Podemos prepara ya el terreno para las nuevas pugnas electorales
Si los socialistas no concretan una propuesta alternativa, el partido de Iglesias les culpará del bloqueo
Podemos prepara ya su estrategia para las nuevas pugnas electorales. No solo ante las elecciones en Galicia y en Euskadi, donde compite sobre todo con el PNV, sino también con vistas a una tercera convocatoria de las generales. El partido de Pablo Iglesias quiere que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, busque una alternativa a un Gobierno del PP y aprovechará la campaña gallega para pedirle un pacto también en esa comunidad después del 25 de septiembre. Si los socialistas no concretan una propuesta, Podemos les responsabilizará del bloqueo.
“He escuchado a su partido decir que no quieren un acuerdo con nosotros. Entonces explique a los ciudadanos que lo que quieren es que se repitan las elecciones. Parece que quieren que se repitan las elecciones hasta que el resultado les guste”, afirmó ayer Iglesias desde la tribuna. Una vez consumada la investidura fallida del presidente en funciones, Mariano Rajoy, ya en el patio del Congreso, el líder de Podemos le pidió que aclare su apelación a las "fuerzas del cambio". “Hay que dejarle que se explique y que lo aclare. Yo creo que sería sensato y saludable que haga una declaración, digamos que ha habido cierto desconcierto, vamos a esperar a ver si aclara lo que está ofreciendo”, señaló en declaraciones a los periodistas.
“Nosotros lo tenemos muy claro, creo que el PSOE y nosotros deberíamos intentar explorar un Gobierno alternativo", prosiguió. “Estaría bien pedirle los votos a Ciudadanos”, mantuvo, aunque dio por hecho que el partido de Albert Rivera no apoyaría un pacto entre Podemos y los socialistas. “A partir de ahí creo que habría que pedirle los votos a otras formaciones políticas. Nuestra posición está clara, ojalá al PSOE termine de aclarar la suya”. Iglesias rechaza, en cualquier caso, tomar la iniciativa. “Entiendo que le tiene que corresponder quien estaría llamado a liderar ese Gobierno”, dijo, y que su apoyo Sánchez no saldría gratis. “En política nunca hay apoyos gratis, en política tiene que haber acuerdos en base a programas”, zanjó.
Con este emplazamiento, que calificó de “última oportunidad”, la dirección de Podemos busca dejar claro desde ya que si hay una nueva convocatoria electoral, la tercera en un año, su chivo expiatorio será el secretario general de los socialistas. Además, le culpará de haberse sometido al “chantaje” del presidente en funciones, Mariano Rajoy, quien solo contempla la opción de gobernar o la repetición de elecciones.
Podemos ya lo utiliza como argumento en vísperas de la campaña gallega, en la que la candidatura que integra, En Marea, competirá con el PSOE por la segunda posición. Lo sugirió el propio Iglesias al pedir un pacto a Sánchez en su discurso en el debate de investidura. “Lo hemos logrado en muchos Ayuntamientos y comunidades autónomas y estoy convencido de que también lo lograremos muy pronto en Galicia”, dijo. Las malas relaciones con los socialistas, abonadas durante la pasada legislatura, no han permitido hasta ahora avanzar en el intento de explorar una alternativa a Rajoy.
El escenario del País Vasco es distinto. En esa comunidad Podemos, que fue la fuerza más votada en las últimas generales, aspira a disputar la hegemonía al PNV y en sus filas dan por hecho que quedarán por encima del PSE. La formación de Iglesias, en definitiva, afronta de nuevo la paradoja que la acompaña desde que nació: competir con los socialistas conscientes de que necesitan a ese partido para gestionar una Administración. Ocurrió después de las municipales y autonómicas de 2015 en los Ayuntamientos de las principales capitales, gobernados por candidaturas de la izquierda alternativa impulsadas por Podemos. El objetivo de Iglesias consiste en intentar demostrar que si no hay acuerdo con el PSOE, España no tendrá, al menos a corto plazo, un Gobierno progresista.
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