrar el compromiso con el proyecto e influir “positiva y conjuntamente” en su desarrollo.
De nuevo ante el presidente Rebelo de Sousa, Felipe VI ha insistido en la “común pertenencia y participación en la comunidad iberoamericana” y en las oportunidades y retos que España y Portugal comparten “como países vecinos, como socios ibéricos y pueblos hermanos”. “La geografía, la historia y el afecto y amistad mutuas nos colocan ante nuestro futuro”, ha afirmado.
El Rey y el primer ministro, Antonio Costa, han mantenido previamente un breve encuentro con delegaciones. Costa ha puesto énfasis en la cooperación transfronteriza, que será el tema central de la próxima cumbre bilateral de primavera. El primer ministro ha brindado con los Reyes por el futuro de las relaciones.
Antes de la cena oficial ofrecida por el primer ministro portugués, los Reyes han sido recibidos en el Ayuntamiento de Lisboa por el alcalde, Fernando Medina. El Rey ha recordado de nuevo sus vínculos familiares con Portugal, en el mismo Ayuntamiento que recibió a su padre, Juan Carlos I, y a su bisabuelo, Alfonso XIII, reafirmando la “secular relación de proximidad y buena vecindad” de Lisboa con España. Asimismo, ha incidido en los poderosos lazos de la capital de Portugal con los españoles, que la han convertido en uno de los destinos turísticos más solicitados.
Felipe VI ha calificado a Lisboa como “punto de encuentro de varios continentes y culturas”, algo que pondrá de relieve en 2017 su condición de Capital Iberoamericana de la Cultura. El miércoles, los Reyes visitarán la Asamblea de la República, donde son recibidos por su presidente, Eduardo Ferro. En el hemiciclo les da la bienvenida Rebelo de Sousa y el Rey, tras pronunciar un discurso, saluda a los diputados. La siguiente parada es la residencia de la Embajada de España, donde les espera el embajador, Juan Manuel Barandica, para la recepción a la colectividad española en Portugal.
Los Reyes se dirigen después a la Fundación Champalimaud, donde finaliza la visita de Estado. Allí les espera el presidente de la República para recorrer este prestigioso centro de investigación oncológica con intensa labor médica volcada en el campo de la neurociencia.
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