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Un santuario para la tortuga mora que condena a un pueblo

Un plan ambiental del AVE afecta a vecinos de Cuevas del Almanzora y fulmina sus cultivos

Vecinos afectados por el santuario de la tortuga mora, durante una concentración.
Vecinos afectados por el santuario de la tortuga mora, durante una concentración.
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Los padres de Blas Guevara Martínez tienen entre siete y ocho hectáreas de cultivos en el entorno de Los Lobos, una pedanía de Cuevas del Almanzora, en el levante de la provincia de Almería. Son pequeños agricultores y la economía familiar se sustenta en la producción de árboles frutales, olivos y las plantaciones de invernadero. Su ocupación agrícola es compartida por buena parte de la población de la aldea, que ronda los 500 habitantes. Pero el trabajo en el campo está amenazado por una expropiación forzosa del Ministerio de Fomento para delimitar un área de reserva para la tortuga mora, una especie en peligro de extinción que se concentra en la zona. Hay 200 afectados y el expediente fulmina 300 hectáreas de cultivos.

La creación de este espacio está vinculada a las medidas compensatorias por la construcción del corredor ferroviario de Alta Velocidad (AVE) entre Almería y Murcia, en concreto, del tramo de 12,2 kilómetros entre los términos de Pulpí y Cuevas. Para reducir el impacto medioambiental en el entorno y proteger a la tortuga, la obra se condicionó a la reserva de 500 hectáreas para mantener el hábitat de la especie. Ha habido cambios en la delimitación del suelo en los últimos años y la propuesta definitiva concentra toda la superficie en Los Lobos. Las expropiaciones, pedidas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), recaen sobre 300 hectáreas de cultivos, una docena de cortijos y dos canteras en explotación.

Tanto el Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora como los vecinos se oponen al actual proyecto y han puesto sobre la mesa una alternativa para la reserva a la que ninguna Administración parece echar cuentas. El problema es antiguo, colea desde hace una década y las reuniones con representantes del Gobierno y de la Junta de la Andalucía, de momento, han sido estériles. La alarma ha vuelto a saltar porque se han hecho mediciones sobre el terreno, detectadas tres días antes de que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicara el pasado 5 de septiembre la apertura del plazo de información pública del expediente de expropiación forzosa. Las primeras citaciones para el levantamiento de las actas son para este lunes, día 26. “Es un drama social”, resume Guevara Martínez.

“No estamos en contra del AVE ni de la protección de la tortuga”, repiten insistentemente tanto el alcalde de Cuevas del Almanzora, Antonio Fernández, como el alcalde pedáneo, Serafín García. Afirman que existe una alternativa para ocupar suelo que no afecta a la actividad agrícola ni a las viviendas. “Somos los primeros que cuidamos a las tortugas, no nos estorban”, subraya García. “Su hábitat natural ya está creado, cuando no puedan acceder a los invernaderos se van a morir”, advierte el alcalde.

Las únicas poblaciones de tortuga mora de Europa Occidental se concentran en el sureste de España, entre Almería y Murcia. En esta comunidad se considera una especie vulnerable y en Andalucía, está catalogada en peligro de extinción. El intenso desarrollo urbanístico y de infraestructuras ha ido mermando las colonias de reptiles, que en libertad pueden vivir entre 20 y 30 años. El tamaño medio de un ejemplar adulto ronda los 20 centímetros.

En Cuevas del Almanzora se aglutinan en las sierras de Almagro y Almagrera, paralelas al mar. El suelo reservado para el reptil une los dos sistemas montañosos verticalmente y atraviesa de lleno el núcleo de Los Lobos y sus cultivos. La alternativa que plantea el Ayuntamiento dibuja dos pasillos en las faldas de estas sierras que convergen en el punto donde Almagro y Almagrera están más cerca. “Es una zona más montañosa y afecta a propietarios que están de acuerdo”, asegura el alcalde. Ahora mismo se está consultando con biólogos la idoneidad de la iniciativa.

Fuentes de Adif recuerdan que el proceso acaba de iniciarse, con un plazo de alegaciones, y que “se analizará caso por caso”. El ente justifica las expropiaciones en que hay que cumplir con la Declaración de Impacto Ambiental de la obra. Afirma que todo se abordará “con la mayor sensibilidad” hacia los propietarios y “minimizando” la afección a los cultivos de regadíos y viviendas. “El proceso está en sus orígenes y es garantista”, añaden las fuentes.

La Consejería andaluza de Medio Ambiente asegura que desconoce el último proyecto de medidas compensatorias elaborado por Adif en 2016, que tendría que haber enviado a la Delegación de Almería para su validación. Esto, según su versión, no ha ocurrido, como tampoco le remitió uno anterior de 2015. Solo conoce el de 2011. Este departamento de la Junta afirma que “no avala” el programa de expropiaciones y recuerda que la Declaración de Impacto Ambiental fue emitida en su día por el Ministerio de Medio Ambiente.

Mientras tanto, la construcción del tramo de AVE entre Pulpí y Cuevas del Almanzora, adjudicado a Sacyr en julio de 2015 por 40 millones de euros, no ha comenzado. El inicio de la obra, con un plazo de ejecución de dos años, está pendiente de que culminen las expropiaciones de suelo por el que discurre el trazado. Según la Junta, la empresa adjudicataria cuenta desde el pasado 8 de abril con la preceptiva autorización para la retirada de ejemplares de tortuga mora del territorio que atraviesan las vías, un requisito imprescindible.

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