Rebelión en el PSOE gallego a solo unos meses de las elecciones autonómicas
La mayoría del grupo socialista pide la dimisión de su portavoz parlamentaria
Las reñidas primarias para elegir candidato a la Presidencia de la Xunta, en las que la militancia se dividió prácticamente a la mitad, han dejado herido al PSOE gallego. En menos de dos meses y cuando las elecciones autonómicas están a la vuelta del verano, las llamadas a la unidad y las fotos conjuntas del ganador, Xaquín Fernández Leiceaga, y el derrotado, José Luis Méndez Romeu, han dado paso a las peticiones de dimisión, las acusaciones de “traición” y la amenaza de guerra jurídica.
El detonante del conflicto ha sido la adjudicación de un escaño en el Senado. El PSdeG-PSOE, como segunda fuerza en el Parlamento gallego, tiene derecho a elegir a uno de los tres agraciados con un asiento de senador por designación autonómica. La mayoría de los diputados socialistas en la Cámara han pedido que ese puesto sea para Méndez Romeu, el candidato derrotado en las primarias con un 45% de los votos de la militancia y al que respaldaron 14 de los 18 diputados del PSdeG. La dirección del grupo parlamentario, compuesta por los cuatro afines al victorioso Leiceaga, han rechazado la propuesta con unas formas que han prendido la mecha de la rebelión.
La diputada Carmen Gallego, exconsejera de la Xunta bipartita y defensora de Méndez Romeu, ha pedido este viernes la dimisión de la portavoz parlamentaria del PSdeG, Patricia Vilán, por ignorar la voluntad mayoritaria del grupo y “actuar como correveidile” de la gestora que dirige el partido desde que su secretario general, José Ramón Gómez Besteiro, dimitió por acusaciones de corrupción.
Vilán registró el jueves la candidatura al escaño de Modesto Pose, afín a Leiceaga y nombre preferido por la gestora, mientras el grupo parlamentario socialista estaba reunido debatiendo precisamente sobre esta designación. “La suya ha sido una actitud gravísima, no tiene precedentes en el Parlamento gallego: registrar una propuesta de candidato al Senado sin hablar con el grupo, a sabiendas que había otra propuesta mayoritaria”, censura Gallego, quien pone en duda incluso la legitimidad de la gestora para designar a la persona que ocupará el escaño.
Los diputados que se han rebelado contra la dirección del partido aseguran que están realizando consultas jurídicas para ver si pueden combatir la designación de Pose, cuya candidatura irá al pleno del Parlamento gallego la próxima semana. Los parlamentarios indignados buscan una manera de frenar este nombramiento por esa vía, ya que en la Cámara será imposible: la cúpula del PSdeG precisa tan solo un voto de los cuatro diputados de su bando para sacar adelante su propuesta.
La dirección del PSdeG, por su parte, pide "responsabilidad" a los diputados en la votación del próximo martes en el Parlamento, nominal y secreta, y defiende la legalidad de sus movimientos. Esgrime un informe elaborado en la sede federal de Ferraz en el que se dictamina que es la gestora la que tiene potestad para decidir el nombre del senador por designación autonómica. Los parlamentarios en rebelión tampoco aceptan ese documento porque, aseguran, está firmado por un "trabajador" del partido y no por el secretario de Organización como, sostienen, debería ser.
Leiceaga, un economista exmilitante del BNG con un discurso conciliador con las mareas frente a la beligerancia de Méndez Romeu, ganó las primarias el pasado mayo sin ser el candidato favorito. Su rival, un histórico del PSdeG que ha sido concejal, consejero y secretario de Estado con Zapatero y que se presentó a las votaciones siendo portavoz parlamentario, contó con el apoyo del poderoso alcalde de Vigo, Abel Caballero, y de figuras con influencia en el partido como los exministros Francisco Caamaño y José Blanco, el exregidor de Lugo Xosé López Orozco y el exsecretario general de los socialistas gallegos Pachi Vázquez. Leiceaga, por su parte, fue respaldado por los afines al dimitido Besteiro, hombre próximo a su vez a Pedro Sánchez. Ni la proximidad de las elecciones autonómicas han logrado que los llamamientos a la unidad después de la reñida batalla surtieran efecto.
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