El Rey lleva su preocupación por los refugiados a la cumbre de la ONU
Felipe VI ha reclamado una solución unitaria al problema migratorio de forma insistente
El Rey participa este lunes y martes en la Reunión de Alto Nivel sobre grandes movimientos de Refugiados y Migrantes que se celebra en Nueva York a instancias de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y en la apertura del Debate General del 71º período de sesiones de la Asamblea. La cumbre de este año se plantea como escenario para que los Estados puedan analizar cómo abordar la crisis humanitaria con mayor eficacia y articular de forma conjunta la gestión de los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes que se están produciendo con motivo de los conflictos bélicos.
El lunes, el Rey interviene en este foro, en el que participan más de cuarenta jefes de Estado. También celebrará varias reuniones bilaterales otros jefes de Estado aún por concretar y mantendrá, junto a la Reina, un encuentro con personalidades españolas residentes en el Estado de Nueva York relacionadas con los sectores de investigación, académico, artístico, cultural y social en la sede del Instituto Cervantes en Nueva York.
El martes, FElipe VI asiste a la ceremonia conmemorativa del aniversario de la adopción de la agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible y a la apertura del debate de la Asamblea General. Posteriormente, mantiene una reunión con el secretario general de Naciones Unidas, Ban KiMoon, con el que almorzará junto a otros jefes de Estado. Por la tarde, interviene en la cumbre de líderes sobre refugiados y, junto a la Reina, asiste a la recepción ofrecida por el presidente de Estados Unidos y Michelle Obama a los jefes de Estado y de Gobierno participantes en la apertura del debate general del 71 periodo de sesiones en la Asamblea General de la ONU.
Por su parte, la Reina mantiene durante estos dos días encuentros con la directora general de la OMS, Margaret Chan, la directora ejecutiva de ONU-Mujeres, Pumzule Mlambo-NgCuka y el director general de la FAO, José Graziano da Silva.
Desde que se inició esta crisis humanitaria con el flujo de asilados de Oriente Medio y se convirtió en un problema para la Unión Europea, Felipe VI ha demostrado una notable sensibilidad con el asunto, incluyéndolo en varias de sus intervenciones y abogado por una solución integral. Es uno de los jefes de Estado que más ha insistido en sus discursos ante foros internacionales en esta tragedia.
El pasado 7 de octubre, en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, el Rey dedicó buena parte de su intervención al problema migratorio. En plena eclosión de la crisis de los refugiados, pidió una reflexión sobre la necesidad que tiene Europa de dotarse de instrumentos de colaboración con los países vecinos "para evitar los desplazamientos masivos, la violencia y la inseguridad". El Rey ofreció entonces a la Unión Europea la experiencia española, en su condición de destino de llegada de oleadas de inmigrantes africanos, en el tratamiento de flujos migratorios y el apoyo a iniciativas comunitarias en un problema que, urgió, “necesita un enfoque global".
En aquella intervención se mostró sobrecogido “ante el sufrimiento desgarrador” de los refugiados que llegan a Europa “huyendo de la violencia y el fanatismo”. “Son cientos de miles los refugiados que persiguen un proyecto de esperanza, que ven en la Unión un territorio de paz, prosperidad y justicia. No podemos defraudarles”, exhortó.
Felipe VI propugnó que Europa debe responder ante este drama “desde la generosidad, la solidaridad y la responsabilidad”, con una perspectiva “global e integral” que aborde “las causas del éxodo de estas personas forzadas a abandonar sus países de origen”.
Primer viaje oficial en medio año
La presencia del Rey en la cumbre de la ONU en Nueva York, adonde acude con la Reina, es el primer viaje oficial desde que ambos asistieron a la inauguración del Congreso Internacional de la Lengua Española en San Juan de Puerto Rico, una cita inexcusable, hace medio año. La situación de interinidad política que vive España desde las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 y su supeditación al procedimiento de elección del presidente del Gobierno han disminuido su función de representación internacional. Tras nueve meses de Gobierno en funciones y pese a las circunstancias políticas que atenazan la vida institucional, la Casa del Rey trata de recuperar su agenda internacional en la medida de lo posible, aprovechando el paréntesis entre el debate de investidura y los dos meses de plazo para intentar la negociación.
La Zarzuela valora asimismo un posible desplazamiento del Rey el próximo 26 de septiembre a Colombia para asistir al acto de la firma de la paz, una cita cargada de significado a la que faltará el presidente del Gobierno en funciones Mariano Rajoy. Los próximos 28 y 29 de octubre, casi en el límite de vencer el plazo para convocar nuevas elecciones en el caso de no haber acuerdo, Felipe VI viajará a Cartagena de Indias (Colombia) para asistir a la Cumbre Iberoamericana, que en esta edición celebra su 25º aniversario.
En sus palabras con motivo del 70º aniversario de la entrada en vigor de la Carta de Naciones Unidas y los 60 años del ingreso de España en la ONU, celebrado unas semanas después en el Palacio Real de Madrid, el jefe del Estado recuperó su preocupación por la tragedia humanitaria. Consideró que el “valor” y la “utilidad” de la ONU se ponía a prueba en los diversos “escenarios de crisis y destrucción”: “En medio de los escombros de las ciudades sirias; en las costas de Libia o en las aguas del Mediterráneo, en las que naufragan tantas personas que huyen de la guerra o de la pobreza. Esta tragedia, a las mismas puertas de nuestro continente, nos interpela y nos exige a los europeos ser fieles a nuestros mejores principios y tradiciones de acogida”.
Poco después, en noviembre de 2015, en la VIII reunión del Foro Hispano-Alemán celebrado en Berlín, también se refirió al “desafío” que los países europeos viven respecto al fenómeno migratorio. Entonces apuntó que la solución “pasa también por una política común a nivel europeo que aborde ese reto de un modo integral y en todas sus diferentes dimensiones, dentro y fuera de nuestro espacio común”.
Alemania estaba siendo sacudida en ese momento por las reacciones nacionalistas a la avalancha de refugiados. La contingencia había creado una situación de emergencia en el país. “En toda Europa somos conscientes de la presión que está recibiendo actualmente Alemania por causa de la llegada de cientos de miles de personas que, en muchos casos, huyen de conflictos bélicos o son perseguidos por sus ideas o por su origen. A todos nos conmueven las imágenes de quienes llegan y de los que, con solidaridad y generosidad, los reciben y ayudan”, observó.
El Rey trazó un paralelismo entre la situación alemana y España, “país de frontera y de acogida” con “una larga experiencia en este ámbito”, que “desde hace décadas” se había convertido en “destino” de gente de otros continentes a la búsqueda de “la seguridad y el bienestar que disfrutamos los europeos”. “Nuestros dos Estados son socios destacados en el empeño común de hacer posible un espacio de libre circulación, que depende en buena medida de nuestra capacidad de control eficaz de las fronteras exteriores y de la activa cooperación con los países de origen”, afirmó.
Además del presidente de la República Federal de Alemania, Joachim Gauck, el Rey ha abordado este asunto con otros jefes de Estado. Lo hizo con el Rey Abdalá II de Jordania con motivo de su visita a España en noviembre de 2015, y con el sangriento telón de fondo de las últimas acciones de células yihadistas en París y un hotel de Bamako, la capital de Malí.
Y con el presidente de los Estados Unidos de América, Barak Obama en el viaje que realizaron los Reyes en septiembre de 2015. Entonces, Felipe VI y Obama abordaron en el Despacho Oval, entre otros asuntos pero de forma preeminente, los problemas relativos a la crisis de los refugiados en Europa.
En esa misma visita a Washington, durante su intervención en el seminario sobre relaciones transatlánticas organizado por el Wilson Center y el Real Instituto Elcano, el Rey pidió que se tratara con "gran sentido de humanidad y protección de los derechos humanos" el "complejo asunto" de la llegada de refugiados procedentes de países en guerra. Lo conceptuó como una "cuestión apremiante" para Europa, pero también para otras regiones del mundo, “incluyendo los Estados Unidos de América”, por lo que subrayó “la necesidad de ir al corazón y origen del problema".
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