El riesgo de asociar tu nombre a un ‘youtuber’
El despido de Jpelirrojo cuestiona los fichajes de algunas estrellas de Internet
En la promoción del concurso de talentos del helado Maxibon, Jpelirrojo recomendaba a los youtubers que no le enviaran vídeos que fuesen ofensivos o de mal gusto. “A ver: usad vuestro sentido común”, decía. Sin embargo, él fue el primero en no tenerlo cuando calificó en su cuenta personal de Twitter de “placentera justicia poética” la muerte del torero Víctor Barrio. Juan Miguel Flores Martín, conocido como Jpelirrojo, es defensor de los animales y youtuber desde hace 10 años. Fue despedido por Nestlé, que sufrió una campaña de boicoteo a raíz de sus tuits. “Digo que los toreros son torturadores y asesinos y dicen que me retracte. Es cierto, habría que añadir que a los que les gusta verlos, también”, afirmaba Flores en otro tuit. “Cárcel para los toreros YA”, añadía. Conocido por ser rapero, paracaidista y por sus vídeos con pretendida ironía, Flores tiene más de un millón de seguidores en YouTube.
El lenguaje políticamente incorrecto forma parte del éxito de muchos youtubers y puede convertirse en un arma de doble filo. “En algunos casos se hacen populares precisamente por eso”, afirma Fernando Aparicio, director de Social Commerce de Amvos Consulting, “las empresas deben tener cuidado y elegir su imagen no solo a cuenta del número de seguidores que tiene”. Así que el riesgo de meterse en el avispero de los influyentes (influencers) es muy alto, pero las marcas no pueden abstenerse, según relata Aparicio, ya que la ola de expansión de su mensaje puede ser infinita, en lo positivo y en lo negativo. La campaña contra Nestlé duró tan solo cinco horas, pero fue suficiente como para obligar a un gigante a dar marcha atrás. Las agencias que ponen en contacto youtubers con marcas han florecido en España en los últimos años. Su labor se basa en encontrar el creador que expresa el contenido más adecuado para las empresas con el objetivo de convertir su mensaje en viral. Si bien nadie sabe cómo conseguirlo.
“La viralidad es básicamente inexplicable”, comenta José Carlos Soto, codirector del máster en Community Manager y Social Media de la Universidad Complutense de Madrid, al detallar el caso de Candance Payne: una mujer que se grabó mientras se ponía la máscara de un personaje de Star Wars y empezaba a reír. El vídeo tuvo 140 millones de visualizaciones. Unos días después, las tiendas Walmart y Toys’R’Us no tenían ni una máscara en su almacén.
“Los vídeos de Jpelirrojo y de otros no tienen nada en particular”, añade Soto, “es su manera de hacer las cosas, el tono, la cercanía con sus espectadores lo que ayuda a convertirlos en populares”. Entre las agencias que hacen negocios con los youtubers destacan VIZZ, que representa a estrellas como Vegetta777, youtuber veinteañero que cuenta con 14 millones de usuarios; 2btube, agencia madrileña con sede en México y Estados Unidos y una cantera de unos 600 youtubers; y Brantube, una plataforma nacida el año pasado que, según relata su CEO, Rafa Bernabeu, ha alcanzado los 400 clientes, muchos de los cuales buscan un nicho con una pequeña inversión.
Un creador de contenidos con 100.000 seguidores es un posible socio
“Todos pueden ser youtubers”, afirma Bernabeu, y le dan la razón en 2btube, al argumentar que para estas empresas un creador de contenido con tan solo 100.000 seguidores empieza a ser un “socio interesante”. Así que todos los youtubers, o casi, trabajan con marcas. Sean grandes estrellas o personas que se dirigen a un nicho de seguidores especializados, los que se hacen populares en las redes tienen una vida personal muy expuesta. Aparicio explica que las “meteduras de patas” de los famosos son notorias, pero pueden adquirir una deriva “extremadamente” negativa a través del altavoz de las redes sociales.
En ningún momento Jpelirrojo se retractó de sus afirmaciones y, después de haberse despedido para las vacaciones, agradeció a todos los que le habían apoyado en su causa animalista: “Ahora fuera bromas, gracias a todos los que alzáis la voz para defender los derechos de los que no pueden hacerlo”. Nestlé lo despidió por haberse “alegrado de la muerte de un ser humano”, según lo publicado en la cuenta de Twitter de la compañía. “Hago todo lo necesario para poder expresarme y compartir todo lo que pasa por mi cabeza”, afirma Jpelirrojo al presentarse en su canal de YouTube. Se hizo famoso por eso, y el accidente diplomático con Nestlé no le hizo cambiar de opinión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.