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Decálogo para hacer de tu hijo un delincuente

El juez de menores Emilio Calatayud muestra errores de conducta de los padres

Emilio Calatayud.
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Durante su habitual visita a un colegio para dirigirse a padres y madres, el juez de menores de Granada Emilio Calatayud ha hecho extensible su irónico decálogo de conducta sobre "cómo hacer que tu hijo se convierta en un delincuente". El objetivo es bien distinto: "Queremos todo lo contrario, concienciar y ayudar a los padres", ha explicado el juez.

Calatayud ha sintetizado algunos errores en la educación de los menores: "dadle todo lo que desee, así crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo"; "reídle todas sus groserías, tonterías y salidas de tono, crecerá convencido de que es muy gracioso y no entenderá cuando en su colegio le llamen la atención por los mismos hechos"; "no le deis ninguna formación espiritual, ¡ya la escogerá cuando sea mayor!"; "nunca le digáis lo que hace mal, podría adquirir complejos de culpabilidad, hacerle vivir frustrado, creerá que le tienen manía y se posicionará contra la sociedad, que es la que está equivocada"; "recoged todo lo que deje tirado, así crecerá pensando que todo el mundo está a su servicio y muy especialmente su madre".

"Dejadle ver y leer de todo. Limpiad con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree con cualquier porquería. Dejará de tener criterio recto"; "padre y madre, discutid delante de él, así se irá acostumbrando. Cuando la familia esté destrozada lo verá como algo normal, ni se dará cuenta"; "dadle todo el dinero que quiera, así no tendrá que trabajar. Bastará solo con pedir"; "que todos sus deseos estén satisfechos al instante: comer, beber o divertirse. De lo contrario podría convertirse en un frustrado"; "dadle siempre la razón, son los profesores, la gente o las leyes las que están equivocadas y la tienen tomada con él".

A estas normas, el juez de menores añade una última reflexión: “Cuando su hijo se convierta en un delincuente, decid que no pudisteis hacer nada más por él”.

"El objetivo de este decálogo es concienciar a los padres, que sepan lo que deben y no hacer con sus hijos, por el bien de ellos", alega el juez. "Nuestro deber es ser padres, no cómplices de nuestros hijos. La disciplina y el respeto a los demás deben adquirirse desde pequeños. Nosotros sabemos lo que les conviene", remarca Calatayud.

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La distinción entre padres y amigos, educadores y protectores, también ha sido asidua en la práctica jurídica que emplea el juez de menores desde que se inició al frente del juzgado 1 de menores de Granada. "No somos amigos de nuestros hijos, somos sus padres. No podemos protegerles, debemos enseñarles a respetar normas de conducta que no afecten negativamente a los demás. Que sean positivas para la sociedad y para ellos mismos", añade Calatayud.

Internet y el teléfono móvil, los grandes males

Calatayud también ha señalado en varias ocasiones el gran riesgo que supone el uso del teléfono móvil y acceso a Internet desde edades muy tempranas. "Un chaval no puede usar un móvil antes de los 14 o 15 años, eso es una irresponsabilidad de los padres que lo permiten. El acceso ilimitado a Internet también es perjudicial. Los niños no pueden ser usuarios de según qué contenidos", explica el magistrado. El uso indiscriminado de las nuevas tecnologías y la adicción a los dispositivos móviles, especialmente, se ha acrecentado en España.

La directora del departamento de Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada, Francisca López, explica que el 8% de universitarios sufre nomofobia (adicción patológica al móvil). Entre los menores de edad, el uso del teléfono móvil e Internet ocupa más del 50% a diario.

Desde el Juzgado de Menores 1 de Granada alegan: "Internet y el móvil son peligrosos a la hora de influir en la educación de los menores". Espacio al que también se adhiere la televisión, de la cual no todos los contenidos son recomendables para la visualización del menor. "Nosotros y nuestras medidas somos el último eslabón con los críos. La principal responsabilidad debe recaer en las normas que apliquen los padres para no dar lugar a que pasen por aquí", han explicado desde el juzgado a este periódico. A lo que Calatayud añade: "El uso de un móvil no puede ser un juguete, debemos ser serios con eso".

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