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Una bienvenida desde lejos

La Base de Rota ultima los detalles para el discurso de Obama a los 2.846 militares que viven en las instalaciones

Jesús A. Cañas
Barack Obama, saluda al rey Felipe VI a su llegada a la base de Torrejón este sábado.
Barack Obama, saluda al rey Felipe VI a su llegada a la base de Torrejón este sábado.Chema Moya (EFE)

Amanece un domingo resplandeciente más en Rota. La ciudad gaditana se despereza mirando al mar, las temperaturas cercanas a los 30 grados bien invitan a ello. La mañana avanza y el peregrinar de roteños y turistas hace presagiar que será un gran día de playa. Podría ser un domingo de verano más, si no fuera porque un acontecimiento de importancia internacional se prepara ya en la localidad, aunque de espaldas a ella. Por primera vez en sus 63 años de historia, la Base Naval de Rota va a recibir la visita de un presidente estadounidense. Barack Obama aterrizará minutos después de las cinco de la tarde y de alambrada para adentro, todo está listo.

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Fuera, la vida fluye como un domingo más. Solo en los sonidos de los helicópteros que sobrevuelan la zona y en las conversaciones mañeras de café y se cuela la visita de Obama. En el ambiente, los roteños se dividen entre el orgullo de que se hable de su pueblo y la frustración por no poder verlo paseando por sus calles. Porque en la visita, programada para no más de tres horas, solo está previsto que el líder aterrice en el interior de las instalaciones, se dirija a las tropas estadounidenses y se marche destino a Washington.

Por eso, durante el mediodía de este domingo, el rasgo más visible en Rota de la visita del presidente estadounidense estaba, curiosamente, en la manifestación convocada al mediodía contra su presencia. Colectivos integrados en la Red Antimilitarista y No Violenta de Andalucía son los organizadores de una protesta que ha contado con aproximadamente un centenar de personas. “Obama no eres bienvenido” y el clásico “OTAN no, bases fuera” eran los lemas más coreados por los manifestantes, de cerca vigilados por un fuerte cordón policial en torno a la entrada roteña a la Base

“Hay que decirle al pueblo de Rota que no están exentos del peligro”, ha explicado Antonio Miguel Muñoz, roteño y miembro del Partido Comunista. Su oposición y temor a las instalaciones militares en su pueblo, le han llevado a estar en la manifestación contra la visita de Obama. Como muchos de los presentes, defiende que “la presencia de la Base no tiene sentido”. “Aunque lo nieguen, es una base de la OTAN”, ha denunciado.

Ajenos a la polémica, en el interior de la Base, los organizadores americanos y españoles ultiman detalles. En su objetivo está que se cumpla el ajustado horario, que el acto tenga el lucimiento esperado y que todo se salde sin brecha alguna en la seguridad. Por ello, los numerosos medios de comunicación han sido citados para acceder a las instalaciones militares cuatro horas antes de que Obama aterrice en Rota.

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Palabras a “la colaboración”

Procedente de Madrid (después de que Sevilla haya sido excluida de la visita por la matanza de Dallas), está previsto que el presidente aterrice a las 17.05 horas en las instalaciones militares de titularidad española y uso conjunto con EEUU. Una hora después, Barack Obama dirigirá un discurso a las tropas congregadas en el Hangar 5, el espacio escogido para el acto.

El pasado miércoles, el portavoz de la Casa Blanca, Ben Rhodes, ya adelantó los detalles del viaje que ahora se ha visto alterado por el cambio de agenda. En el avance, Rhodes apuntó que el discurso se centrará en la cooperación con España en el contexto de la OTAN. El portavoz resaltó la importancia de su viaje a España ya que "es un importante aliado de la OTAN”. Y en dicha colaboración, Rota juega un papel clave desde que se implantó en su Base el escudo antimisiles, compuesto por cuatro buques destructores.

El acto será a las 18.10 horas y a las 20.00 horas está previsto que Obama abandone España, desde las mismas instalaciones militares. Tras de sí, dejará una frenética agenda en la que no ha querido prescindir de su visita a los militares estadounidenses que viven en Rota. Después de la llegada del último destructor, se incorporaron a la Base 1.200 militares junto a un millar más de familiares. En total, en Rota están destinados 2.846 militares y sus más de 2.600 familiares.

Impacto destacado en la zona

Su presencia en Rota supone un verdadero balón de oxígeno en una ciudad de 33.000 habitantes con una tasa de paro del 32%. Las instalaciones militares tienen una extensión de unas 242 hectáreas, la mayor parte de ellas, ubicadas en el término municipal de Rota (ocupa un 25% de su término municipal). Buena parte del territorio es de uso americano. De hecho, en el interior, los americanos tienen habilitada una pequeña ciudad en la que poder dar servicios a los militares destinados en la zona. Un centro comercial, un hospital, un cine, un colegio, un campo de golf y diversos restaurantes forman parte de la oferta de servicios de la que pueden disfrutar sin salir de las instalaciones.

Fuentes de la Armada Española en la Base ya apuntaron a EL PAÍS que la zona recibe un impacto económico anual de unos 600 millones de euros, entre gastos directos e indirectos. Tan solo en alquileres, Rota contabiliza unas 1.000 viviendas arrendadas por ciudadanos americanos y El Puerto de Santa María 868 casas. En cuanto al empleo, la zona americana da trabajo a 905 trabajadores fijos, 40 temporales y unos 1.800 en distintas subcontratas. Igualmente, los 63 años de presencia de la Base en Rota han generado una importante relación social y cultural en una ciudad que vuelca buena parte de sus esfuerzos turísticos y en hostelería en satisfacer la demanda de la presencia americana.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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